Agresión grupal y societal

Feierabend y Feierabend

Aplicaron la hipótesis de la frustración-agresión al dominio de la conducta política, en concreto a la explicación de la violencia socio-política:

• Por Frustración "sistémica" entienden el grado de descontento dentro de una sociedad debido a la insatisfacción de necesidades y al no cumplimiento de expectativas o deseos.
• Equiparan la agresión con la inestabilidad política y desórdenes sociales.

Postulan que, el grado de descontento, si es elevado, lleva a la inestabilidad política si no existen otros medios para canalizar el descontento. La frustración sistémica era la discrepancia entre dos índices:

• Nivel de alfabetización y de modernización del país en cuestión.
• Su grado de desarrollo atendiendo a los servicios públicos disponibles.

Si los dos índices alcanzan valores similares no hay discrepancia y no hay frustración sistémica. Si los servicios disponibles para los miembros de la sociedad están muy por debajo de su grado de alfabetización y/o modernidad: frustración sistémica. Resultado no pronosticado: La coerción y la represión política también producirán estabilidad política.

Gurr

Vincula la violencia política de una sociedad con su grado de privación relativa (medida en que las personas de una sociedad alcanzan niveles deseados de bienestar). Privación relativa: Hay un mínimo que se considera aceptable. Es equivalente a la frustración. Si la frustración es atribuible al sistema político, se producirá una de las 3 formas de violencia política:

• Revueltas: populares, espontáneas y desorganizadas.
• Conspiración: menor alcance, aunque presenta un mayor grado de organización
• Guerra interna: popular, organizada y su alcance es mayor.

Sin embargo, que el potencial para la violencia política, se convierta en violencia real, depende de dos factores adicionales: El control coercitivo que posee el poder político imperante. El contrapoder que posee la oposición.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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