Hafefobia: qué es, causas, síntomas y tratamiento

Todos tenemos nuestras fobias. Hay quien tiene miedo de la sangre, quién de las arañas, quién tiene miedo a los perros, claustrofobia o agorafobia. Los que sufren de hafefobia tienen miedo de ser tocados y/o de establecer cualquier contacto físico con otras personas.

Exactamente, ¿qué significa la hafefobia? Concretamente, implica gran malestar, si no repulsión, con respecto al contacto físico, tanto dado como recibido. Tal fobia es dada por una hipersensibilidad prossemia del sujeto, interpretando en el subconsciente el contacto físico como una invasión de la propia o de otra zona íntima. A veces, la repulsión se limita al contacto con una persona del sexo opuesto.

La persona con hafefobia intenta protegerse de la invasión por parte de otros, de su esfera íntima y emocional. A menudo, de hecho, en la base de este miedo hay un trauma que no se ha superado, generalmente de tipo sexual, como un abuso pasado nunca abordado que hace sentir el propio eco; este es el caso de la hafefobia hacia las personas de sexo opuesto. Veamos con detalle las principales causas de la hafefobia:

• Recuerdos de una agresión sexual: impiden que la persona se deje llevar o confíe en alguien, por temor a que pueda volver de nuevo e inesperadamente a sentirse dañado.
• Negligencia emocional: consecuencia de situaciones vividas con los padres o en la infancia o, por el contrario, una defensa contra la intrusión de estos en su propia vida.
• Ausencia o la excesiva presencia parental: puede endurecer a la persona como un trozo de madera, tendiendo a acostumbrarse a la presencia del otro o, por el contrario, a equiparse contra el desbordamiento en los propios espacios.
• Temor a ser contaminado: a sentirse sucio o sucio, o miedos más íntimos, de la esfera sexual, como el miedo a la penetración o el alto umbral de percepción del dolor durante el acto sexual que se tratan en el ámbito de la psicosexología.

La hafefobia entra en la clasificación de las fobias específicas, condiciones clínicas caracterizadas por una fuerte ansiedad y/o miedo hacia un objeto o una situación específica. Estar junto a alguien en el tren o en el ascensor, abrazar o tocar la mano de otros puede desestabilizar a la persona, provocando así una sensación de rechazo incontrolado.

La ansiedad provocada por la exposición al estímulo fóbico también puede manifestarse en forma de un verdadero ataque de pánico. Por tanto, los síntomas de la hafefobia pueden estar relacionados con la ansiedad o el estrés. Veamos cuáles son a continuación:

• Taquicardia.
• Sudoración.
• Dolor en el pecho.
• Asfixia.
• Náuseas.
• Vértigo.
• Temblor.
• Hiperventilación.
• Hormigueo.
• Sensación de desmayarse o volverse loco.
• Perder el control.
• Alerta constante.
• Miedo de morir.

La persona con hafefobia puede sentir el contacto físico como excesivo o, incluso, doloroso para alguien del sexo opuesto o, de manera generalizada, para todos. En estos casos, las consecuencias de la hafefobia pueden ser las siguientes:

• La hafefobia puede desembocar en la agorafobia, es decir, la evitación de situaciones o lugares en los que se puede tocar.
• La persona se ve inducida a creer que el otro quiere constantemente tocarlo o violarlo.
• No ser muy propenso a las relaciones ínterpersonales, llegando a evitar los encuentros.

En cualquier caso, para poder formular el diagnóstico de fobia específica, es necesario que el malestar suscitado por dicha fobia interfiera de manera significativa en el funcionamiento social, escolar o laboral del individuo.

¿Cómo tratar la hafefobia? La psicoterapia es el tratamiento electivo para este tipo de trastorno. Dentro de la relación terapéutica será posible volver a dar un sentido a la distancia y al contacto con los demás. Esto sucede reconstruyendo lo que ha impulsado al sujeto a construir esta reacción defensiva hacia el otro.

La fobia al tacto es un miedo ligado a la confianza. La psicoterapia permite identificar y procesar situaciones traumáticas o de descuido emocional que pueden haber desestabilizado la confianza hacia los demás.

La psicoterapia recupera, afrontando el trauma, las heridas pasadas y restablece una nueva perspectiva de los acontecimientos. Evitar el contacto físico no permite protegerse, sino crear más distancias, comprometiendo las relaciones interpersonales. En este artículo, te contamos cómo mantener buenas relaciones interpersonales.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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