El síndrome del impostor puede limitar el crecimiento y éxito profesional de las mujeres debido a los estereotipos de género y las barreras culturales a las que deben enfrentarse a lo largo de su vida. En ocasiones, algunas mujeres se presentan a cargos laborales y creen que están engañando a sus posibles jefes y compañeros. En este sentido, sienten la necesidad imperiosa de demostrar logros, pero a la vez culpa por creer que no cumplen las expectativas. A pesar de que esto puede ser un temor psicológico que atraviesa a la gran mayoría de los seres humanos, el punto principal radica en comprender cuándo comienza a ser un problema considerable. Existe una patología vinculada a estas ideas que requiere ser explorada en profundidad para disipar dudas que surgen al respecto.
En este artículo de Psicología-Online te explicamos cómo afecta el síndrome del impostor a las mujeres.
Por qué el síndrome del impostor afecta más a mujeres que a hombres
Más allá de que sea necesario estudiar cada caso en profundidad, una de las causas principales por las que el síndrome del impostor afecta más a mujeres que a hombres se debe a la crianza que han recibido durante gran parte de la vida. A diferencia de las mujeres, muchos hombres han sido criados mediante la impostura de lograr objetivos y sobresalir en entornos de competencia en la vida. Con el tiempo, esta cualidad se desplaza hacia el ámbito laboral y da lugar a reconocimientos que se buscan en situaciones diversas.
El síndrome del impostor es una patología mental que se caracteriza por una inseguridad relacionada con la presentación ante el mundo. Esto puede incluir el ámbito laboral, familiar, social y/o amoroso ya que puede desplegarse en cualquier situación de la vida cotidiana. No obstante, suele ser más habitual en el trabajo, ya que es donde se pone más en juego la imagen que la persona brinda hacia el exterior.
Pero, ¿cómo afecta el síndrome del impostor a las mujeres en el trabajo? Si bien esto puede variar según cada caso, existe una idea generalizada de las mujeres poseen el mandato interno de no sobresalir en un ambiente compartido. Por esta misma razón, es posible que surjan dificultades para aceptar retos laborales, logros u objetivos cumplidos, entre otros.
Ejemplos del síndrome del impostor en las mujeres
Si bien esta idea puede resultar un poco abstracta, es posible vislumbrar situaciones en las cuales aplica el concepto que estamos desarrollando. Algunos ejemplos de cómo se manifiesta el síndrome del impostor en las mujeres incluyen:
- Surgimiento de dudas acerca de la propia imagen que se proyecta hacia el exterior.
- Imposibilidad de establecer razones lógicas que den cuenta del éxito en ámbitos como el trabajo, la familia, las amistades y el amor.
- Sentirse inferiores en cuanto a capacidades con respecto a otras personas.
- Miedo a que se visibilicen cualidades negativas que reflejen a la mujer como una impostora.
Consecuencias del síndrome del impostor en mujeres
Poseer este tipo de condición puede tener diversos efectos negativos en la vida de la persona. A continuación te mostramos cuáles son las consecuencias del síndrome del impostor en mujeres:
- Pérdida de motivación.
- Falta de interés en actividades de la vida cotidiana.
- Baja autoestima.
- Pensamientos negativos sobre la persona propia.
- Imposibilidad de disfrutar logros obtenidos.
- Necesidad de aislamiento.
Ante todo, es importante contar con un diagnóstico elaborado por un profesional de la salud mental para corroborar que la persona presenta síndrome del impostor y hallar el mejor tratamiento para cada caso en particular.
Cómo tratar el síndrome del impostor en mujeres
A pesar de las complejidades de este cuadro, actualmente existen diversos abordajes que permiten mejora la calidad de vida de las mujeres con síndrome del impostor. En este apartado encontrarás los recursos más efectivos para tratar el síndrome del impostor en mujeres:
Terapia psicológica
Las consultas con un profesional de la salud mental especializado en el tratamiento de las emociones, conductas y pensamientos que aparecen en situaciones puntuales son fundamentales para comprender cómo armar estrategias para afrontarlas de un modo más ameno.
Entre las terapias psicológicas breves más importantes destacan la terapia cognitivo-conductual y la terapia sistémica. Por otro lado, en el caso de las terapias de larga duración el psicoanálisis se posiciona como la alternativa más efectiva.
Medicación psiquiátrica
En casos extremos, si la presencia de los síntomas propios del síndrome del impostor impide el correcto desarrollo de actividades cotidianas y genera riesgos para la vida de la mujer, el suministro de medicamentos psiquiátricos puede ser una alternativa necesaria.
No obstante, la ingesta de medicación psiquiátrica debe ser supervisada por un profesional de la salud mental.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- Breeur, R. (2018). El impostor como parodia del absoluto. Revista Utopía y Praxis Latinoamericana, 25 (80), 79-89.
- Cadoche, E., De Montarlot, A. (2020). El síndrome de la impostora. París: Ediciones Península.