Dermatopatofobia (miedo a enfermedades de la piel): qué es, síntomas, causas y tratamiento

La dermatopatofobia consiste en una fobia vinculada con el temor irracional y exacerbado a padecer lesiones o enfermedades en la piel. Este cuadro clínico es considerado un trastorno de la ansiedad a partir de las características que presenta como patología.

Según el DSM-V, la dermatopatofobia puede ser incluida dentro del grupo de fobias específicas a razón de los rasgos que pueden vislumbrarse. En este sentido, existen una serie de criterios diagnósticos que permiten delimitar la dermatopatofobia o miedo a enfermedades de la piel para que pueda establecerse un diagnóstico adecuado:

• Miedo y/o ansiedad intensa por un objeto o situación específica (en este caso, serían las enfermedades y lesiones en la piel).
• El objeto y/o la situación específica casi siempre producen miedo o ansiedad.
• Evitación del objeto y/o situación específica.
• El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que acarrea la situación o el objeto.
• Duración de seis meses ó más.
• Deterioro de las relaciones laborales, familiares y sociales a causa del miedo o la ansiedad.
• Los síntomas no se explican por la presencia de otro trastorno mental.

Este trastorno de la ansiedad presenta una serie de manifestaciones que aparecen tanto a nivel físico como en el plano de las emociones y conductas de una persona que padece dermatopatofobia. La importancia de conocer estos datos radica en que la problemática puede ser tratada a tiempo.

Los síntomas de la dermatopatofobia o miedo a enfermedades de la piel más importantes son los siguientes:

• Temor excesivo a padecer cualquier tipo de enfermedad de la piel.
• Evitación del contacto con elementos que puedan alterar la piel (agujas, relojes, entre otros).
• Visitas reiteradas al médico a fin de comprobar el estado de la piel.
• Temor a exponerse a la radiación solar.
• Tensión muscular.
• Sudoración excesiva.
• Mareos.
• Aumento de la frecuencia cardíaca.
• Náuseas.
• Dolor de cabeza.

Cabe mencionar que la presencia de alguno de estos síntomas no implica necesariamente que estemos frente a un cuadro de dermatopatofobia. El diagnóstico debe ser llevado a cabo por un profesional de la salud que evalúe las condiciones clínicas de cada paciente.

Más allá de los síntomas implicados en el trastorno, resulta trascendental conocer los orígenes posibles de este trastorno de ansiedad a los fines de elaborar estrategias adecuadas para la problemática. En los siguientes ítems, desarrollaremos las causas principales asociadas:

Factores ambientales

A modo general, las experiencias desagradables vividas en el pasado actúan como desencadenantes de esta problemática. Pudo haber ocurrido que la persona haya padecido enfermedades de la piel en las cuales haya sufrido las consecuencias complejas que acarrean.

Asimismo, es posible que alguno de los miembros del entorno familiar haya padecido dermatopatofobia. De este modo, la imitación de comportamientos juega un rol importante en los patrones de conducta de la persona.

Factores genéticos

Si bien no se encuentra totalmente demostrado, es posible que alguno de los progenitores tenga ciertas alteraciones genéticas que den cuenta de la prevalencia de respuestas de pánico frente a ciertos eventos y que esto haya ocasionado el surgimiento de este miedo a enfermedades de la piel.

A pesar de las dificultades que conlleva la problemática, afortunadamente existen tratamientos disponibles en la actualidad que posibilitan un buen pronóstico frente al diagnóstico de dermatopatofobia. A continuación, hablaremos acerca de los tratamientos principales:

Terapia psicológica

La terapia consiste en un espacio que invita a la reflexión acerca de diversas situaciones de la vida que ocasionan problemas para la persona. Por un lado, existen las terapias de duración breve que trabajan en las emociones, pensamientos y conductas que provocan los síntomas de la dermatopatofobia.

El objetivo de este enfoque consiste en armar estrategias que permitan afrontar situaciones de estrés y/o ansiedad de un modo más ameno. Aquí podemos destacar a la terapia cognitivo conductual como el abordaje más importante.

Por otro lado, las terapias de larga duración intentan ubicar el origen de los miedos a partir del recuerdo de situaciones infantiles traumáticas. De esta manera, la persona puede elaborar alternativas que permitan transitar situaciones complejas. La terapia extensa más conocida y efectiva es el psicoanálisis.

Medicación psiquiátrica

En casos que representan una gravedad considerable, el suministro de medicamentos ansiolíticos produce una disminución en la intensidad de los síntomas implicados en la dermatopatofobia o miedo a enfermedades de la piel. Sin embargo, la medicación psiquiátrica sólo debe consumirse bajo la supervisión de un profesional de la salud mental.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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