Características de una persona hipócrita

La hipocresía, según la RAE es el "fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se sienten o experimentan". La hipocresía supone intentar ser o parecer algo que no se es.

La hipocresía, en sí misma, es una manifestación conductual que no suele ser bien aceptada porque genera incomodidad y falta de confianza en las personas que son víctimas de dicha conducta. Por ejemplo, a nadie le gusta relacionarse con una persona que habla de la importancia del trabajo en equipo y la conducta solidaria y, sin embargo, luego escapa de las conductas prosociales y actúa de manera totalmente egoísta.

Por qué la gente es hipócrita

Los motivos de dicho fingimiento pueden ser:

• Conscientes: por ejemplo, querer aparentar ser algo para seducir a alguien, para conseguir algo, para optar a un trabajo, etc.
• Inconscientes: por ejemplo, cuando una persona con baja autoestima intenta simular un modo de ser que no va con ella para ser aceptada.

La hipocresía, sea consciente o inconsciente, surge como resultado de haber cerrado el corazón ante ciertas experiencias negativas vividas y haber adoptado dicha actitud comportamental como instinto de supervivencia.

En realidad, mucho de las conductas hipócritas son debidas al sistema social en el que nos encontramos, en el que nos vemos sometidos a ritmos y modos de vida contrarios, en muchas veces, a nuestras necesidades más internas, por lo que la hipocresía se convierte en una posible herramienta para seguir lo que nos ha sido asignado y, simultáneamente, intentar cubrir necesidades y anhelos.

Una persona hipócrita es aquella que dice una cosa pero hace otra. Podríamos diferenciar entre dos manifestaciones básicas de la conducta hipócrita: como mecanismo de defensa o por dictamen social.

Ahora bien, todas las manifestaciones de hipocresía se deben a continuas disonancias internas entre lo que anhela el ser real y lo que ha sido interiorizado como norma o bien es dictado desde fuera. Es esta disonancia la que provoca la incoherencia entre la palabra dicha y el acto realizado.

Mecanismo de defensa

Aquellas que se dan en personas que adoptan esta actitud vital como rasgo personal. En este primer caso, la persona adopta la hipocresía como un rasgo de su personalidad, constituyéndose como mecanismo de defensa que le protege de carencias o heridas emocionales previas.

Dictamen social

Las que se dan de manera diaria, aleatoria y frecuente en la mayoría de las personas que vivimos en sociedades occidentales capitalistas. Como hemos comentado previamente, los modos de vida de las actuales sociedades occidentales capitalistas van, en muchas ocasiones, en detrimento de las necesidades básicas humanas.

Estas necesidades primarias son la calma y sosiego, el contacto con la naturaleza, las relaciones sociales cordiales, etc. Por este motivo que las personas nos vemos obligados a actuar de manera hipócrita para sobrevivir los dictámenes sociales, pero sin morir en el intento.

Es así como, por ejemplo, hay personas que manifiestan una determinada actitud en el trabajo, pero fuera de él muestran otra al verse "obligados" a ser de un determinado modo en función de las demandas laborales. En otras ocasiones, una persona puede decir que sí a cosas delante de un grupo social pero, posteriormente, evita y no hace nada de lo dicho.

Las características básicas que distinguen a las personas hipócritas y falsas o las conductas hipócritas puntuales son las siguientes:

• Disonancia o incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
• Falta de compromiso.
• Incapacidad para ser asertivos.
• Doble moral.
• Falta de valentía de la persona para, unan vez clarificados sus anhelos más profundos, buscar una solución vital que permita aunar la consecución de estos en el contexto social en el que se encuentra.
• Utilizan máscaras para fingir en cada momento aquello que se espera debemos ser.

Consecuencias de ser una persona hipócrita y falsa

La hipocresía, este uso continuado de máscaras sociales, puede suponer a medio o largo plazo una merma de la salud física, emocional y psicológica de la persona en tanto que, para cada conducta hipócrita, implementa simultáneamente dos mecanismos (corporales, anímicos, emocionales, etc.) contrarios, por lo que su fuerza personal se verá afectada y mermada a todos los niveles, pudiendo afectar gravemente su salud global.

Al igual que ocurre con otras patologías conductuales o con patrones de conducta derivados de condicionamientos sociales, resulta recomendable que las personas hipócritas se cuestionen hasta qué punto su modo de actuar les beneficia o les está privando de una conducta libre, asertiva y en paz.

Para tratar con un sujeto que cumple todas las características de una persona hipócrita, debemos tener en cuenta que, en la mayoría de los casos, la persona en cuestión no es consciente de su disonancia. Es por ello que nuestra actitud o conducta al respecto dependerá de varios aspectos:

• El grado de profundidad e intimidad de la relación.
• El agravio que suponga aceptar dicha conducta hipócrita.
• La personalidad de la persona hipócrita.
• La vulnerabilidad ante un posible desenmascaramiento.

En función de estos aspectos, entre otros, nuestra respuesta ante la hipocresía puede oscilar entre comunicar asertivamente el problema a la persona que actúa de este modo o, simplemente, ser compasivos y entender que la persona actúa sometida a un mecanismo de defensa que no le permite actuar de manera libre y espontánea.

Esta actitud compasiva permite aceptar a la persona, a pesar de lo incómodo de su conducta. Y es, precisamente, esta conducta de comprensión y compasión la que ayudará, más que ninguna otra cosa, a que la persona hipócrita aumente la confianza en las personas, en la vida y en sí misma, lo que le permitirá arriesgarse, en una próxima ocasión, a mostrarse tal y como es.

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Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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