Adicción a la morfina: síntomas, tratamiento y consecuencias

Adicción a la morfina: síntomas, tratamiento y consecuencias

La morfina es un opiáceo analgésico que se emplea para aliviar el dolor. Se encuentra disponible en distintas formas: pastillas, inyección… Con frecuencia, se usa por médicos para tratar a corto y largo plazo dolores muy intensos. Ser una sustancia muy potente para aliviar el dolor muy intenso y, además, generar una euforia y relajación excesiva hacen que se pueda convertir en una sustancia potencialmente adictiva. En este artículo de Psicología-Online, mostramos los síntomas, el tratamiento y las consecuencias de la adicción a la morfina.

Síntomas de adicción a la morfina

Al principio de la adicción, los síntomas no son muy notables, pero a lo largo del tiempo se van haciendo más visibles. Podemos dividir los síntomas de la adicción a la morfina en tres categorías: físicos, psicológicos y conductuales.

Síntomas físicos

Estos síntomas afectan al cuerpo, ya sea de forma interna (estreñimiento o desmayo) o externa (erupciones en la piel).

Los síntomas físicos más comunes son:

  • Pequeñas manchas en la piel, erupciones.
  • Fatiga excesiva.
  • Somnolencia excesiva (que no desparece).
  • Contracciones musculares.
  • Disminución del apetito repentino e inexplicable.
  • Dificultad para respirar.

Síntomas psicológicos o emocionales

Es difícil identificar estos síntomas porque en algunos casos pueden confundirse con otros trastornos psicológicos, como la depresión. Algunos de los síntomas más comunes son:

  • Aumento de paranoia.
  • Depresión.
  • Cambios de humor bruscos.
  • Ansiedad.
  • Gran inestabilidad emocional.

Síntomas conductuales

A lo largo del tiempo, personas con adicción a la morfina muestran cambios conductuales bruscos e inexplicables. Algunos de los síntomas más comunes son:

  • Comportamiento excesivamente reservado, ocultar cosas, ausencias largas e inexplicables…
  • Alejarse de amigos o familiares.
  • Evitar situaciones sociales, especialmente si familiares o amigos acuden a esos eventos.
  • Disminución del interés por actividades que antes resultaban muy gratificantes.
  • Grandes discusiones con familiares o amigos.

Consecuencias de la adicción a la morfina

El consumo ocasional de morfina no suele tener ningún efecto secundario, pero el uso prolongado puede presentar consecuencias tanto físicas como mentales.

El efecto secundario del consumo prolongado de morfina más común es el estreñimiento y otras alteraciones digestivas. Otras consecuencias son:

  • Pérdida completa del tono muscular.
  • Paro cardíaco.
  • Confusión extrema.
  • Coma.

La pérdida de tono muscular o confusión pueden desaparecer cuando la persona deja el consumo de morfina, pero otras consecuencias como el paro cardíaco pueden tener impacto en la vida de la persona, aunque esta ya no consuma.

Síntomas de abstinencia a la morfina

Cuando la morfina se consume durante un periodo largo de tiempo, el cuerpo comienza a desarrollar una dependencia. Esta dependencia es peligrosa porque el cuerpo se engaña a sí mismo al creer que necesita morfina para funcionar correctamente. Desafortunadamente, este tipo de dependencia hace que sea difícil dejar el consumo de morfina.

Los síntomas de abstinencia a la morfina ocurren cuando un individuo deja de consumir la sustancia adictiva. En el caso de la morfina, los síntomas pueden durar desde unos días a varias semanas, a medida que el cuerpo aprende a readaptarse a la vida sin morfina.

Algunos de los síntomas más comunes de la abstinencia a la morfina son:

  • Dificultad para mantener una temperatura corporal adecuada, oscilando entre fiebre y escalofríos.
  • Ojos llorosos.
  • Nariz que moquea.
  • Piernas inquietas o una sensación de inquietud.
  • Dolores musculares intensos.
  • Estado de ánimo muy inestable.
  • Corazón acelerado.
  • Intenso dolor de estómago.
  • Náuseas con vómitos.

La gravedad de los síntomas de abstinencia varía de una persona a otra. Algunas personas solo presentan una especie de gripe leve, mientras otras tienen síntomas de abstinencia tan graves que necesitan atención médica.

Debido a la complejidad de la manifestación de los síntomas de abstinencia, se recomienda que la persona detenga el consumo de morfina bajo la supervisión de un doctor que se encargará de monitorizar los síntomas y asegurarse de que no haya problemas.

Tratamiento para la adicción a la morfina

1. Desintoxicación

El primer paso del tratamiento para dejar la morfina es la desintoxicación. La duración de este proceso depende de cuánto haya durado el consumo de la persona, oscilando entre días y tres semanas aproximadamente.

Es recomendable que este proceso esté supervisado por un médico que haga que se manifiesten los menos síntomas posibles y que, por tanto, el proceso sea lo menos complicado posible dentro de las circunstancias.

Muchas personas confían en la metadona como una droga de apoyo para el proceso de desintoxicación. La metadona es conocida por ayudar a reducir los síntomas de abstinencia asociados al consumo de un opiáceo, como la morfina, sustituyendo a dicha sustancia. A lo largo del tiempo, la dosis de metadona se va reduciendo hasta que la persona limpia por completo su cuerpo de morfina.

Hay ocasiones en las que la metadona no puede usarse durante el proceso de desintoxicación porque la persona ha presentado anteriormente una adicción a esta sustancia o por alergia. En esos casos, debe plantearse el uso de otra sustancia.

2. Rehabilitación

Después del proceso de desintoxicación, algo fundamental es que la persona comience a reconstruir su nueva vida (sin consumo de sustancia).

La rehabilitación se centra en superar la adicción a la morfina. Se puede realizar de forma interna (la persona ingresa en un centro) o externa (acude a determinadas horas del día a un centro).

En este proceso, la persona recibe sesiones individuales de terapia (conductual), grupos de apoyo, etc. El objetivo de estas sesiones es proporcionar a la persona estrategias que le ayuden a llevar una vida sin drogas.

Algunas personas encuentran muy difícil llevar una vida normal después de haber sufrido una adicción. Por eso, tras finalizar el programa de rehabilitación, algunas personas necesitan mantener ciertas sesiones de terapia que le sirvan como recordatorio de su nuevo estilo de vida.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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