¿Es malo tener muchos Déjà vu?

¿Es malo tener muchos Déjà vu?

Una de las sensaciones que más desconcierta al ser humano a nivel lógico y emocional es la de vivir un Déjá vu. Es decir, estar viviendo una experiencia por primera vez, sin embargo, sentir a nivel interno que ese momento ya ha ocurrido en algún instante previo. Es una sensación vivida o sentida que se produce de forma automática, sin ningún tipo de planificación previa.

Sin embargo, ese instante fugaz deja una huella profunda en la memoria del afectado que no puede dejar de sorprenderse por lo ocurrido o de hacerse preguntas al respecto. Cuantos más años de vida tiene una persona, más posibilidades tiene de haber vivido episodios de estas características. En Psicología-Online nos hacemos esta pregunta: “¿Es malo tener muchos Déjá vu?”. En este artículo respondemos a la cuestión.

Qué ocurre cuando tengo muchos déjà vu

En la vida existe cierta dosis de misterio en tanto que, desde el punto de vista filosófico, la persona se hace muchas preguntas que no tienen una respuesta definitiva. La experiencia de un Déjà vu produce cierta sensación de magia por lo inexplicable de la situación (de hecho, existen distintas teorías al respecto).

Las sensaciones de un Déjá vu están muy conectadas con la naturaleza de la situación que las produce (en términos de tristeza, ilusión, esperanza, motivación o alegría).

Sin embargo, no es lo mismo vivir un episodio puntual de estas características a convivir con él de forma más frecuente en la vida. El presente es el tiempo en el que todos debemos estar. Uno de los efectos secundarios que produce el Déjà vu es la imposibilidad de vivir el ahora de verdad puesto que el instante actual está condicionado por el pasado de esa información que aflora de golpe.

Al vivir muchos Déjà vu la persona se sentiría totalmente desbordada en la relación directa con la realidad porque en lugar de sentir que desvela cada nuevo día por primera vez, observaría en muchos de los estímulos cotidianos un pasado ya vivido, algo ya visto que resurge de nuevo.

Por tanto, es como estar en una contradicción constante con el tiempo. Algo similar a estar físicamente presente en un lugar, pero tener el corazón dividido porque la atención va más allá de lo inmediato. El conocimiento se caracteriza por la intencionalidad de su esencia. Es decir, la idea mental remite al objeto real. Sin embargo, cuando el sujeto vive un Déjà vu esta lógica se rompe a nivel subjetivo porque aquello que la mente está conociendo, conecta con una escena de otro tiempo. Pero desde la falta de precisión de no poder identificar el cuándo y el dónde en concreto.

¿Es malo vivir muchos Déjà vu? En realidad, puede ser incómodo, especialmente, dependiendo de cómo afecte a la persona cada nueva secuencia y, también, dependiendo del tipo de situaciones producidas.

¿Es malo tener una sensación de déjà vu constante?

La vida se define por su factor de novedad. Es cierto que más allá de las diferencias, existe una base común en la rutina. Una base integrada por hábitos y costumbres previsibles. Sin embargo, el presente recibe este nombre por ser un tiempo totalmente novedoso y actual.

A su vez, conviene puntualizar que el punto débil de muchas personas es, precisamente, esa dificultad para vivir el ahora con intensidad, olvidando el pasado o anticipaciones del futuro. Pues bien, si a la propia dificultad que tiene el ser humano para vivir el presente se suma también esta fractura que se produce en el tiempo a través de un Déjá vu, esto puede bloquear a la persona todavía más.

La incomodidad de vivir muchos Déjá vu depende, en realidad, de la reacción emocional que produce en el protagonista y de la intensidad del momento. Además, también puede producirse el efecto secundario de que, si la persona empieza a vivir situaciones de este tipo, termine condicionada con su propia subjetividad al obsesionarse con lo que le está pasando porque de un modo inevitable le afecta especialmente al ser algo que no sabe cómo controlar.

Y, además, un Déjá vu no solo se caracteriza por su impresión presente, sino también, por el efecto que produce en la mente de quien quiere tirar de esa información para conectar con el origen de la misma a través de un diálogo interno que no concluye de manera definitiva. No es habitual tener muchos Déjá vu. Sin embargo, cuando una persona vive muchos episodios de este tipo en un breve periodo de tiempo, puede consultar cualquier duda con un especialista.

Explicación de los déjà vu

Existen distintas teorías en torno a por qué se producen los déjà vu. Una de las teorías más interesantes es la propuesta por la especialista Anne M. Cleary, quien explica que en una experiencia de este tipo, la memoria identifica una situación como familiar al recordar a algún suceso previo pero desde la imprecisión de no identificar exactamente la vinculación lógica entre ambos elementos.

Según explica esta experta, la familiaridad es un tipo de memoria de reconocimiento que se produce cuando en una experiencia de presente existe algún elemento de esa escena que tiene una semejanza con alguna vivencia previa. Entonces, a partir del recuerdo de esta familiaridad, surge la sensación de revivir lo vivido a través de la activación de aquellas sensaciones pasadas.

A veces, por medio de tu memoria, sí tienes la capacidad de identificar en qué momento exacto se produjo una misma situación. Por ejemplo, puedes identificar cuándo te encontraste con un mismo amigo en la misma cafetería. Recuerdas con nitidez todos los detalles de esas escenas. Sin embargo, la sensación de déjà vu está más vinculada, desde la perspectiva de esta teoría, con aquella información vital que se reconoce en algún tipo de rasgo, sin embargo, de un modo más superficial. Es decir, la sensación que queda en la base del déjà vu es la familiaridad. Pero esta familiaridad no permite concluir los datos definitivos de cuándo, dónde y cómo.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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