Cómo dejar de ser envidioso y egoísta

Cómo dejar de ser envidioso y egoísta

Existen adjetivos que no nos gusta reconocer. Sin embargo, cualquier persona puede ser egoísta y envidiosa en algún momento de su vida o de forma recurrente. En esta situación, es positivo educar el carácter para poner un freno a esos comportamientos que conducen al individualismo y que dañan las relaciones personales de forma natural. ¿Cómo dejar de ser envidioso y egoísta? En este artículo de Psicología-Online, te damos las claves para manejar esta situación que te hace sufrir a ti y a los demás.

5 consejos para dejar de ser una persona envidiosa

  1. Es muy posible que tu envidia no aflore en cualquier situación y con cualquier persona. Por esta razón, intenta identificar a qué persona de tu entorno envidias de forma recurrente. Los celos de la envidia se producen siempre dentro del entorno más cercano de los vínculos de referencia.
  2. Reconoce que sientes envidia. La envidia es uno de esos sentimientos que se censura y, por tanto, se reprime. Sin embargo, ganas fortaleza emocional cuando de forma sincera, reconoces aquello qué sientes no solo en la intimidad de tu conciencia, sino también ante otra persona. Puedes hablar con un amigo sobre cómo te sientes. Es muy posible que en esta conversación logres superar el sentimiento de malestar.
  3. La falta de lógica de la envidia. Cuando envidias a otra persona, estableces una comparación entre tu propia vida y la suya. Sientes que su dicha es una amenaza para tu propio bienestar porque aquello que la otra persona posee, te recuerda una carencia propia. Sin embargo, esta comparación nace de una distorsión cognitiva, puesto que estableces conclusiones a partir de la vida del otro desde un filtro distorsionado por la propia envidia. Por ejemplo, cuando envidias un éxito profesional de un amigo, te fijas únicamente en ese brillo social que ha experimentado. Sin embargo, no te pones en su piel al pensar en las horas de esfuerzo, trabajo, dedicación y constancia que habrá invertido esa persona para llegar hasta ese punto.
  4. Celebra las alegrías de los demás. La mejor terapia para transformar la tristeza por el bien ajeno es adoptar la actitud optimista de celebrar las ilusiones de las buenas noticias de los amigos y familiares cercanos como si fuesen propias. Al menos, puedes intentarlo. Piensa que, al ser partícipe de las alegrías de los otros, en cierto modo, también eres protagonista de esa buena energía. Y mientras que la envidia te aleja de un estado de ánimo feliz, esta actitud te acerca a la meta de la inteligencia social.
  5. Aprende a ser feliz con lo que tienes. La envidia comienza a desaparecer cuando realmente adoptas esta filosofía de vida de entender que cada persona tiene su propio camino. Siempre serás infeliz si vives tu propia historia envidiando aquello que otros tienen. Para evitar ser una persona envidiosa, empieza por cultivar tu propia alegría a partir de tus propios recursos actuales. Puedes consultar los consejos del artículo Quiero ser feliz y no puedo: ¿qué hago?

5 consejos para dejar de ser egoísta

A continuación, te mostramos algunos buenos consejos que puedes poner en práctica para ser menos egoísta:

  1. Dedica tiempo a los demás. Uno de los primeros síntomas de egoísmo se manifiesta en el control del tiempo. Por ejemplo, a una persona egoísta le cuesta ceder en los planes con los demás. Sin embargo, así como en ocasiones tus amigos ceden por acompañarte en algún plan que a ti te ilusiona, tú puedes hacer lo mismo porque la clave de las relaciones es la equidad y la reciprocidad.
  2. Experimenta la felicidad de la generosidad. Rompe la dinámica de este comportamiento a través de la experiencia vivencial y educativa. Por ejemplo, observa qué bien te sientes cuando tomas conciencia de que a través de tus acciones o tu compañía, has aportado alegría en la vida de otra persona. Mientras que el egoísmo te lleva a la pereza de la inactividad ante estas iniciativas positivas, el propio recuerdo de la experiencia práctica te reafirma en la idea de que el egoísmo es sufrimiento y la generosidad es libertad.
  3. Comparte tu conocimiento. El egoísmo también nace en este plano de la realidad como muestra el ejemplo de aquellas personas que quieren destacar ante los demás y, por ello, evitan compartir aquello que saben con los demás. Rompe con esta tendencia y busca la colaboración continua en las d, stintas esferas de tu vida. Por ejemplo, trabaja en equipo en la oficina, escribe un comentario constructivo en un blog que trata una temática que conoces, ofrece tu consejo sincero a quien te lo ha pedido, etc.
  4. Escucha la insatisfacción que tu comportamiento egoísta produce en otras personas. Si esta actitud es constante en tu modo de ser, tus amigos y entorno próximo te mostrarán sus reproches y desencanto por cómo este hecho les hace sufrir a ellos. No solo te conoces a ti mismo por aquello que tú opinas sobre ti, sino también por la imagen que proyectas en los demás. Por tanto, intenta reflexionar en torno a las críticas constructivas que recibes para comprender que el amor y el egoísmo son poco compatibles en los lazos afectivos.
  5. Como ser humano eres social por naturaleza. Por tanto, la alteridad es un espejo de humanismo. Cuando te acomodas en el egoísmo estás dando la espalda a tu verdadera esencia. Muchos de los momentos más felices de la vida son aquellos que experimentas en compañía de otras personas, motivo más que suficiente para evitar esta actitud.

¿Cómo dejar de ser envidioso y egoísta? Tomando conciencia del sufrimiento que este hecho te genera y entrenando tus habilidades sociales para encontrar el equilibrio de tener tu propio espacio pero, también, manteniendo el contacto con los demás.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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