Cómo superar el miedo a las alturas

Las posibles causas de haber desarrollado acrofobia son:

• El instinto: el miedo tiene una parte adaptativa que sirve para garantizar la supervivencia. Cierto miedo o respeto a las alturas es sano, puesto que hace que tengamos precaución para no sufrir daños.
• El aprendizaje o transmisión de información sobre ese peligro.
• La herencia: la predisposición a desarrollar algún trastorno puede heredarse.
• El resultado de malas experiencias relacionadas con el miedo. Puede ser o no en primera persona.
• La autosugestión: darle más vueltas al tema.
• Los sesgos cognitivos: pensamientos irreales.
• El vértigo: una disfunción del sistema del equilibrio.
• Alguna deficiencia en la visión periférica que afecta al sentido del equilibrio.
• Algún problema en la propiocepción, la percepción visual del propio movimiento.
• Predisposición genética a desarrollar trastornos de ansiedad.

Normalmente, el miedo a las alturas no es causado por un factor aislado, sino por la confluencia de varios de los factores.

1. Temor recurrente y habitual: no se trata de un temor puntual, sino de una experiencia emocional presente de manera repetitiva en distintos periodos de la vida de la persona en situaciones que tienen la característica de un escenario en altura. Experiencias que, además, han dejado un recuerdo condicionado en su memoria.
2. Sensación de pérdida de control ante la realidad: la persona se siente desbordada por la sensación de peligro como consecuencia de un temor ante el que responde desde la perspectiva de la evitación. Sin embargo, la respuesta de la huida sigue alimentando ese miedo que se hace más fuerte.
3. Miedo al miedo: este tipo de fobia no solo describe el miedo a la altura de quien lo siente, sino también, el miedo al miedo de aquella persona que descarta de entrada cualquier propuesta de actividad que pueda despertar esta señal de alarma. Se genera miedo al sentir la sensación de miedo.
4. Malestar: una persona que sufre temor a las alturas experimenta un malestar que refleja la constante vinculación del ámbito psicológico y corporal, se sufren los efectos físicos y psicológicos del miedo. Por ejemplo, uno de los síntomas que puede vivir es la sensación de mareo debido a la ansiedad. Sin embargo, este síntoma siempre debe ser valorado por un especialista puesto que su manifestación puede responder a un diagnóstico diferente.

La importancia de afrontar las fobias radica en la gran limitación que producen en la vida de la persona que la sufre:

• Cambios en las relaciones sociales: la agenda de ocio de una persona puede verse reducida al quedar condicionada por la evitación de aquellos planes que producen esta preocupación anticipada. Es decir, la persona rechaza los planes que pueden incluir vivir la sensación de miedo.
• Preocupación del entorno: este es un tipo de miedo que no solo produce sufrimiento a quien lo sufre, también produce una respuesta en el entorno más cercano. Algunas personas pueden intentar sobreproteger a quien experimenta miedo a las alturas. Otras pueden sentir incomprensión al no entender la razón de esta reacción. Otras personas desean ayudar al ser querido pero no saben cómo hacerlo exactamente. Por tanto, conviene observar este miedo más allá de su perspectiva individual.
• Ansiedad anticipatoria: el presente es un escenario vital de desarrollo y felicidad cuando la persona tiene su mente totalmente enfocada en el ahora. Sin embargo, esta presencia consciente queda interrumpida por la tendencia anticipatoria de quien se adelanta a aquello que puede ocurrir. La persona observa la realidad desde el punto de vista de este miedo irracional, por tanto, sus emociones y sentimientos también están vinculados con estas ideas asociadas a la percepción de un peligro. ¿Cómo influye esta situación en la persona? Esta realidad produce una pérdida de la calidad de vida puesto que el protagonista sufre de manera anticipada por algo que no ha ocurrido todavía.
• Consecuencias profesionales: este es un tipo de miedo que no solo produce efectos observables en el plano personal, sino también en el ámbito profesional. Por ejemplo, cuando una persona realiza un proceso de búsqueda activa de empleo puede vivir la circunstancia de realizar entrevistas de trabajo en oficinas situadas en lo alto de un edificio. Otros profesionales realizan su jornada de trabajo habitual en un escenario de estas características. Factores que producen la respuesta de la evitación o el malestar en quien sufre miedo a las alturas.

Además, cuanto más se evitan las situaciones temidas, más fuerte se hace el miedo y más se generaliza. Cada vez se temen más situaciones y, por tanto, se evitan.

Para superar el miedo a las alturas es necesario un proceso, del mimo modo que en el resto de fobias específicas. Es importante saber que las fobias pueden superarse, pues existe un tratamiento para ellas. Sin embargo, dependerá en gran parte de la complejidad del trastorno en cada caso y del paciente, su implicación, su motivación y su personalidad.

1. Reconocimiento del miedo

Cuando una persona asume su temor y muestra su deseo por superarlo al darse cuenta de cómo le condiciona en su vida, ha dado un primer paso muy importante para avanzar.

2. Tratamiento psicológico

En la acrofobia es muy importante que la persona busque asesoramiento especializado puesto que el acompañamiento profesional es esencial. Cada persona que sufre este temor es única. Por tanto, el proceso de superación del temor también parte de la atención a las necesidades individuales de cada caso y a las variables de cada historia.

En primera instancia, se realizará un evaluación exhaustiva del paciente, el origen de la fobia, los síntomas y las situaciones evitadas. También se realizará una evaluación completa para descartar otros trastornos de anidad, puesto que es muy común que se presente una fobia en el contexto de otro trastorno de ansiedad.

A continuación, se aplicaran las técnicas psicológicas:

• Técnicas cognitivas: se puede empezar por identificar las creencias irracionales y modificarlas por pensamientos funcionales.
• Técnicas de relajación: como por ejemplo, la respiración diafragmática y la técnica de relajación muscular progresiva. Será necesario aprender a gestionar la activación fisiológica y restablecer un estado de calma en cuerpo y mente.
• Técnicas de conducta: las más eficaces y utilizadas son la exposición y la desensibilización sistemática. El procedimiento es parecido: se trata de no evitar la situación, sino afrontarla. En cada caso será diferente. Es común realizar una lista jerarquizada de estímulos temidos para ir afrontando poco a poco las situaciones. La exposición puede ser primero en imaginación y luego en vivo. También existen las herramientas tecnológicas de realidad virtual, muy útiles en estos casos. La exposición debe ser controlada, larga y repetida. Mientras el paciente va afrontando cada situación temida, debe aplicar las técnicas cognitivas y técnicas de relajación previamente aprendidas para gestionar la ansiedad que le causa el estímulo. Gradualmente, se irá habituando a los estímulos, consiguiendo que, cada vez, la reacción de ansiedad sea menor. Este proceso debe estar guiado y supervisado en todo momento por su psicólogo.

Actualmente, estas técnicas psicológicas son muy eficaces para las fobias y tienen un gran porcentaje de éxito.

3. Consejos para superar el miedo

• Buscar apoyo: ya sea de tu red de apoyo habitual o de un nuevo grupo de personas que presenten problemas similares y podáis competir experiencias.
• Hacer ejercicio: la actividad física es útil para descargar la tensión que genera la ansiedad.
• Practicar la consciencia plena o mindfulness: ayuda a vivir en el presente y enfocar la atención a lo que es importante en cada momento.
• Cuidarse: descansar y mantener un estilo de vida sano.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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