Batofobia (miedo a la profundidad): qué es, síntomas, causas y tratamiento

Batofobia (miedo a la profundidad): qué es, síntomas, causas y tratamiento

Es verano, hace calor y te apetece darte un baño. Por suerte, has viajado y tienes la playa cerca. Hacía mucho que no decidías relajarte en un destino marítimo, poco turístico, por lo que decides aprovechar para ir a darte un baño por la noche. Te acercas a la orilla y vas viendo como la inmensidad del océano empieza abrumarte, mojas tus pies y cuando estas convencida para meterte por completo una extraña sensación empieza a invadir tu cuerpo, sientes sudores frio, diferentes a los que sentías cuando estabas en casa por el calor.

Te empieza a palpitar el corazón cada vez más deprisa. Te vas sumergiendo cada vez más. De repente, te encuentras con todo tu cuerpo cubierto de agua, no ves absolutamente nada de tu cuerpo impregnado de agua. Notas como tus pensamientos empiezan a ir a mil por hora y, finalmente, sales corriendo. No entiendes lo que acaba de pasar, solo sabes que no quieres volver ahí dentro, al menos no ahora, no por la noche.

Este corto relato podría ser un indicador de batofobia, así que si quieres conocer de qué se trata. En este artículo de Psicología-Online, hablaremos sobre la batofobia: qué es, síntomas, causas y tratamiento.

Qué es la batofobia

Si nos basamos en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, Ed. 5 (DSM-V)[1], la batofobia la clasificaríamos como una fobia específica, es decir, un objeto o situación específica que provoca en la persona miedo o ansiedad intensa. Pero, ¿a qué, concretamente?

La palabra batofobia es una combinación de dos palabras griegas: bathos, que significa “profundidad” y phobos, que significa “miedo”. Cuando hablamos de ella, por tanto, no solo nos referimos a la profundidad, por ejemplo del mar, sino también a estructuras altas o edificios así como a cualquier lugar que sea capaz de hacer que el o la batofóbica se sienta incómodo/a o asustado/a por objetos o espacios de gran profundidad.

Si buscas el término de batofobia en la red, seguramente encuentres las dos vertientes interpretativas de la batofobia explicadas de la siguiente manera:

  • Miedo a la profundidad: la gran mayoría de paginas web hagan referencia a su significado más etimológico, dado que bathos/bathy significa profundidad. Algo parecido recoge también el diccionario de la lengua italiana donde describe la palabra como miedo irracional al vacío.
  • Miedo a las construcciones altas: viene provocada por un grado de inquietud que la gente siente cuando se encuentra junto a una estructura elevada, lo que puede suscitar el temor a que se le caiga encima.

Síntomas de la batofobia

¿Cómo saber si tengo batofobia? Algunos de los síntomas que permiten identificar la batofobia, y que suelen manifestarse en la mayoría de las fobias, son los siguientes:

  • Referencias negativas a aquellas situaciones en las que la persona no pueda ver el interior del lugar donde se encuentra.
  • Excesiva evitación y escape de dichos estímulos.
  • Hiperventilación y palpitaciones.
  • Ansiedad intensa ante las estimaciones erróneas de amenaza, es decir, ante los significados atribuidos al estímulo y la respuesta evocada de miedo.
  • Aparición de otros trastornos derivados de esta fobia
  • Se puede experimentar desde una leve ansiedad hasta un ataque de pánico, pasando por sudoración nerviosa, fatiga visual y mareos. Ante estas situaciones, si no sabes qué hacer cuando tienes ansiedad, te recomendamos consultar este artículo.

Causas de la batofobia

La causa no es únicamente un estresor o una vivencia, o la predisposición biológica del individuo, sino que siempre tendremos presente la interacción entre genética y ambiente. El sujeto que sufre de batofobia seguramente tenga una vulnerabilidad biológica generalizada que, junto con el estrés que vivencie, creará una sensación de falsa alarma, que terminará convirtiéndose en una alarma aprendida, generando una vulnerabilidad psicológica.

Esta vulnerabilidad es influida por los aprendizajes, ya sean de forma directa o vicaria, de otras alarmas reales. Este ciclo da lugar a la aparición de trastornos de ansiedad y fobias.

Tratamiento de la batofobia

La clave para curar la batofobia es la exposición repetida al estímulo temido en concreto, como podría ser navegar en los adentros del océano, hacer snorkel o incluso submarinismo, y la generación de un nuevo aprendizaje en el que el estímulo temido se vuelve inocuo.

Para empezar el tratamiento de la batofobia, es importante adquirir habilidades de control de la ansiedad y relajación, así como crear un entorno de seguridad en el marco de una alianza terapéutica apropiada para poder continuar avanzando. A partir de aquí, como con todas las fobias, el mejor tratamiento es la terapia de exposición o desensibilización sistemática.

Terapia de exposición

Según Wolpe, la desensibilización sistemática funciona al asociar o generar una respuesta opuesta, como la relajación, a la que seria generada de forma inicial, como miedo y la ansiedad. La eficacia para curar la batofobia con la terapia de exposición radica en impedir que la evitación se convierta en una señal de seguridad.

Esta terapia, puede llevarse a cabo de las siguientes formas:

  • En vivo (gradual o inversiva): exponerse directamente a la situación que genera el miedo irracional a las profundidades.
  • Simbólica: mediante estímulos visuales o auditivos asociados o a través de realidad virtual.
  • En grupo: aumentando así el apoyo social y la motivación y adherencia a la terapia.
  • Interoceptiva: provocando las sensaciones corporales propias del momento de aparición del miedo.

Otras terapias cognitivo conductuales

Existen otras técnicas que funcionan con algunas fobias como la terapia narrativa y el procesamiento y desensibilización por movimientos oculares (EMDR). Todas estas terapias mencionadas se engloban en la terapia cognitivo conductual, pues, según evidencias científicas, es la que ha probado tener más efecacia.

Como siempre, la elección del tratamiento más adecuado dependerá de muchos factores, personales, sociales, y ambientales, que harán que funcione mejor un tipo u otro. Sea cuál sea el tipo de tratamiento escogido, las claves del éxito para curar la batofobia son:

  • Que el terapeuta tenga conocimiento del modelo conceptual que aplica.
  • Que se haya establecido una buena relación terapéutica.
  • Que se transmita una lógica consistente del tratamiento.
  • Que se implanten de manera efectiva las diferentes modalidades de exposición.

Si piensas que podrías padecer batofobia y notas que esto esta interfiriendo en tu día a día y te genera malestar, es importante que acudas a un/a psicólogo/a que pueda hacerte las pruebas pertinentes y realizar el tratamiento que mejor se ajuste a tu caso.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Referencias
  1. American psychiatric association, (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM – 5. Madrid, España. Editorial medica panamericana.
  2. Durán, S., (2019). Batofóbico Vol. II. Trabajo final de grado. Universidad de Málaga. Recuperado de: Durán López, Salvador.pdf
Bibliografía
  • Belloch, A., Sandín, B., Ramos, F., (2009). Manual de psicopatología, volumen II. Madrid. McGraw Hill / Interamericana de España, S.A.U.
  • Labrador, F. J., (coord.) (2008). Técnicas de modificación de conducta. Madrid. Pirámide.