Disomnia: qué es, síntomas, causas y tratamiento

El término disomnia se utiliza para englobar los problemas de sueño asociados a la cantidad de horas de sueño, la calidad de las mismas y/o el horario. La disomnia incluye distintos trastornos relacionados con el sueño, como son: insomnio primario, la hipersomnia primaria, la narcolepsia, el trastorno del sueño vinculado a la respiración, el trastorno del ritmo circadiano y la disomnia no especificada.

• El insomnio primario hace referencia a la imposibilidad de llevar a cabo un sueño reparador debido a la dificultad para iniciar o mantener el sueño. Por tanto, la diferencia entre insomnio y disomnia es que el insomnio es un tipo de disomnia o trastorno del sueño. En este artículo, puedes ver los Tipos de insomnio y su tratamiento.
• La hipersomnia primaria se caracteriza por una necesidad exagerada por dormir, provocando períodos de sueño prolongado de manera diaria. En este artículo, también hablamos de la hipersomnia.
• La narcolepsia supone un deseo súbito de dormir que lleva a la persona a experimentar períodos de sueño más profundo pero a la vez de más corta duración. Este trastorno puede ir acompañado de alucinaciones, alteraciones auditivas y/o visuales y pérdida del tono muscular.
• El trastorno de sueño vinculado a la respiración es considerado un problema de somnolencia o insomnio debido a dificultades en la ventilación durante el sueño.
• El trastorno del ritmo circadiano surge de una inadecuada coordinación entre las exigencias del exterior y el sistema circadiano endógeno, produciendo una alteración del ritmo sueño-vigilia.
• La disomnia no especificada se utiliza para designar a los trastornos del sueño que no presentan las características clínicas de los trastornos definidos anteriormente.

Los principales síntomas de la disomnia son:

• Somnolencia o necesidad exagerada de dormir
• Dificultad para conciliar o mantener el sueño
• Deseo inexorable por dormir
• Sueño en situaciones inadecuadas
• Alteraciones de la respiración durante el sueño
• Movimientos involuntarios a la hora de conciliar el sueño
• Irregularidades del sueño
• Modificaciones del ritmo sueño-vigilia
• Incomodidad por la imposibilidad de conciliar el sueño

Estos síntomas pueden llegar a desencadenar síntomas complementarios como son el incremento de la tensión o ansiedad ante la imposibilidad de dormir, la automedicación para poder conciliar el sueño, el aumento de la irritabilidad durante el día, la disminución de la concentración y/o la falta de energía para llevar a cabo las tareas diarias.

Las causas de la disomnia pueden clasificarse en dos grupos:

Causas psicológicas

Dentro de las causas psicológicas se encuentran los desequilibrios o alteraciones emocionales, el estilo de pensamientos, la rumiación, el estrés y/o la intensidad emocional

Causas ambientales

Entre las causas ambientales, cabe destacar un acelerado ritmo de vida, una mala alimentación, los hábitos perjudiciales, el uso de pantallas y/o la falta de rutinas y horarios.

El tratamiento más adecuado para tratar la disomnia suele ser de carácter psicológico y/o conductual debido a la tipología de las causas que generan dicho trastorno del sueño. Las técnicas más efectivas para llevara a cabo este tipo de tratamiento son el condicionamiento clásico, la reestructuración cognitiva, la relajación progresiva, la higiene del sueño, la restricción del sueño y la intención paradójica.

• El condicionamiento clásico consiste en asociar el tumbarse en la cama con el sueño, con el fin de facilitar la conciliación del mismo.
• La técnica de reestructuración cognitiva se basa en modificar las creencias o pensamientos disfuncionales asociados con el sueño.
• La relajación progresiva, concretamente la relajación muscular progresiva de Jacobson, se caracteriza por llevar a cabo una respiración focalizada que permite la relajación de los músculos. Esta relajación facilita la inducción y, por tanto, la conciliación del sueño.
• La higiene del sueño es una técnica muy utilizada en este tipo de problemáticas ya que permite adquirir hábitos y rutinas más saludables que repercutirán positivamente a la hora de dormir.
• La restricción del sueño consiste en un primer momento reducir las horas que se están en la cama para poder ir adecuando la duración del sueño progresivamente.
• La intención paradójica se basa en pensar justo lo contrario a lo que queremos hacer, por ejemplo, “no quiero dormir”. Esto permite disminuir el nivel de ansiedad que genera el no poder dormir y, por ende, facilita la conciliación del sueño de manera más natural.

Aunque todas estas técnicas psicológicas han demostrado su efectividad científicamente, es necesario saber ponerlas en práctica. Por ello, acuda a un profesional de la psicología que pueda ayudarle a gestionar esta situación. Puesto que, la disomnia o trastorno del sueño es un problema que hay que controlar lo antes posible para evitar que repercuta negativamente en nuestra vida, disminuyendo la calidad de la misma. Te dejamos un vídeo de relajación que puede ayudarte a aprender a relajarte.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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