El apego: el vínculo especial madre - hijo

El apego: el vínculo especial madre - hijo

El ser humano es gregario por naturaleza, por lo que una de sus propiedades más importantes es su capacidad para formar y mantener vínculos con otros individuos. La necesidad de apego (también conocida como attatchment) Es una respuesta instintiva imprescindible para nuestra supervivencia, aprendizaje y capacidad para reproducirnos.

La primera relación de apego que tenemos es la que surge entre la madre y el bebé, en el siguiente artículo de Psicología-Online, haremos un análisis y hablaremos del apego: el vínculo especial madre-hijo.

Qué es el apego: definición

Definimos el apego como aquel fuerte vínculo que se forma entre dos personas con una relación íntima y especial. En el campo de la psicología evolutiva, se han estudiado las teorías del apego y cómo este se genera entre un infante y sus cuidadores.

Para que una estrecha relación contenga apego, se deben dar tres elementos clave:

  1. Debe de ser una fuerte relación emocional, estable y con una persona en concreto.
  2. Dicha relación produce sensaciones positivas entre las dos personas, como tranquilidad, felicidad y sosiego.
  3. La pérdida o la amenaza de pérdida de la persona, puede llegar a provocar una intensa ansiedad. Los investigadores de la conducta infantil entienden como apego la relación madre-infante, describiendo que esta relación ofrece el andamiaje funcional para todas las relaciones subsecuentes que el niño desarrollará en su vida[1].

Una relación sólida y saludable con la madre o cuidador primario, se asocia con una alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros, mientras que un pobre apego parece estar asociado con problemas emocionales y conductuales a lo largo de la vida.

El apego según Bowlby

Si bien es cierto que los seres humanos tenemos muchas maneras de relacionarnos entre nosotros, aquellas relaciones más intensas y duradera son las que establecemos con la familia, amigos y seres queridos. Las principales teorías del apego definen que existe un proceso adaptativo que une a aquellas personas que consideramos importantes.

Según la teoría del apego de Bowlby, las habilidades que tenemos para establecer y mantener vínculos son distintas en cada individuo, dicha teoría pretende explicar las diferencias individuales en el momento de relacionarnos con los demás.

Según el portal "tu otro médico", tanto la capacidad como el deseo de formar relaciones emocionales están relacionados con una parte específica de nuestro cerebro, así como con el equilibrio de los neurotransmisores.

En resumen: así como el cerebro nos permite ver, oler, gustar, pensar y movernos, también es el órgano que nos permite amar o no amar.

Estas capacidades cerebrales para relacionarnos se desarrollan nada más al nacer (hay teóricos que incluso afirman la existencia de un vínculo de apego antes de nacer entre la madre y el hijo).

¿Cómo se desarrolla el apego?

Las experiencias durante los primeros años del desarrollo infantil, suponen un pilar fundamental en el aprendizaje de las habilidades sociales y en la formación de la inteligencia emocional. Capacidades tales como la empatía, la regulación emocional y la motivación, son capacidades que empezamos a desarrollar en la infancia y están moduladas por la manera en la que nos han educado.

Principales teorías del apego emocional

La preocupación por la relación temprana del niño con su madre fue uno de los temas centrales de muchos investigadores. Los primeros trabajos en esta línea fueron realizados por René Spitz, (1935) psicoanalista, quien comenzó sus trabajos observando el desarrollo de niños abandonados por sus madres que llegaban a centros de huérfanos. Estas observaciones le permitieron concluir que la madre sería la representante del medio externo y a través de ella el niño podía comenzar a constituir la objetividad de éste.

En 1958, Bowlby plantea una hipótesis que difiere por completo de la anterior. Postula que el vínculo que une al niño con su madre es producto de una serie de sistemas de conducta, cuya consecuencia previsible es aproximarse a la madre. Mas tarde, en 1968, Bowlby define la conducta de apego como cualquier forma de comportamiento que hace que una persona alcance o conserve proximidad con respecto a otro individuo diferenciado y preferido. Como resultado de la interacción del bebé con el ambiente y, en especial con la principal figura de ese ambiente, es decir la madre, se crean determinados sistemas de conducta, que son activados en la conducta de apego. Generalmente el apego tiene lugar en los primeros 8 a 36 meses de edad. En resumen sostiene que el sistema de apego está compuesto de tendencias conductuales y emocionales diseñadas para mantener a los niños en cercanía física de su madre o cuidadores.

Tipos de apego según la psicología

En base a cómo los individuos responden en relación a su figura de apego cuando están ansiosos, Ainsworth, Blehar, Waters y Wall[2], definieron los tres patrones más importantes de apego y las condiciones familiares que los promueven, existiendo el estilo seguro, el ansioso-ambivalente y el evasivo. A continuación, citaremos al libro llamado "La Teoría del Apego. Un enfoque actual" de Mario Marrone y definiremos los principales estilos de apego.[3]

1. Estilo de apego seguro

Un niño con apego seguro juega con los juguetes, se aflige cuando la madre abandona la habitación, interrumpe el juego y, de algún modo, demanda el reencuentro. Cuando la madre vuelve, se consuela con facilidad, se queda tranquilo y vuelve a jugar

En el dominio interpersonal, las personas con apego seguro tienden a ser más cálidas, estables y con relaciones íntimas satisfactorias, y en el dominio intrapersonal, tienden a ser más positivas, integradas y con perspectivas coherentes de sí mismo[1].

2. Estilo de apego evasivo

Los inseguros evitativos “evitaban tener proximidad cercana con la madre y no lloraban ni mostraban signos abiertos de disgusto cuando ella abandonaba la habitación. Cuando la madre volvía, estos niños evitaban de forma activa el contacto con ella... parecían estar más atentos a los objetos inanimados que a los sucesos interpersonales”

En la adultez, las personas que han mostrado un estilo de apego evasivo, suelen presentar problemas con la intimidad, expresan pocas emociones en las relaciones románticas y poseen pocas capacidades para compartir pensamientos y sentimientos con los demás.

3. Estilo de apego ambivalente

Un tercer grupo reaccionaba fuertemente a la separación. Cuando la madre regresa, estos niños buscan el reencuentro y el consuelo pero pueden también mostrar rabia o pasividad: no se calman con facilidad, tienden a llorar de una manera desconsolada y no retoman la actividad de exploración. Estos niños se clasifican como inseguros ambivalentes o ambivalentes preocupados.

Algunos autores afirman que este estilo de apego puede llegar a derivarse en trastornos tales como el trastorno límite de la personalidad. Descubre aquí cómo ayudar a un hijo con TLP.

Cómo fortalecer vínculo madre-hijo: teorías del apego

Una vez conocemos cómo se forma el apego y el vínculo especial madre-hijo, te ofrecemos los siguientes consejos para que tú mismo/a puedas fortalecer dicho vínculo:

Coger el bebé al hombro, mecerlo, cantarle, alimentarle o abrazarle son algunos de los actos que los más pequeños consideran muestras de amor y afecto. Según la literatura científica, para que existe un fuerte vínculo de apego, debe darte el contacto físico positivo. Además, se liberan algunos neutotransmisores tales como las endorfinas, oxitocina, serotonina...estos elementos fortalecen el apego en nuestras estructuras cerebrales.

Para un niño pequeño, la relación más importante en su vida es aquella que establece con su madre o su cuidador primario. Dicha relación también interfiere en su desarrollo neuronal, amoldando su cerebro e interfiriendo en su aprendizaje en habilidades sociales. Por lo tanto, un estilo de apego seguro puede ser una base sólida para futuras relaciones.

Hoy en día, algunos teóricos están debatiendo la importancia del vínculo de apego del niño con el padre, ya que resulta ser una figura de gran importancia para el normal desarrollo evolutivo de todo ser.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Referencias
  1. Fuente: tuotromedico.com
  2. Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. N. (2015). Patterns of attachment: A psychological study of the strange situation. Psychology Press.
  3. La Teoría del Apego. Un enfoque actual. (2001) Mario Marrone. Madrid: Editorial Psimática. 401 páginas
Bibliografía
  • Bowlby, J. (1998). El Apego: 48 (Psicologia Profunda/Depth Psychology).