La motivación extrínseca en psicología: definición, características y ejemplos

La motivación extrínseca en psicología: definición, características y ejemplos

Se puede definir la motivación como aquello que nos impulsa a hacer algo. Podríamos decir que se refiere a todas aquellas esperanzas, deseos y aspiraciones que cada ser humano posee. Mediante su estudio, muchos autores han tratado de delimitar que condiciones existen dentro del ser humano, del ambiente que le rodea y de su cultura, que puedan explicar porque se quiere lo que se quiere y por qué se hace lo que se hace.

Por ello podemos decir que la motivación hace referencia a todos aquellos procesos que dotan a nuestro comportamiento de energía y dirección. Cuando vemos que una conducta tiene intensidad, que es fuerte y que es resistente, intuimos que es una conducta motivada hacia lograr un objetivo, una meta. Sin embargo, dentro de la motivación se pueden diferenciar distintos tipos. Hoy, en Psicología-Online, vamos a centrarnos en la motivación extrínseca, su definición, características y ejemplos.

Qué es la motivación extrínseca en psicología: definición

Los acontecimientos externos son fuentes ambientales, sociales y culturales de la motivación que tienen la capacidad de energizar y dirigir la conducta.

El suceso externo adquiere la capacidad de energizar y dirigir la conducta en la medida que un indica que un comportamiento tendrá la posibilidad de producir consecuencias de recompensa o de castigo. Como podemos ver en la teoría del condicionamiento operante. Así pues, los incentivos externos preceden a la conducta y atraen la conducta de aproximación o impulsan la conducta de evitación.

Ejemplos de motivación extrínseca

La motivación extrínseca es aquella que proviene de los incentivos y consecuencias que nos proporciona el ambiente, como alimento, dinero, privilegios, becas, trofeos, puntos, premios, reconocimiento público, etc.

En lugar de participar o realizar una acción para experimentar las satisfacciones inherentes derivadas de esta, se realiza por las consecuencias “externas” que se obtienen al realizarla.

Se podría decir que cuando una persona se pregunta "¿qué ganó yo?" antes de realizar una acción y ve que puede obtener un incentivo ambiental atractivo, la motivación extrínseca es la que le animará a iniciar y persistir en realizar dicha acción.

Diferencia entre motivación extrínseca e intrínseca

Al contrario de la motivación extrínseca, la motivación intrínseca es aquella que impulsa al ser humano a involucrarse en una acción par ejercer sus propias capacidades y dominar desafíos óptimos. Es decir, este tipo de motivación aparece de manera espontánea a consecuencia de las necesidades psicológicas del ser humano para satisfacer un propio interés el cual no está relacionado con ninguna razón instrumental.

La motivación intrínseca aparece en las personas a consecuencia de las necesidades psicológicas que estas tienen dentro de sí y que una vez son satisfechas, dan a lugar a una satisfacción personal. Usualmente nacen de las experiencias espontáneas que tienen las personas de sentirse autónomos, competentes o afines a otros.

La búsqueda de las metas intrínsecas da lugar a un mejor funcionamiento y un mayor bienestar psicológico en el ser humano.

Características de la motivación extrínseca

La motivación extrínseca viene determinada por los incentivos, los reforzadores y los castigos que se pueden obtener del ambiente que rodea a los seres humanos.

No puede existir la motivación extrínseca sin un incentivo que anteceda al comportamiento. Estos pueden ser una sonrisa, un aroma invitante, un sonido, un mal olor, un chirrido, etc. Todos ellos crean en la persona que los experimenta una expectativa de que próximamente va a ocurrir una consecuencia, pudiendo ser esta tanto positiva como negativa. No hay que confundir el incentivo con la consecuencia, pues el primero antecede a la conducta y la incitan o la inhiben, mientras que las consecuencias son posteriores a estas y lo que hacen es aumentar o reducir su persistencia.

Por lo que respecta a los reforzadores, estos son cualquier factor extrínseco que aumente la conducta de un individuo. Pueden clasificarse en reforzadores positivos los cuales aumentan la probabilidad futura de que se realice una conducta. Por ejemplo, obtener un trofeo actuará como reforzador positivo para que el individuo se esfuerce y entrene todavía más para de esta manera repetir el comportamiento de participar en la competición y obtener un nuevo trofeo.

Por otro lado, encontramos los reforzadores negativos, los cuales se tratan de cualquier estímulo que, cuando es eliminado, aumenta la probabilidad de realizar una conducta en el futuro. Estos suelen ser aversivos e irritantes, por lo que la persona esta motivada para hacerlos desaparecer. Un ejemplo podría ser escuchar el despertador por la mañana. El detener el ruido producido por este puede dar a lugar a que el sujeto se levante de la cama.

Ya en último lugar hay que hacer referencia de los castigos, los cuales son cualquier estímulo ambiental que al aparecer tiende a reducir la probabilidad de que una conducta indeseable se realice. Este tipo de motivación es empleada por muchos padres para educar a sus hijos de manera que no realicen determinadas conductas. Por ejemplo si un niño suspende un examen por no estudiar y se le castiga sin poder ver la televisión, esto hará que el niño estudie para aprobar el siguiente examen y que de este modo no se le castigue.

Tipos de motivación extrínseca

La motivación extrínseca puede ser dividida en cuatro subtipos dependiendo del grado de autonomía que requiera por parte del sujeto.

  • Regulación externa: ninguna autonomía. Sus procesos de regulación son la obediencia, las recompensas y los castigos externos.
  • Regulación introyectada: un tanto autónoma. Sus procesos de regulación son el autocontrol, la participación del yo y las recompensas y castigos internos.
  • Regulación identificada: principalmente autónoma. Sus procesos de regulación son la importancia personal y la valoración consciente.
  • Regulación integrada: completamente autónoma. Sus procesos de regulación son la congruencia, la concienciación y la síntesis con sí mismo.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • Moltó, J. (2016). Motivación y emoción. Universidad Jaume I.
  • Reeve, J., Raven, A. M. L., & i Besora, M. V. (1994). Motivación y emoción. Madrid: McGraw-Hill.