Diferencia entre coaching y mentoring

El coaching es un proceso de acompañamiento. El coach es quien ofrece el servicio y el cliente es el verdadero protagonista. La pregunta es el método utilizado durante las sesiones. Preguntas poderosas y abiertas que tienen el propósito de impulsar al cliente en la búsqueda de sus propias respuestas. Este poder de la pregunta como herramienta de diálogo también está presente en la filosofía de Sócrates a la que Platón rinde homenaje por medio de sus mítidos Diálogos.

¿Por qué es tan importante desde el punto de vista del coaching que se respete esta premisa? Porque cada persona puede tener puntos de vista diferentes en torno a una misma historia. Puntos de vista que están condicionados por los valores, la experiencia previa y la subjetividad. Por esta razón, la mejor decisión es aquella que toma el cliente de manera consciente y libre.

Las preguntas que plantea el coach tienen una razón de ser: aportan luz. Es decir, por medio de estos interrogantes, el cliente inicia un proceso en el que clarifica cuestiones importantes en relación con el establecimiento de metas, que es aquello que motiva la acción. Y, es que, el verdadero fin del coaching es el objetivo realista. La definición de este objetivo es el primer paso del proceso que puede nacer por una razón personal o profesional.

En cualquier caso, existe una característica vital en un objetivo de coaching. El cumplimiento de esa meta, por medio de un plan de acción que es trazado en el propio contexto de las sesiones, debe depender únicamente del protagonista. De lo contrario, si una persona se marca una meta que implica a alguien más, corre el riesgo de frustrarse porque la voluntad de los demás trasciende al compromiso individual.

El mentoring tiene una esencia distinta. En esta disciplina adquiere un significado importante la figura del maestro de vida. Es decir, el ejemplo de aquella persona que a partir de su experiencia, conocimiento y edad puede transmitir información importante en forma de consejos a otra persona más joven que quiere nutrirse de ese conocimiento para aplicarlo a su propia vida. El mentor es una figura de apoyo que actúa como consejero. Esta filosofía está cada vez más presente, por ejemplo, en el emprendimiento.

Algo que nunca ocurre en un proceso de coaching puesto que los consejos no forman parte de esta metodología en la que el coach no debe condicionar al cliente con su propio mapa del mundo. El mentoring adquiere verdadero significado desde la perspectiva de la confianza que inspira el mentor en aquella persona a la que guía.
Un mentor es aquel que, desde su posición y cercanía, impulsa a los demás a ser la mejor versión de sí mismos.

Ayuda a los demás a creer en sus propios sueños. El mentor aporta respuestas. En cierto modo, es aquella persona que encarna el concepto de sabiduría y, por ello, comparte aquello que sabe. Algo que no debe confundirse con tener un título determinado.

En esencia, coaching y mentoring son dos conceptos que tienen muchos elementos en común, sin embargo, se diferencian en el método aplicado. Tanto el coach como el mentor son personas que destacan por su escucha activa, la confianza en el ser humano y la inteligencia emocional. Así como la pregunta, que es el método del coaching, ya está presente en la filosofía de Sócrates, del mismo modo, también es posible observar en el marco filosóficos ejemplos de mentoring. Sócrates fue el maestro de Platón.

¿Cómo decidir coaching y mentoring?

Una vez hemos visto las principales diferencias entre coaching y mentoring, llega el momento de decidir el proceso que mejor se adapte a tus necesidades.

Si ambas disciplinas, que difieren en el método, conectan con el propósito de la ayuda personal, ¿cuándo elegir una opción u otra? Ambas son experiencias que pueden ser complementarias. Por tanto, hacer un proceso de coaching no descarta la posibilidad de aprender de un mentor.

• Una de las cuestiones que puede servirte de guía es que, si buscas un propósito que adquiere proyección en el tiempo desde la perspectiva de futuro, entonces, puedes elegir un mentor. Por el contrario, si te gustaría cumplir un objetivo más preciso, más concreto y con carácter más inmediato, el coaching puede inspirarte para dar ese cambio por medio del empoderamiento.
• Si en este momento te gustaría tener cerca una figura de referencia de la que poder aprender gracias a su experiencia y admiras a alguien en concreto que crees que puede convertirse en tu mentor, valora esta opción. Tanto la finalidad del coaching como la del mentoring es impulsar el crecimiento personal. Pòr tanto, sabiendo que ese es el fin, elige el método con el que te sientas más cómodo porque conecta más con tus expectativas o tus preferencias.
• Para tomar tu decisión, también puedes tener una primera sesión con un coach que te explique más en profundidad cuáles son las características del proceso y si esta idea es la que mejor se ajusta a tu meta. También puedes recibir este feedback por parte de un mentor. Gracias a esta información, tendrás más elementos para decidir.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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