Análisis de la situación de la Personalidad y la conducta

Análisis de la situación de la Personalidad y la conducta

El estudio de la personalidad debe hacerse teniendo en cuenta que la persona se desenvuelve en situaciones, que a su vez, están inmersas en una determinada sociedad o cultura. Importancia del estudio de la situación.

Es ya suficientemente conocido en la investigación de personalidad, que el peso de las variables personales en la explicación de la conducta, dependerá del grado de estructuración de las situaciones: si las situaciones están altamente estructuradas, las posibilidades de variación individual son casi nulas; pero a medida que la situación ofrece mayor ambigüedad, aparecen manifestaciones conductuales diferenciales entre los individuos que se enfrentan a ella.

Determinante externo: Situación

Los datos de las investigaciones permiten concluir que se debe estudiar el proceso de interacción como unidad de análisis, pero sin olvidar que deben conocerse las variables personales y situacionales integradas en dicho proceso. Si bien las variables personales han sido estudiadas considerablemente, esto no ocurre con las situacionales.

Magnusson señala tres razones que justifican el análisis de la situación:

  1. La conducta tiene lugar en situaciones, sólo existe en la situación y no puede entenderse sin ella.
  2. La consideración de la situación en las teorías contribuirá a modelos más funcionales de explicación de la conducta.
  3. Un conocimiento más sistemático de las situaciones contribuirá a explicaciones más efectivas en psicología. En cualquier caso, el estudio de las situaciones en personalidad no es una meta en sí mismo, sino que está motivado por la necesidad de una teoría, investigación y aplicación más efectiva de los conocimientos sobre la personalidad de los individuos.

Análisis de la situación

El mundo externo puede organizarse según dos niveles de amplitud, macro y micro, en función de su proximidad con el individuo. A su vez, habrá características físicas u objetivas y características sociales, psicológicas o subjetivas:

  • El ambiente macro-físico: son las calles, parques, edificios, etc.
  • El ambiente micro-físico: son los muebles y objetos de la habitación.
  • El ambiente macro-social: serían las leyes, normas, o valores que son comunes una sociedad o cultura.
  • El ambiente micro-social: serían normas, actitudes, hábitos, etc. de los grupos y personas con las que un individuo interactúa directamente. Es al menos en cierto grado, único para cada individuo o grupo.

Otra forma de caracterizar el análisis del mundo externo es en términos de duración de su influencia. Endler define el entorno (ambiente) como el contexto más general y persistente en el que ocurre la conducta, mientras que la situación sería el marco momentáneo y pasajero. Los estímulos serían los elementos dentro de la situación.

Aproximaciones al estudio de la situación en psicología. La situación puede ser analizada desde tres perspectivas diferentes:

  • Perspectiva ecológica o ambiental: analiza los entornos en términos de características físicas bajo las que tiene lugar la conducta, partiendo del supuesto de que ejercen más influencia sobre la conducta que las propias características de la persona. Es decir, se centran en el entorno objetivo, con independencia de los procesos psicológicos que sientan las personas en él, siendo la unidad básica de estudio los escenarios de conducta (entornos que ocurren naturalmente, no habiendo sido creados por el experimentador) que tienen las propiedades siguientes.
  • Incluyen patrones de conducta fijos ajenos al individuos dentro de coordenadas espacio-temporales específicas.
  • Consideran conjuntos de elementos del escenario de carácter no conductual (físicos).
  • Se entiende que hay una interdependencia entre las características físicas, temporales y geográficas del entorno, y los patrones propios de conducta.

Así el escenario de conducta tiene límites físicos. El entorno psicológico es una representación subjetiva de la situación objetiva que la persona hace en un momento determinado. El entorno ecológico tiene una existencia más duradera y objetiva, independiente de los procesos psicológicos de una persona concreta.

El estudio de los escenarios de conducta permite estudiar programas comunitarios, iglesias, escuelas clases, etc. Son situaciones tan estructuradas que el peso de las variables personales en la predicción de la conducta es mínimo.

Perspectiva conductual: los entornos se describen en términos de su estructura (características físicas) y de su función estimular (refuerza, castiga, etc.). Las personas pueden participar activamente en su relación con el entorno, pero eso no significa que sean agentes autónomos en el control de sus conductas.

Perspectivas sociales: estudian los episodios sociales (secuencias de interacción que constituyen unidades naturales de conducta y que se distingue porque tiene límites simbólicos, y temporales y físicos). Se presta atención a la percepción y representación cognitiva de las situaciones. Estas 3 perspectivas difieren en 3 aspectos:

  • El énfasis dado a las características personales.
  • El peso dado a los aspectos objetivos vs. subjetivos de la situación.
  • Su consideración del espacio y el tiempo.

Aproximaciones al estudio de la situación en psicología de la personalidad. Desde la que se ha enfatizado el carácter subjetivo o percibido de la situación, y que el estudio de la situación no es un objetivo en sí mismo, sino una necesidad para hacer mejores predicciones de conducta. Las taxonomías de situaciones deben reunir 3 requisitos:

  • Dominio: reflejan situaciones en que el investigador muestrea a su conveniencia (por ejemplo: estresantes, laborales, académicas).
  • Unidades de análisis: deben especificarlas para clasificar las situaciones.
  • Consideración de la situación: especificar si se dirigen a clasificar situaciones objetivas o psicológicas.

Aproximación basada en la percepción de la situación: Las situaciones pueden ser analizadas en función de cómo son percibidas e interpretadas, es decir, en función de su valor estimular. En general, se ha utilizado dos estrategias principales:

  1. Juicios de similaridad intersituacional: en lo que se pide a los sujetos que juzguen la similaridad entre las situaciones presentadas mediante descripciones verbales, analizándose los datos con AF. Los resultados muestran un alto acuerdo entre los perceptores sobre la similaridad entre situaciones.
  2. Análisis de prototipos: en los que se usan prototipos o ejemplos ideales de una categoría. Se parte del supuesto de que las situaciones tienen variedad de atributos que son percibidos e interpretados por los individuos, de acuerdo a esquemas cognitivos de las situaciones, que el individuo tiene a partir de experiencias anteriores. Así, un individuo que se enfrenta a una situación compara los atributos de esta con los del prototipo cognitivo que ya posee. Esta estrategia permite: Establecer una taxonomía de las categorías de situaciones comúnmente utilizadas (por ejemplo, sociales, culturales, políticas, etc.) que, a su vez, están ordenadas jerárquicamente (de lo más inclusivo o superordenado, a lo más subordinado).

Si pedimos a los sujetos que generen prototipos, puede obtenerse el prototipo consensuado (promediando las características listadas por los sujetos). Estos prototipos sugieren que las personas comparten conjuntos de creencias sobre las características de variadas situaciones, o las conductas que se esperan en ellas. Podemos usar los prototipos consensuados para probar hipótesis.

Cantor midió la similaridad entre prototipos, encontrando que los pertenecientes a una misma categoría tenían más elementos en común que los de categorías distintas. Parece pues que una parte importante del conocimiento común de las situaciones sería de naturaleza psicológica (los prototipos proporcionan al individuo expectativas sobre las conductas más probables o socialmente apropiadas en las situaciones).

También midió el tiempo que los sujetos tardaban en formarse la imagen, tras la lectura del estímulo, y encontró que las situaciones se imaginan más rápido, después las personas en situaciones, y por último las personas. Por lo que parece que hay diferencias en cuanto a accesibilidad y riqueza de estas informaciones.

Además, estudió los atributos de las situaciones. Los resultados muestran que la frecuencia de los hechos que describen el carácter físico de la situación, y de las personas presentes en ella, es mayor en los prototipos de categorías específicas o subordinadas; mientras que en las más abstractas, prevalecen aspectos de carácter psicológico.

A partir de esta aproximación se puede analizar qué conductas anticipan los sujetos como más probables en una situación concreta. De hecho, cuanto más prototípica es una situación, más consenso hay acerca de las conductas que se llevarán a cabo en ella.

Aproximación basada en la reacción ante la situación:

Rotter propuso clasificar las situaciones en función de la similaridad de la conducta que generan en las personas, sugiriendo utilizar los siguientes procedimientos:

  1. Recurrir al juicio de expertos.
  2. Tomar el juicio de sujetos de la misma cultura o grupo que el que se evalúa.
  3. Analizar la frecuencia de clases específicas de conducta en ciertas situaciones.
  4. Medir la expectativa de que ciertos refuerzos o consecuencias ocurran en esas situaciones
  5. Determinar la naturaleza (académica, laboral, afectiva, etc.) y el signo del refuerzo (positivo o negativo) que con mayor probabilidad ocurrirá en la situación.
  6. Estudiar los gradientes de generalización de los cambios que ocurren en la conducta, las expectativas, o los valores del refuerzo. El gradiente de generalización indica la similaridad.

Además de éstos procedimientos se han utilizado otros: Los inventarios E-R: presentan la descripción verbal de situaciones relacionadas con alguna variable que queremos medir (ansiedad, agrado), pidiendo al sujeto que informe del grado en que experimenta reacciones somáticas o psíquicas. Un ejemplo famoso es la técnica de Desensibilización Sistemática de Wolpe, donde los pacientes elaboran una jerarquía de ansiedades subjetivas.

En la técnica de emparejamiento persona-situación, la situación se caracteriza como un patrón de conducta de un tipo ideal de persona. La conducta de una persona en una situación estará en función de la similitud entre las características de la persona y el patrón ideal de conducta del individuo-tipo correspondiente a esa situación.

Bem propone que se analice a una persona en términos de cómo responde ella ante un conjunto de hipotéticas situaciones. La similaridad entre dos situaciones estaría en función del nº de elementos principales que comparten, del nº de elementos únicos de una u otra, y del grado en que sus características (compartidas y no compartidas) son distintivas dentro del conjunto de situaciones comparadas.

Pervin pide a cada sujeto que:

  1. Haga una lista de situaciones de su vida real (lugar, personas, tiempo y actividades de cada una).
  2. Describa cada situación, para generar una lista de atributos.
  3. Describa sus sentimientos en ellas, para hacer una lista de sentimientos de cada situación.
  4. Describa su conducta, generando una lista de conductas.
  5. Juzgue, una vez hechas las listas, e grado en que cada aspecto de las tres listas es aplicable a cada situación.

Así obtiene información de las situaciones reales del individuo y de sus características. Otra taxonomía basada en el consenso de las personas sobre la conceptualización de las situaciones es la de Van, que construyó listas de atributos para cada situación, entrevistando a 160 sujetos.

Resultaron 659 atributos pertenecientes a las categorías: contexto, entorno físico o localización, características objetivas del entorno físico, personas, características objetivas de las personas, actividades, equipo u objetos y aspectos temporales. Se identificaron así 10 factores situacionales (intimidad, ocio, conflicto, etc.) que pueden utilizarse para predecir la conducta que puede ocurrir en las distintas categorías. Aproximación basada en las preferencias situacionales:

Analiza qué tipo de situaciones son elegidas por los sujetos. Las personas evitan ciertas situaciones y eligen otras; pueden modificar las situaciones para que se ajusten a sus características, y pueden crear situaciones que faciliten determinadas conductas. La elección de unas u otras está influida por las características personales.

En estas elecciones intervienen también otros aspectos como las presiones ambientales y culturales, o la posibilidad real de acceder a ellas. Aproximación basada en los rasgos de personalidad: Una forma de construir una taxonomía de rasgos de personalidad que capture sistemáticamente información situacional, sería pidiendo a un nº elevado de sujetos que, para cada característica de los Cinco Factores, indicase situaciones o conductas que son típicamente asociadas con ese rasgo. De esta forma, tendríamos un conocimiento de las situaciones que permiten mejor la expresión de un determinado rasgo.

Ten Berge y De Raad construyeron un repertorio, a partir de descripciones de sujetos, sobre las situaciones en las que se mostraba una determinada característica de personalidad. Obtuvieron 237 situaciones que clasificaron según en qué medida cada participante podía tratar con ella. La idea era que las formas de relacionarse con las situaciones suponen estilos de afrontamiento (tendencias de carácter disposicional o personal). Desde esta perspectiva, ciertos tipos de personas pueden tener preferencias hacia situaciones que son distintas se las mostradas por otras personas; ciertas situaciones permitirían más variación conductual; y las personas caracterizadas por un determinado rasgo, pueden tener una mayor preferencia por aquellas situaciones que permiten la expresión de ese rasgo. Los resultados muestran una estructura de 4 factores:

  1. situaciones de placer
  2. situaciones adversas para el individuo
  3. situaciones de conflicto interpersonal
  4. situaciones de demanda social.

En términos generales, las personas que puntúan alto en uno de los 5 factores son mejores tratando con las situaciones asociadas a ese factor. Hay muchas situaciones en las que las personas extravertidas, emocionalmente estables y abiertas a al experiencia se mantienen mejor que las introvertidas, inestables y cerradas a la experiencia.

Sin embargo, Afabilidad y Tesón son factores más específicos de la situación (son factores del carácter; mientras que Extraversión, Estabilidad emocional y Apertura son del temperamento).

La cultura

La personalidad no hace referencia a connotaciones de dignidad o prestigio, es decir, está libre de valores. Sin embargo, la psicología de la personalidad se mueve por determinados valores sociales y culturales que pueden afectar a las interpretaciones que hagamos de la conducta. Estos aspectos culturales son importantes porque, posiblemente, determinan muchos procesos psicológicos y afectan a la personalidad (al propio concepto de uno mismo o self).

Concepto e implicaciones. La cultura incluye lo que se transmite de generación en generación en una determinada sociedad: procedimientos, hábitos, normas, creencias y valores compartidos que, además afectan a la información que se considera importante. Los individuos difieren en la medida en que adoptan y cumplen los valores y comportamientos del grupo cultural al que pertenecen, e incluso puede hablarse de distintas subculturas dentro de una misma cultura.

El proceso por el cual se transmite una cultura es la aculturación. Como resultado de este proceso, podemos interactuar con la gente de nuestra propia cultura porque compartimos el mismo lenguaje verbal y no verbal.

Las culturas se diferencias en aspectos fundamentales como:

  1. Su visión de la naturaleza humana como esencialmente buena, positiva, mala o perversa, así como en qué grado se defiende la posibilidad de cambio personal.
  2. La relación del hombre con la naturaleza. En las sociedades industrializadas, la naturaleza está al servicio del hombre; en las poblaciones indígenas, el hombre depende de la naturaleza; en las sociedades orientales la tranquilidad se alcanza estando en armonía con la naturaleza.
  3. La forma de entender el tiempo. En occidente prima el futuro, en el sur de Europa, el presente, y en oriente o Inglaterra el pasado y la tradición.
  4. El tipo de personalidad más valorado.
  5. Las formas habituales de relación entre los miembros. En sociedades individualistas, se espera obtener satisfacciones personales a partir de la relación con los demás; en las colectivistas, se valora la armonía en las relaciones y la colaboración de cada persona al bienestar colectivo.

Además las culturas se ven influenciadas por variables ecológicas. Por ejemplo, los relieves elevados reducen la probabilidad de difusión cultural, haciendo que la cultura sea homogénea.

Dimensiones culturales.

Las culturas difieren en complejidad, cuyos índices son: renta per capita, tamaño de las ciudades, porcentaje de población urbana frente a rural, ordenadores por persona, etc. En las complejas hay más posibilidades de elección y estilos de vida.

También difieren en la rigidez de sus normas. Las sociedades aisladas tienden a se herméticas (no se dejan influir por sociedades vecinas), tienen ideas claras sobre las conductas adecuadas y aplican sanciones a las personas que no siguen las normas. En culturas relajadas se tolera la desviación.

También difieren las culturas en su carácter individualista o colectivista. Cuanto más compleja es una cultura, mayor probabilidad hay de que sea individualista; cuanto más rígidas sean sus normas, más probabilidad hay de que sea colectivista. En sociedades individualistas, las personas son autónomas e independientes de sus grupos, dan prioridad a sus metas, y se enfatiza la autonomía, el derecho a la intimidad, etc.

En las colectivistas, se enfatiza la identidad colectiva, la dependencia, la solidaridad del grupo, compartir deberes y la decisión del grupo. Para definir a una cultura como individualista o colectivista se tiene en cuenta:

  1. Cómo se define el self, que puede enfatizar aspectos personales o colectivos.
  2. Qué metas tiene más prioridad, las personales o las del grupo.
  3. Qué tipo de relaciones se potencian entre sus miembros, las de intercambio o de igualdad.
  4. Cuáles son los determinantes más importantes de la conducta social, si son las actitudes o las normas.

Dentro del colectivismo y el individualismo hay muchas variedades. La dimensión más analizada es la de horizontalidad-verticalidad de las relaciones, según se enfatice la igualdad o la jerarquía respectivamente. Se habla de 4 tipos de culturas:

  1. Individualista- horizontal: prima la independencia. Las personas quieren ser únicas y distintas de los grupos.
  2. Individualista- horizontal: prima la independencia. Las personas quieren ser únicas y distintas de los grupos.
  3. Individualista-vertical: las personas quieren diferenciarse y además ser las mejores. Hay alta competitividad.
  4. Colectivista-horizontal: las personas cooperan con su grupo, se enfatizan las metas comunes, pero no se someten a la autoridad fácilmente. Colectivista-vertical: las personas se someten a la autoridad del grupo y son capaces de sacrificarse por el interés del grupo. Son culturas tradicionalistas.

Cuando nos referimos a la personalidad propia de estas culturas, se habla de un 60% de alocéntricos en culturas colectivistas y un 60% de idiocéntricos en las individualistas. Los alocéntricos enfatizan la interdependencia, la sociabilidad e integridad familiar, y tienen en cuenta las necesidades y deseos de los miembros de su grupo. Los idiocéntricos enfatizan el auto-ensalzamiento, la competitividad, el carácter único de la persona, el hedonismo y la distancia emocional del grupo.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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