Conducta prosocial: qué es, características, tipos y cómo desarrollarla

Conducta prosocial: qué es, características, tipos y cómo desarrollarla

Algunas personas se inclinan a hacerse cargo del bienestar de los demás más que otras, espontáneamente e independientemente de las circunstancias y de los destinatarios, a veces a costa de considerables sacrificios y riesgos personales. No solo personas candidatas a la santidad como la Madre Teresa de Calcuta, sino también individuos comunes, que en las más variadas circunstancias no dudan en poner en peligro su vida para proteger la de los demás. Aunque pueda parecer veleidoso en una sociedad como la actual, tan orientada a la competición y amenazada por la discordia, lo cierto es que quien se ocupa de los demás hace el bien también a sí mismo.

El hacer el bien no es fortuito, sino intencional y, como tal, refleja la concertación de estructuras emocionales, cognoscitivas y motivacionales, como sentimientos, convicciones de eficacia, valores, expectativas, fines. En este artículo de Psicología-Online profundizaremos sobre qué es la conducta prosocial, sus características, los diferentes tipos y cómo desarrollarla.

Qué es la conducta prosocial

Mussen y Eisenberg (1985) definieron la conducta prosocial en términos de "acciones destinadas a ayudar o beneficiar a otra persona o grupo de personas, sin esperar recompensas externas". Por lo tanto, una acción prosocial es cualquier conducta llevada a cabo a su costa por un individuo o un grupo y dirigida a lograr o a mejorar el bienestar de otra persona o de un grupo de personas, o a reducir su sufrimiento o a mejorar las relaciones.

En el ámbito de la reflexión y de la investigación psicosocial, el interés por la conducta prosocial es relativamente reciente: el período de mayor expansión de la investigación sobre este tema se sitúa entre los años sesenta y los primeros años ochenta del siglo pasado. El inicio fue determinado, sobre todo en Estados Unidos, por el aumento de fenómenos delictivos, en particular en las grandes ciudades: una serie de casos de conmoción por el hecho de que algunos transeúntes u observadores presenciaran episodios de violencia sin prestar ayuda a las víctimas desesperadas. La opinión pública se preguntó por la desaparición de las normas sociales y la decadencia de los tiempos.

El episodio emblemático que llamó la atención de la opinión pública y de los psicólogos fue el asesinato de Kitty Genovese, ocurrido el 3 de marzo de 1964 en Kew Gardens, Queens, un suburbio de Nueva York.

Ejemplos de la conducta prosocial

Más concretamente, la expresión "conducta prosocial" o "prosocialidad" se utiliza para indicar una amplia gama de comportamientos o conductas destinadas a beneficiar a otras personas además de a sí mismos, como por ejemplo:

  • La ayuda
  • El consuelo
  • La donación
  • El cuidado
  • El compartir

Acciones que se traducen concretamente en ayuda física, apoyo verbal, escucha: comportamientos destinados a beneficiar a otra persona y que pueden tener en la base motivaciones altruistas, egoístas o mixtas.

Características de la conducta prosocial

La mayoría de los psicólogos creen que cualquier comportamiento voluntario que beneficie a otras personas tiene derecho a ser reconocido como prosocial. Una amplia categoría de comportamientos, caracterizados por la intención de procurar un favor a otra persona y de la libertad de elección (por ejemplo, la ausencia de obligaciones profesionales), en la que se sitúan también comportamientos que pueden calificarse de altruistas.

Criterios para considerar prosocial una acción:

  1. El acto debe beneficiar a un individuo, o más individuos, o un grupo de individuos.
  2. El agente o emisor de la conducta no está obligado a cumplir sus obligaciones.
  3. La conducta debe ser gratuita, es decir, espontánea, no solicitada por otro individuo.

En este artículo encontrarás más información sobre el altruismo y la conducta de ayuda según la psicología social.

Tipos de conductas prosocial

Los psicólogos sociales, sin embargo, no han desarrollado teorías específicas para el estudio de la conducta prosocial, pero han tratado de leer este fenómeno ya sea dentro de teorías clásicas y microteorías ya existentes, validando su lectura con datos de investigación, o a partir de teorías propuestas por otras disciplinas. A continuación, un resumen de la concepción de la conducta prosocial según las diferentes teorías:

  • Teoría del aprendizaje social: comportamiento aprendido de otros, por imitación, adaptándose a una situación existente.
  • Teoría de las normas sociales: resultado de las normas del dar y de la responsabilidad social.
  • Teoría del intercambio social y de la equidad: comportamiento instrumental para obtener sucesivamente una recompensa y compensación de las injusticias y de los desequilibrios del sistema.
  • Teoría de la atribución: resultado de la asignación de las disposiciones o situaciones realizadas.
  • Reducción de la tensión: resultado de la imposibilidad de tolerar la turbación y la angustia provocadas por el sufrimiento de los demás.
  • Mantenimiento/aumento de la autoestima: resultado del deseo/necesidad de aumentar o mantener la evaluación positiva del yo.
  • Teoría cognitivo-evolutiva: expresión de un proceso moral de desarrollo.
  • Teoría sociobiológica-evolutiva: comportamiento genéticamente determinado que tiene la función de salvaguardia de la especie.

Factores que influyen en la conducta prosocial

Existen numerosos factores o situaciones que favorecen o inhiben la ayuda:

  • El número de espectadores en caso de emergencia.
  • Observar o no la situación de ayuda e interpretarla como situación de emergencia.
  • La capacidad para asumir la responsabilidad en esta situación.
  • En general, las personas son más propensas a la ayuda cuando acaban de observar a otra persona que ayuda, o cuando tienen mucho tiempo disponible.
  • Incluso el humor y la semejanza física tienen un peso en la predisposición a la ayuda.

Cómo desarrollar la conducta prosocial

Las investigaciones sugieren que para aumentar las conductas de ayuda o prosocialidad es necesario:

  1. Reducir o eliminar los factores que los obstaculizan: reducir la ambigüedad y aumentar la responsabilidad, activar el sentimiento de culpa y la preocupación por la propia imagen.
  2. Enseñar la prosocialidad y el altruismo: enseñar la inclusión moral, crear modelos de altruismo, aprender haciendo, atribuir el comportamiento altruista a motivaciones altruistas, conocer los mecanismos que regulan el altruismo.
  3. Favorecer la acción de la norma de reciprocidad.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • Caprara, G. V. (2006). Il comportamento prosociale. Aspetti individuali, familiari e sociali. Trento: Erickson.
  • Marta, E., Scabini, E. (2003). Giovani volontari. Impegnarsi, crescere e far crescere. Florencia: Giunti.
  • Myers, D. G. (2009). Psicologia sociale. Milán: McGraw-Hill.