Bulbo raquídeo: qué es, partes, características y funciones

Bulbo raquídeo: qué es, partes, características y funciones

En nuestro día a día realizamos un sinfín de acciones de forma automática y no es habitual que nos paremos a pensar qué mecanismos se activan en nuestro cerebro. El tronco del encéfalo es una de las partes del encéfalo más importantes a la hora de regular las funciones básicas del organismo. Este se compone de 3 partes: mesencéfalo, protuberancia y bulbo raquídeo. Este último es una estructura que tiene tan solo tres centímetros de largo y dos de ancho. No obstante, es de vital importancia para nuestra supervivencia. ¿Estás interesado/a en saber de qué se trata? Descúbrelo en este artículo de Psicología-Online en el cual se profundizará sobre qué es el bulbo raquídeo, su ubicación, partes, características y funciones.

Definición y ubicación del bulbo raquídeo

El bulbo raquídeo (también llamado médula oblongada) o habitualmente solo “bulbo” se localiza en el mielencéfalo. Concretamente, se sitúa entre el puente troncoencefálico o protuberancia anular, por arriba, y la médula espinal por debajo. Como se ha comentado anteriormente, destaca por su forma, ya que es un cono truncado de vértice inferior, de tres centímetros de largo y dos de ancho aproximadamente.

En el sigueinte artículo, encontrarás más información sobre las partes del cerebro y sus funciones.

Partes del bulbo raquídeo y características

El bulbo raquídeo o médula oblongada es la continuación superior de la medula espinal. Está dividido por un rafe medio, y a cada lado muestra surcos anterolateral y posterolateral, a través de los cuales salen las raíces de los nervios hipogloso (XII) y de los nervios glosofaríngeo (IX), vago y accesorio (XI). Los surcos dividen el bulbo en regiones anterior, lateral y posterior, que constan de las pirámides, las olivas por arriba y el inicio de las columnas laterales de la médula por debajo, y la mitad inferior del suelo del IV ventrículo en la porción superior, así como el inicio de las columnas posteriores de la medula espinal por debajo.

Una sección a través de la mitad superior del bulbo muestra una forma de U convoluta y consta de láminas de sustancia gris dorsales respecto a las pirámides, los núcleos olivares inferiores. Muchas fibras salen de los extremos mediales, abiertos de estos grupos de núcleos para penetrar en los pedúnculos cerebelosos inferiores (caudales) opuestos. A continuación, se explica de forma esquemática las partes del bulbo raquídeo y sus características:

Configuración externa

Veamos las partes externas del bulbo raquídeo:

  • Cara anterior: las pirámides separadas por el surco medio anterior situado en la línea media. Este surco se encuentra interrumpido por la decusación motora. Por fuera de las pirámides se encuentran las olivas bulbares. Las olivas se encuentran separadas de las pirámides por el surco preolivar. Esta cara se encuentra cruzada por las arterias vertebrales que luego se fusionan y forman la arteria o tronco basilar.
  • Cara posterior: presenta un surco medio posterior en la línea media continuación del surco posterior medular bordeado, a cada lado, por el cordón posterior, subdividido a su vez por un pequeño surco paramediano en cordón de Goll o fascículo grácil y cordón de Burdach o fascículo cuneiforme.
  • Cara lateral: posterior a las olivas, en el cual tienen origen los pares craneales glosofaríngeo (IX), vago (X) y accesorio o espinal (XI).

Configuración interna

En cuanto a las partes internas del bulbo raquídeo, encontramos:

  • Pirámides bulbares: en las pirámides se localizan los haces de fibras nerviosas que conectan la corteza con el bulbo raquídeo y la espina dorsal. Aquí se da la decusación piramidal y se produce un cruce de las fibras nerviosas de un lado a otro. Esto explica por qué la corteza cerebral se encarga del control de los movimientos al lado opuesto del cuerpo.
  • Lemniscos: transmiten la información entre el encéfalo y la médula espinal. Se encargan de los movimientos de la posición de la cabeza o de los movimientos oculares, entre otros.
  • Complejo olivar: se consideran tres: la oliva principal y las accesorias ventral y dorsal. Reciben aferencias de la corteza cerebral, ganglios basales y mesencéfalo principalmente a través de fascículo tagmental central. Manda sus eferencias principalmente como fibras olivocerebelosas. Regulan los movimientos musculares voluntarios.

Núcleos

Seguimos con las partes del bulbo raquídeo. A continuación veremos que el bulbo raquídeo o médula oblongada se compone de los siguientes núcleos:

  • Núcleo trigémino: transmite la información del dolor, temperatura y tacto.
  • Núcleo dorsal vago: controlan el sistema nervioso entérico.
  • Núcleo ambiguo: se inician los nervios: vago, glosofaríngeo y accesorio. Se encargan de los músculos de la faringe y la laringe
  • Núcleo del tracto solitario: regula la sensibilidad de las vísceras y tiene un papel fundamental en la percepción gustativa

Funciones bulbo raquídeo

El bulbo raquídeo es de vital importancia para la supervivencia del ser humano. Su lesión produciría grandes déficits en nuestro día a día. A continuación, se exponen algunas de sus funciones. Veamos cuáles hay:

  1. Controla la frecuencia cardíaca, la presión sanguínea, la tensión arterial y la vasoconstricción.
  2. Participa en la nutrición y la digestión. Regulando la secreción de sustancias gástricas y la deglución.
  3. Controla la respiración.
  4. También controla la tos y el estornudo.
  5. Es importante en el mantenimiento de la consciencia y de la atención. Es un mecanismo crítico implicado en el trastorno por déficit de hiperactividad (TDAH).
  6. Se encarga de la transferencia de información entre el sistema nervioso periférico y central.

Importancia del bulbo raquídeo

Tal y como se ha visto reflejado en este artículo, el bulbo raquídeo o médula oblongada es una parte muy importante de nuestro cerebro. El hecho que este implicado en la transmisión de impulsos en el cerebro, lo convierte en indispensable.

¿Qué consecuencias tendrían lesiones en el bulbo raquídeo? La lesión de este órgano supondría un fallo en las funciones citadas anteriormente, como, por ejemplo, un posible paro cardíaco o respiratorio.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
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  • Del Abril Alonso, A,. Ambrosio Flores, E., de Blas Calleja M. A, Caminero Gómez, A, A. Lecumberri, C. G y de Pablo González, J, M. (2016) Fundamentos de Psicobiología, 1ª edición, Madrid: Sanz y Torres