Cómo superar una crisis existencial

Cómo superar una crisis existencial

¿Qué hacemos aquí? ¿Para qué sirve la vida? ¿Qué camino tomar? ¿Cómo sé cuál es mi pasión? Puede que un fuerte golpe te haya llevado hasta aquí y que ahora no veas ninguna salida. Sin embargo, esta puede ser una experiencia que cambie tu vida, que te trasforme como persona y que te permita reconectar contigo y redescubrir el mundo con una mirada nueva. ¿Estas listo? En este artículo de Psicología-Online encontrarás cómo superar una crisis existencial en 10 pasos.

Qué es una crisis existencial en psicología

Una crisis existencial es un fenómeno más habitual de lo que parece. Se trata un periodo vital de dudas profundas en relación a la existencia, al sentido de la vida, el propósito e incluso a la propia identidad. ¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Hacia dónde va mi vida?

Crisis existencial: significado

Una crisis existencial en psicología se entiende como un momento en el que los esquemas mentales construidos ya no sirven para afrontar la situación actual. La crisis existencial se da porque la vida, o la forma de percibirla o entenderla, cambia. De repente, las ideas pasadas y las expectativas del futuro caen. Aparecen nuevas preocupaciones y preguntas que nunca habían sido planteadas y para las que no se tiene respuesta (todavía). La persona que pasa por una crisis existencial se siente perdida, desorientada, no tiene claras sus metas y se replantea sus creencias y sus valores. Todo ello acompañado de un malestar psicológico intenso.

Con la incertidumbre y las preocupaciones, puede aparecer también sintomatología ansiosa, dificultad para conciliar el sueño, apatía o falta de motivación, abulia o falta de energía, miedos e insatisfacción vital. En el siguiente artículo encontrarás más información sobre los síntomas de una crisis existencial.

Aunque a menudo se habla de la crisis existencial a los 30 o a los 50, lo cierto es que se puede dar en cualquier punto del ciclo vital.

Causas de la crisis existencial

Una crisis existencial se debe a un conflicto interpersonal derivado de la unión de varios factores, los principales:

  • Cambios internos o externos. Uno de los cambios más intensos suelen ser las pérdidas, que pueden ser desde el fallecimiento de un ser querido hasta la pérdida de salud o empleo. Especialmente, cuando se pierden áreas de la vida a las que se daba mucha importancia y que sustentaban gran parte del sentido de nuestra vida.
  • Falta de conocimiento sobre uno mismo. Pasamos mucho tiempo distraídos y nos prestamos poca atención a nosotros mismos.

¿Cómo evitar una crisis existencial? O más bien, ¿es posible evitar una crisis existencial? Estos periodos de dudas pueden ocurrir por múltiples motivos y suelen estar causados por varios factores. Algunos factores pueden trabajarse de forma preventiva, como el autoconocimiento y la autocompasión, pero otros no dependen de uno mismo.

Consecuencias de la crisis existencial

Una crisis existencias puede tener varias consecuencias, entre ellas:

  • Trastornos psicológicos: la sensación de estar perdido puede desencadenar malestar que interfiera con la vida diaria de la persona, provocando sintomatología psicopatológica.
  • Tranformación: si se afronta y se gestiona correctamente el malestar, la crisis existencial puede suponer un crecimiento y desarrollo personal. Puedes salir fortalecido y transformado de ella, ampliando así los recursos para afrontar futuras dificultades, como la resiliencia.

Cómo superar una crisis existencial: 10 pasos

Ateniéndonos a la segunda opción, podemos interpretar una crisis existencial como una oportunidad para reencontrarnos con nosotros mismos y para cambiar. ¿Qué hacer ante una crisis existencial? No existe una solución como tal, exacta y eficaz para todo el mundo. Se tratará de que te conozcas a ti mismo, analices la situación y reorganices tu vida.

1. Frena

¿Cómo superar una crisis existencial? Siendo consciente. Seguramente te encuentras absorbido por la rutina. Las mismas tareas cada día, los mismos lugares, las mismas personas, etcétera. Preocupaciones, pensamientos recurrentes y dudas. Para un momento. Para que algo nuevo crezca debe tener espacio. Por tanto, debes parar para poder seguir.

2. Permítete estar mal

El malestar forma parte de la vida. Los humanos contamos con un repertorio de emociones variado y no siempre sentimos emociones positivas y agradables. También tenemos emociones negativas, es normal experimentarlas y pasar periodos en los que nos sentimos mal. No pasa nada por estar tristes, no pasa nada por tener dudas, no pasa nada por asumir que la situación nos ha superado. Acepta que eres humano y, por tanto, imperfecto. Desde la autocompasión como base podrás trabajar para superar la crisis existencial.

3. Conócete

Puede que pienses que no sabes qué hacer con tu vida o incluso que te plantees quién eres. En ese caso, deberás pasar más tiempo contigo mismo, observarte y comprenderte. Pregúntate por qué piensas así, por qué actúas así, etcétera. Una técnica de autoconocimiento es plasmar en papel una descripción de ti mismo en tercera persona. Luego, puedes pedir a personas cercanas que relaten cómo eres desde su punto de vista. Luego, valora las similitudes y las diferencias.

Recuerda: tú no eres tus emociones, ellas pasan por ti y tú decides cómo las gestionas. Así como tampoco te definen los números ni los títulos, te define tu forma de ser, tu forma de relacionarte y el valor que aportas a los demás y al mundo.

4. Cuestiónate tus pensamientos

El malestar se deriva, a menudo, más que de la situación en sí, de la forma en la que interpretamos y de lo que opinamos al respecto. Presta atención a tu diálogo interno, a lo que piensas sobre ti y a lo que te dices a ti mismo. Puede que tu malestar no esté causado, por ejemplo, por haber terminado tu relación de pareja, sino por una creencia tuya, como por ejemplo "sin pareja no puedo ser feliz". Cuestiónate la validez de las creencias que forman la base de tus pensamientos.

5. Recuerda tus recursos

Para superar una crisis existencial, recuerda tu actuación ante otros momentos difíciles. Hazte las siguientes preguntas:

  • ¿Qué he hecho cuando me he sentido perdido?
  • ¿Cómo he superado las adversidades?

El objetivo de estas cuestiones es que recuerdes y seas consciente de todas las habilidades que has desarrollado en otras circunstancias complejas que ya has superado. Los aprendizajes y las capacidades que adquiriste están ahí para ayudarte ahora.

6. Recupera tus aficiones

Reflexiona acerca de aquellas cosas que disfrutabas muchísimo en tu infancia. Aquello que te gustaba hacer antes de que tu agenda estuviera tan llena y tu autocrítica fuera tan elevada que ya no tuviera espacio en tu vida. ¿Es factible incluir alguna de tus aficiones en tu vida actual? ¡Inténtalo! Realizar actividades placenteras es una de las estrategias más utilizadas de las técnicas conductuales en la terapia psicológica, pues entre sus múltiples beneficios notarás un estado de ánimo más positivo y motivación para realizar otras tareas.

7. Relaciónate desde la vulnerabilidad

Debido al estigma social y el miedo a ser juzgados por los demás, a menudo intentamos mostrarnos como indiferentes e invencibles. Estar triste o sentirse perdido parece que socialmente no están asociados al éxito y la felicidad, por lo que intentamos esconderlos. Sin embargo, no es necesario que escondas cómo te sientas, sobre todo, ante las personas de confianza. Puede que haya personas que no te entienda, pero te sorprenderá la cantidad de personas que sí pueden entenderte e incluso también destapar su vulnerabilidad. El apoyo social es esencial y poder mostrarte con sinceridad te aportará mayor libertad.

8. Plantéate una meta

Para disminuir la desmotivación, encuentra aquello que sí te hace ilusión realizar. ¿Qué propósito te gustaría cumplir? Plantéate un objetivo realista, concreto y a corto plazo.

A veces, la motivación no aparece al inicio, sino una vez se ha empezado el camino. Por lo que puedes comenzar aunque tu motivación no sea muy elevada al principio. Sin embargo, ten en cuenta que tampoco debes forzarte. Si no estás preparado, si no es el momento, no pasa nada. Escúchate, respétate y tómate tu tiempo.

9. Experimenta

¿Cómo superar una crisis existencial? Se trata de redescubir quién eres y qué te apasiona, para ello necesitas exponerte a contextos diferentes y observarte en nuevos escenarios. Prueba, permítete tener nuevas experiencias y ser principiante. Permítete probar, intentar, experimentar, etc. Puedes equivocarte, eres humano. Para obtener nuevos aprendizajes y para encontrar nuevas respuestas debes probar nuevos caminos. Aquí encontrarás 15 ejercicios para salir de la zona de confort.

10. Busca tu propósito

Plantéate las siguientes preguntas:

  • ¿Qué cosas te producen satisfacción?
  • ¿Qué cosas son realmente importantes para ti?
  • ¿Qué cosas haces que no sea por obligación?
  • ¿En qué cosas destacas? ¿Qué es aquello que se te da muy bien?
  • ¿Qué puedes aportar a los demás?
  • Si tuvieras una varita mágica que todo lo hiciera realidad, ¿cómo sería tu vida?

Cómo superar una crisis existencial: 5 ejercicios

Además de los pasos previamente mencionados, para gestionar esta sensación de desorientación y desmotivación, puedes realizar los siguientes ejercicios:

1. Lista de cosas que te hacen sentir bien

¿Qué cosas te hacen feliz? Coge papel y lápiz y anota todas aquellas cosas sencillas y cotidianas que producen bienestar en ti. Por ejemplo, tomar un café, pasear, ver la lluvia o dar un abrazo. Ten esta lista presente y cada vez que se presente alguna de estas cosas que te hacen sentir bien, sé consciente de ello y disfrútalas.

2. Diario positivo

Cada día, reflexiona sobre la jornada e identifica, por lo menos, algo positivo que ha ocurrido. Lo que sentimos depende en gran medida de lo que pensamos, mientras que lo que pensamos, depende de nuestro filtro cognitivo. Es decir, según nuestras experiencias vamos formando creencias y adoptamos una posición respecto a los acontecimientos. Realizar el ejercicio de encontrar aspectos positivo, ayuda a flexibilizar nuestra posición y nos permite aprender a cambiar el punto de vista.

3. Practicar la gratitud

Practicar el agradecimiento o la gratitud implica analizar y valorar pequeñas cosas que nos facilitan el día a día y que mejoran nuestra calidad de vida. Cosas que habitualmente damos por sentadas y pasamos por alto, porque siempre son así. Tenerlas en cuenta nos permite sentirnos afortunados por disfrutar de ciertas comodidades. Por ejemplo, si estás leyendo esto es porque sabes leer y porque tienes Internet.

4. Leer

Otro ejercicio que contribuye al desarrollo personal y ayuda a superar una crisis existencial es la lectura. Puedes aprende a través de libros útiles para superar una crisis existencial como El arte de no amargarse la vida del psicólogo Rafael Santandreu, Inteligencia emocional de Daniel Goleman o El hombre en busca de sentido de Viktor Frankl.

5. Visualización

Ponte cómodo y relájate. Imagínate a ti mismo dentro de 5 años. Observa cómo eres, dónde estas, cómo caminas, cómo piensas y qué estás haciendo. Observa tu estado de ánimo, tus intereses y tus valores. Explora cada área de tu vida: dónde vives y con quién, a qué te dedicas, qué haces en tu tiempo libre y cómo te sientes. Visualiza hasta el más mínimo detalle y empatiza con esa persona imaginaria, con sus inquietudes, sus deseos y sus metas. ¿Te gusta lo que ves? ¿Qué puedes hacer que esté en tu mano para empezar a parecerte un poco más a esa versión de ti mismo?

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Kairós.
  • Frankl, V. (2005). El hombre en busca de sentido. Herder Editorial.
  • Frankl, V. (2011). Ante el vacío existencial: hacia una humanización de la psicoterapia. Herder Editorial.
  • Neff, K. (2012). Sé amable contigo mismo. El arte de la compasión hacia uno mismo.
  • Santandreu, R. (2014) El arte de no amargarse la vida: las claves del cambio psicológico y la transformación personal. Paidós Iberica.