Delirio de culpa: qué es, síntomas, causas y tratamiento

Un delirio por sí solo es toda creencia falsa e incorregible que no está en consonancia con la procedencia social y cultural del sujeto. Se establece por una vía patológica y constituye el eje principal de la vida del paciente dominando su pensamiento, pero también su ánimo y su conducta.

Por lo general, los delirios constituyen un síntoma de otros trastornos mentales dentro del espectro de la esquizofrenia, u otros trastornos que pueden ser o no psicóticos, como la depresión. De todos modos, este puede llegar a desarrollar un trastorno en sí mismo: el llamado trastorno delirante.

Características del delirio de culpa

Según K. Jaspers, el delirio tiene tres características principales:

• Convicción extraordinaria.
• No influencia en experiencia o evidencias empíricas.
• Imposibilidad en su contenido (falsedad).

En concreto, el delirio de culpa es muy frecuente cuadros clínicos depresivos, concretamente, como síntoma adicional al trastorno depresivo mayor. En estos casos, la persona que padece este tipo de delirios presenta la idea fija, falsa e irreductible de que es culpable de algo con un gran grado de intensidad y frecuencia.

Sin este grado de intensidad y frecuencia, estaríamos hablando de ideas culposas que podrían aparecer tras la vivencia de situaciones traumáticas, como la perdida de un ser querido por suicidio, donde la persona se cree culpable por no haber hecho lo suficiente.

Los diferentes tipos de delirio muestran manifestaciones clínicas comunes entre ellos. Las vemos continuación:

• Alucinaciones relacionadas con la temática delirante.
• Ausencia de otros síntomas psicóticos.
• Estado afectivo en consonancia con la temática delirante.
• Ausencia de juicio de enfermedad.
• Otras áreas de funcionamiento afectadas según el contenido del delirio.
• Sin deterioro significativo de la actividad psicosocial.

Concretamente, los síntomas del delirio de culpa serían los comentados anteriormente, teniendo en cuenta que la temática delirante a la que hará referencia será la atribución personal errónea a la propia persona como responsable o "culpable" de cualquier hecho.

Como otros tipos de delirios, su curso es crónico, es decir, pasa de la sospecha a la creación delirante y de ahí a la consolidación de esta en un delirio. Es importante tener en cuenta que, en personas con esta alteración, cualquier conducta será integrada dentro del contexto de la temática delirante.

Además, otro aspecto a tener en cuenta en los delirios, y algo que nos ayuda a diferenciarlos de otros trastornos del espectro psicótico, es su aparición tardía, normalmente a partir de los 40 años.

No hay causa clara del delirio de culpa, aunque sabemos que las enfermedades de salud mental son resultado de la interacción de la genética y el ambiente con una relación media de 60-40%. El peso mayor del ambiente o la genética dependerá de cada caso en concreto, sin poder hacer una determinación clara.

Si es cierto que, aun sin poder hacer una asociación rigurosa, existen factores, considerados de riesgo, que podrían ayudarnos a definir las causas como el consumo de drogas y sustancias psicóticas, los antecedentes de episodios delirantes previos, el historial familiar de trastornos psicóticos u otras patologías como las siguientes:

• Esquizofrenia.
• Trastorno esquizofreniforme.
• Trastorno esquizoafectivo.
• Trastorno delirante (paranoia).
• Trastorno psicótico breve.
• Trastorno psicótico compartido (Folie à deux).
• Trastorno psicótico por enfermedad médica.
• Trastorno psicótico inducido por tóxicos.
• Trastorno bipolar.
• Trastorno depresivo.
• Depresión unipolar.
• Demencia.

Cuando el delirio de culpa es consecuencia de otro trastorno o enfermedad médica, el tratamiento principal será paliar la causa principal que tiene como síntoma el delirio. Por ejemplo, si una persona sufre delirios como síntoma de la depresión, el tratamiento principal será el de la depresión, esperando que remita la sintomatología delirante con la remisión de ésta.

En caso de no darse la situación anterior, el diagnostico podría ser el del trastorno delirante, lo que nos plantearía otro enfoque terapéutico. En este punto, debemos tener presente que el delirio es difícil de curar y se suele tratar con psicofármacos, normalmente antipsicóticos.

Aun así, se ha demostrado que una de las terapias que mejor funciona es la terapia cognitivo-conductual, por lo que, si queremos tratar el delirio de culpa en concreto y de forma aislada, la terapia para este se basará en la reestructuración cognitiva y confrontación. El objetivo es aumentar la capacidad de juicio racional de la persona hacia ella misma e intentar desmontar la construcción que ha hecho alrededor de la idea delirante.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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