
Con el paso del tiempo, es normal que la pasión en la pareja atraviese altibajos. Las rutinas, el cansancio o la falta de novedades pueden hacer que el deseo se apague poco a poco, sin que nos demos cuenta. Sin embargo, la intimidad no tiene por qué volverse monótona. Existen formas sencillas y divertidas de reavivar el deseo, reconectar con el cuerpo del otro y salir de lo predecible. Los juegos sexuales no solo aportan placer, sino también complicidad, humor y curiosidad. Si sientes que necesitas romper la rutina, este puede ser el momento perfecto para experimentar algo nuevo.
En este artículo de Psicología-Online, te proponemos 10 juegos en la cama para parejas, con ideas picantes pensadas para encender la pasión y disfrutar de una sexualidad más libre, creativa y conectada.
1. El dado del deseo
Solo necesitas un dado (puede ser real o una app) y una lista de acciones. Asigna a cada número una propuesta sensual o erótica: “besar cuello”, “acariciar espalda”, “describir una fantasía”, “jugar con hielo”, etc. Lanza el dado por turnos y cumple la acción que toque.
Este juego introduce el azar, el humor y la sorpresa, ideal para romper la tensión y empezar a conectar desde lo lúdico. También puedes usar dos dados: uno con acciones y otro con partes del cuerpo. Cuanto más creativa sea la lista, más divertido y excitante será el resultado.

2. Strip poker (o strip cualquier juego)
Si sabéis jugar al póker, genial, pero si no, cualquier juego de mesa simple puede adaptarse. Cada vez que uno pierde una ronda, se quita una prenda. Lo importante no es ganar, sino ir aumentando el clima de excitación de forma progresiva, divertida y consensuada.
Puedes añadir reglas extra: quien pierde debe cumplir una fantasía del otro o responder a una pregunta íntima. Este tipo de juegos funcionan bien para soltar tensiones, reírse juntos y crear una atmósfera más desinhibida en la que el juego erótico surge sin presión.
3. Adivina con los ojos vendados
Uno de los dos se coloca una venda en los ojos, mientras el otro utiliza su cuerpo, objetos o alimentos para estimular distintas zonas. El que tiene los ojos cerrados debe adivinar qué parte del cuerpo está siendo estimulada o qué está tocando su piel.
Este juego sexual agudiza el sentido del tacto, la anticipación y el placer sensorial. Puede hacerse más picante añadiendo aceites, temperaturas o texturas diferentes. La falta de visión aumenta la concentración en las sensaciones físicas y genera un vínculo erótico muy potente entre ambos.

4. Role playing (juego de roles)
Elegir un personaje y una situación imaginaria puede abrir la puerta a fantasías que en la rutina no se expresan. Profesor/a y alumno/a, desconocidos en un hotel, entrevista privada…, el límite lo pone vuestra creatividad. Lo importante es establecer las reglas antes: qué rol tomáis, qué lenguaje se va a usar, qué cosas no queréis que aparezcan.
Este tipo de juegos sexuales pueden ayudar a soltar la vergüenza, salir de los patrones habituales y explorar dinámicas que despiertan el deseo desde lo simbólico y lo narrativo.
5. El menú sorpresa
Cada uno prepara un “menú” para el otro: puede ser una lista escrita o una presentación verbal que incluya tres o cuatro “platos” sensuales o sexuales a elegir. Por ejemplo: “Entrada: masaje lento con aceite”, “Plato principal: sexo oral con manos atadas”, “Postre: ducha juntos con caricias”. El otro elige qué combinación desea.
Este juego combina deseo con cuidado y atención, y es ideal para generar expectativa y aumentar la comunicación sobre gustos y preferencias sin perder el componente lúdico.
6. 60 segundos
Consiste en poner un cronómetro y dedicarse a estimular al otro durante exactamente 60 segundos en cada zona del cuerpo (cuello, pecho, espalda, piernas…). Al sonar el cronómetro, se cambia de zona o de rol.
Es un ejercicio que entrena la atención, evita la prisa y permite disfrutar con detalle de cada parte del cuerpo. Puede adaptarse al ritmo que queráis: más erótico o sensual, más intenso o más delicado. Lo interesante es que obliga a centrarse en el presente y convierte el cuerpo en un territorio por explorar.

7. Preguntas calientes
Una opción ideal para empezar a soltar tabúes o romper la rutina con el lenguaje. Cada uno escribe en papelitos preguntas atrevidas o provocadoras: “¿Cuál es tu fantasía no contada?”, “¿Te excita mirar o que te miren?”, “¿Has tenido sueños eróticos conmigo?”. Se sacan los papeles por turnos y se responde sin juzgar.
También se puede jugar con un sistema de “verdad o reto”, en el que quien no quiera responder debe realizar una acción sexual propuesta por el otro. Este juego fortalece la confianza y favorece una comunicación más abierta sobre el deseo.
8. Control remoto
Este juego requiere un vibrador con mando a distancia o app (hay muchos modelos actuales). Uno de los dos controla el ritmo mientras el otro se deja llevar. Se puede usar en casa o incluso en situaciones cotidianas (con discreción), lo que genera una gran carga de excitación anticipada.
El foco está en el juego de poder, el control y la sorpresa, pero siempre con límites claros y mutuo consentimiento. Puede ser una experiencia divertida y excitante que rompa completamente con la rutina habitual.

9. La lista de deseos
Ambos escribís tres deseos sexuales que os gustaría cumplir en pareja. Luego, los intercambiáis y decidís juntos por cuál empezar esa misma noche.
Este ejercicio funciona como un puente entre la fantasía y la acción, permitiendo conocer mejor los gustos del otro y explorar nuevas posibilidades sin presión. Puede incluir desde gestos sencillos hasta juegos más elaborados. Lo fundamental es que haya un espacio de confianza donde no haya juicios, solo curiosidad mutua y ganas de compartir.
10. Cazadores y presas
Uno de los dos se esconde en casa, con poca ropa y una nota provocadora. El otro debe buscarlo siguiendo pistas o simplemente explorando. Al encontrarse, se activa el “juego” de seducción o contacto que hayan pactado.
Este juego combina erotismo con juego físico, humor y sorpresa. Puede adaptarse al nivel de confianza y energía que tenga la pareja. Lo importante es mantener el tono lúdico, respetar los ritmos de ambos y usar el deseo como excusa para reconectar desde el cuerpo y la imaginación.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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