Dromomanía: qué es, causas, síntomas y tratamiento

Dromomanía: qué es, causas, síntomas y tratamiento

Vivir en un mundo globalizado nos ofrece la ventaja de poder desplazarnos de un lugar a otro del planeta con relativa facilidad. Los viajes a larga distancia se han hecho cada vez más accesibles para toda la población. Por supuesto, los viajes a corta y a media distancia, que ya eran accesibles, también representan una buena oferta para aquellas personas a las que les apasiona viajar.

Si viajar es un placer, quizá hacerlo de forma impulsiva puede constituir un problema cuando comienza a interferir de forma negativa con nuestra vida cotidiana. Aunque no se trata de un problema que haya sido muy extensamente estudiado, el problema que constituye viajar de forma impulsiva es el fenómeno protagonista de nuestro siguiente artículo de Psicología-Online. Continúa leyendo para descubrir más sobre la dromomanía: qué es, causas, síntomas y tratamiento.

Qué es la dromomanía

Dromomanía, así es como se llama la obsesion por viajar. El diccionario de psicología de la Asociación Americana de Psiquiatría[1] la define como el impulso o deseo anormal de viajar y que implica un gasto por encima de las posibilidades del individuo, abandono del trabajo, pareja o la seguridad en la búsqueda de nuevas experiencias. Estos pacientes se sienten más vivos cuando viajan y comienzan a planificar su próximo viaje tan pronto como acaba el anterior. A menudo, fantasean con sus viajes, temática que ocupa muchos de sus pensamientos y algunos de sus sueños. A la dromomanía también se la suele llamar síndrome de wanderlust.

La dromomanía como tal no aparece reflejado en las principales clasificaciones diagnósticas DSM-5 ni CIE-11 como trastorno psicológico y tampoco ha recibido gran atención en la literatura científica. No obstante, si atendemos a las definiciones anteriores podemos encontrar similitud entre la dromomanía y los trastornos de control de impulsos y trastorno obsesivo compulsivo.

Dromomanía y trastornos de control de impulsos

Siguiendo a Fernández-Montalvo, J. y López-Goñi, J.J. (2014)[2], los trastornos de control de impulsos se caracterizan por la dificultad que siente el paciente de resistir un impulso o deseo (en este caso el de viajar o planificar el siguiente viaje) o la tentación de realizar algún acto que resulte nocivo para el paciente o las personas de su alrededor.

¿Viajar resultaría nocivo? Viajar como tal no, pero al hablar de dromomanía entendemos que este tipo de casos son nocivos al interferir con la vida del paciente en cuanto a los problemas que causa, siguiendo la definición de la Asociación Americana de Psiquiatría, en su esfera laboral, familiar, económica, etc. Por eso, la dromomanía se puede ver como una adicción a viajar.

Dromomanía y trastorno obsesivo compulsivo

La Real Academia de la Lengua Española define la dromomanía como la inclinación excesiva u obsesión patológica por trasladarse de un lugar a otro. ¿Si la idea de viajar es patológicamente obsesiva, por qué no clasificamos la dromomanía como trastorno obsesivo-compulsivo?

La Asociación Americana de Psiquiatría define las obsesiones como pensamientos, ideas, imágenes o impulsos persistentes y que se experimentan como intrusivas, inapropiadas y producen ansiedad, angustia o incomodidad.

Por lo tanto, las obsesiones relacionadas con viajar deben provocar malestar al paciente y este querer deshacerse de ellas, para lo que puede llevar a cabo la conducta compulsiva, un tipo de conducta o acto mental que está encaminada a la reducción de ansiedad, en este caso llevar a cabo el viaje.

Aunque una persona dromomaníaca se puede describir como una persona que está obsesionada con viajar, en la definición de la Asociación Americana de Psiquiatría sobre dromomanía no aparece especificado que el paciente perciba sus pensamientos como molestos o le provoquen malestar. Por tanto, en este artículo vamos a tratarla como un trastorno del control de impulsos.

Causas de la dromomanía

Como hemos indicado, la dromomanía o síndrome de wanderlustno ha recibido mucha atención en la literatura científica y es por ello que no se trata de un fenómeno muy estudiado. Por lo tanto, para explicarlo hemos tratado de clasificarlo en la categoría de trastornos del control de impulsos y será la información disponible sobre este tipo de trastornos la que tomaremos como modelo para explicar la dromomanía.

En estos, el paciente mostraría una tensión creciente anterior a la realización del viaje, sintiendo un impulso a realizarlo que le es difícil de controlar. Si atendemos a la definición que expusimos al comienzo del artículo, la persona planifica los viajes inmediatamente al terminar el último, por lo que el impulso podría aparecer al terminar dicho viaje y la tensión comenzaría a incrementarse desde ese mismo momento.

Si el viaje resulta placentero y agradable para el paciente, tratando de establecer una hipótesis, este podría suponer un refuerzo positivo para él, lo que contribuiría con la repetición de dichas conductas.

En cualquier caso, se trata de un fenómeno que requiere de mucha más investigación para esclarecer todas sus características, su funcionamiento y su causalidad.

Síntomas de la dromomanía

Fernández-Montalvo, J. y López-Goñi, J.J. (2014)[2] definen tres síntomas comunes a todos los trastornos del control de impulsos:

  • Dificultad recurrente para controlar el impulso, deseo o tentación de viajar (a pesar de tener consecuencias en su esfera económica, familiar, laboral, etc.)
  • Sensación de tensión creciente en forma de malestar emocional inmediatamente antes de ejecutar la acción, en este caso irse de viaje.
  • Bienestar, gratificación o liberación en el momento de viajar. El paciente lo percibe como placentero y responde a su deseo consciente inmediato.

Además de estos, entendemos que otro síntoma del paciente dromomaníaco será el acentuado interés que muestra por todo lo relacionados con los viajes.

Tratamiento de la dromomanía

Como venimos apuntando durante todo el artículo, la dromomanía constituye un fenómeno para el que se necesita más investigación. Por ello, una vez más, vamos a tratar de ofrecer una visión del tratamiento para los trastornos del control de impulsos tratando de adaptarlo al caso que nos ocupa, pero teniendo en cuenta que dichas propuestas no cuentan con aval científico para el caso concreto de la dromomanía.

La terapia cognitivo-conductual podría tener beneficios en estos casos, estando dirigida a identificar las fases previas de excitación, trabajo del autocontrol del paciente, dotar al paciente de técnicas de relajación, etc.

En cualquier caso, la evaluación del paciente esclarecerá aquellas áreas que deban de ser tenidas en cuenta a la hora de planificar el tratamiento, como por ejemplo las ideas irracionales que podrían estar presentes y que deberían tratarse mediante terapia cognitiva.

Por último, también debemos señalar que en trastornos como la piromanía, también se lleva a cabo un tratamiento farmacológico, por lo que también podría ser beneficioso en el caso de la dromomanía.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Referencias
  1. Asociación Americana de Psiquiatría (2020). APA Dictionary of Psychology. Recuperado de https://dictionary.apa.org
  2. Fernández-Montalvo, J. y López-Goñi, J.J. (2014) Juego Patológico y Trastornos Perturbadores del Control de los Impulsos y de la Conducta. En Caballo, V.E., Salazar, I.C. Y Carrobles, J.A. (2014) Manual de Psicopatología y Trastornos Psicológicos. Madrid. Pirámide.
Bibliografía
  • Asociación Psiquiátrica Americana (2014). DSM-5. Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5-Breviario. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
  • Organización Mundial de la Salud (OMS) (2018) Clasificación Internacional de Enfermedades, 11.a revisión. Recuperado de https://icd.who.int/es