Mi hijo tiene miedo a dormir solo: ¿qué hago?

Mi hijo tiene miedo a dormir solo: ¿qué hago?

Muchos niños tienen miedo a dormir solos. Este miedo lo podemos notar cuando llega la hora de ir a dormir y el niño se resiste o se niega a hacerlo, pone excusas para no ir a dormir, expresa que tiene dolor de barriga a medida que se acerca la hora de ir a la cama, cuando quiere dormir con la luz encendida, cuando llama a sus padres continuamente durante la noche para que vayan a su dormitorio a prestarle atención, cuando el niño se queja constantemente de que no puede dormir, se muestra inquieto, cuando tiene una tardía conciliación del sueño, se muestra cansado por la mañana y durante el resto del día, entre otros. Si eres madre o padre y te encuentras en esta situación con tus hijos, no dudes en seguir leyendo este artículo de Psicología-Online: mi hijo tiene miedo a dormir solo: ¿qué hago?

Mi hijo tiene miedo a dormir solo. ¿Por qué?

Hay muchos aspectos que pueden originar el miedo a dormir solo que puede presentar un niño. Entre estos encontramos:

Miedo a la oscuridad

El miedo a la oscuridad en niños es muy común, pero a medida que el niño va creciendo este miedo empieza a disminuir, aunque en algunos casos persiste y, entonces se convierte en un miedo no evolutivo (es decir, que no forma parte de los miedos propios de la edad). Tener miedo a la oscuridad no es la causa del miedo a dormir solo, pero sí que es un aspecto estrechamente relacionado, ya que si el niño tiene miedo de la oscuridad, dormir implica encerrarse en un cuarto oscuro.

Pesadillas

Dichos sueños provocan ansiedad en el niño y hacen que se despierte angustiado, gritando y repleto de el miedo. Al contrario que en los terrores nocturnos, las pesadillas tienen la ventaja de que el niño puede recordar y explicar lo que ha soñado con detalles. Habitualmente, las pesadillas están relacionadas o representan a algún fenómeno externo que causa inquietud y angustia en el niño, como por ejemplo, si al niño le causa ansiedad ir al colegio porque siempre le espera un compañero para meterse con él, puede tener pesadillas relacionadas con esta situación. Esto provoca que el niño tenga miedo de ir a dormir porque sabe que puede tener pesadillas muy realistas a su parecer.

Es importante diferenciar las pesadillas de los terrores nocturnos. Los terrores nocturnos se dan cuando el sueño es muy profundo. Provocan que el niño, mientras sigue durmiendo, se incorpore en la cama bruscamente, gritando exageradamente, como si estuviera sufriendo de una forma excesiva, con un aspecto pálido, con la presencia de llantos, sudor frío, taquicardias, con un rostro que nos indica que esta aterrorizado y se encuentra en una crisis de pánico, es incapaz de contactar con la realidad, no reacciona ante los estímulos y no es consciente de lo que ocurre a su alrededor. Los episodios de terror acostumbran a durar entre 2 y 10 minutos y durante el episodio es difícil despertar o consolar al niño. Es habitual que los padres se asusten, ya que su hijo no les reconoce, pero eso es debido a que sigue durmiendo. A la mañana siguiente, cuando el niño despierta no es capaz de recordar nada o casi nada del contenido de su sueño, pero sí que se despiertan con malestar y angustia. Los terrores nocturnos son habituales entre los 3 y los 6 años, pero si se dan con frecuencia o persisten en edad avanzada pueden resultar un problema

Malos hábitos

Tener malos hábitos antes de ir a dormir o durante la noche, implica dificultades para que el niño aprenda a dormir solo y no tenga miedo. Por ejemplo, si los padres han estado durmiendo en la misma cama que el niño durante sus primeros años de vida, el día en que decidan que el niño debe dormir solo en su habitación, este se negará. Es importante tener en cuenta que no debe ser el niño el que decida lo que necesita antes de ir a dormir ni cuando está en la cama, sino que son los padres los que le deben enseñar a su hijo el hábito de ir a dormir. Otro ejemplo podría ser el de dejar que el niño mire programas de televisión que activen su cuerpo, cosa que hará que el niño se vaya a dormir sin un ambiente de calma ideal para conciliar el sueño. Dentro de los malos hábitos del sueño, también podemos incluir las pesadillas, es decir, si un niño se despierta asustado debido a una pesadilla y los padres deciden que duerma con ellos el resto de la noche, estamos creando un mal hábito.

Miedo a dormir solo según la edad

Muchas veces, los niños tienen dificultades para dormir solos debido a miedos que son normativos para su edad. Los niños pueden mostrar miedos propios de la edad, que disminuirán a mediad que vayan creciendo, pero mientras tengan estos miedos, se debe a prender a convivir con ellos y aprendiendo a dormir solo a pesar de estos miedos. Por ejemplo, cuando el niño se encuentra con la luz apagada, sin estímulos visuales, es habitual que su creatividad e imaginación le jueguen una mala pasada, imaginándose monstruos. De modo que los niños no se sienten seguros en su habitación y prefieren dormir con sus padres, ya que, aunque sigan imaginando criaturas fantásticas estarán al lado de sus padres y se sentirán más protegidos.

Otro ejemplo bastante frecuente que resulta propio de la edad es el miedo a la separación o abandono de sus padres. Este miedo es habitual en los primeros años de vida de los niños. Se da cuando se rompen los límites de la separación de las figuras paternas. Querer estar con los padres y no separarse de ellos es debido a la necesidad de sentirse protegido y a salvo de posibles peligros. Por ello, los niños pueden ver algunas separaciones como situaciones de terror, ya que no son capaces de saber cuánto va a durar esa separación o incluso pueden llegar a pensar en el abandono. Así pues, cuando los niños se quedan solos en su habitación, pueden desarrollar conductas como llantos, gritos, pataletas, tirarse al suelo, intentar agarrarse a los padres, etcétera, con la intención de que los padres vuelvan a su habitación para dedicarle atención.

También es importante tener en cuenta que un niño, desde los seis o siete meses en adelante debería ser capaz de acostarse sin llorar, ir a la cama con alegría, conciliar el sueño por si solo, dormir de un tirón durante unas 11 o 12 horas (o las horas que necesite, a veces con menos horas es suficiente) y ser capaz de dormir en su cama y con la luz apagada. Antes de estos seis o siete meses, es habitual que el niño llore a media noche, ya que cada pocas horas debe alimentarse de la leche materna. Por lo tanto, a partir de estos meses debemos procurar que el niño duerma en su cama y promover unos hábitos correctos del sueño, para evitar que tenga miedo a dormir solo y que este miedo persista durante los próximos años. Aunque resulta normal que el niño llore y grite en busca de la atención de sus padres si se trata de aspectos médicos, como dificultades en la respiración o cólicos.

Como superar miedo a dormir solo

¿Como superar miedo a dormir solo? En primer lugar, para poder crear un buen hábito del sueño es necesario que los padres se muestren tranquilos y seguros de lo que están haciendo y hacer siempre lo mismo, de modo que el niño asocie ese ritual con el sueño.

Se recomienda que, al principio, se le explique al niño la nueva situación, es decir, explicarle que a partir de esa noche tendrá que aprender a dormir solo. Al mismo tiempo, cuando se le explica que empezarán de cero, también se le debe tranquilizar con un pequeño discurso, como por ejemplo, diciéndole que aunque tenga que dormir solo los padres estarán cerca de él, pero que en su habitación tiene a su muñeco que le hará compañía y que dormir le permitirá descansar para que al día siguiente se despierte con las pilas cargadas. Si el niño se despierta llorando y gritando por la noche porque quiere dormir con sus padres, se debe ir hasta su habitación pero no entrar ni cogerlo en brazos, simplemente intentar calmarle diciendo que los padres están allí pero que tiene que dormir solo y que no pasa nada, tratando de tranquilizarle.

Para ayudar a un niño con miedo a dormir solo, se recomienda crear rituales antes de ir a la cama, como por ejemplo, ducharse, cenar, leer un cuento, dar el discurso tranquilizador e ir a dormir. Otro ejemplo podría ser explicar un dibujo que el niño haya hecho del Sol y la Luna, y cada noche, antes de ir a dormir, explicar el dibujo diciendo que cuando sale el Sol debemos ir al colegio, estar despiertos y contentos, pero cuando llega la Luna debemos ir a dormir y la Luna nos vigilará desde el cielo. Cada familia creará el hábito correcto que considere, en función de los gustos y la edad de su hijo, pero con estos hábitos repetitivos se pretende que el niño se acostumbre a ellos, con la finalidad de que tarde o temprano, si no se realiza el ritual, el niño sea capaz de asociar el sueño con algo bueno, que le permite descansar y levantarse con más energía al día siguiente.

En algunas ocasiones, también se recomienda evitar que el niño duerma durante el día o limitar el tiempo de su siesta, ya que al llegar la noche podría resultar posible que tuviera dificultades para disminuir su actividad. En cambio, si el niño no duerme durante el día, podría llegar más cansado a la hora de dormir y tener más facilidades para conciliar el sueño. Es importante destacar que esto no es viable para todos los casos, debes conocer bien a tu hijo para saber si esto resultará eficaz o no. También se recomienda, para superar miedo a dormir solo, procurar crear un ambiente de calma antes de ir a dormir con la finalidad de no exaltar al niño.

Además, para superar miedo a dormir solo, también es importante darle respuestas al niño sobre sus avances, es decir, si el niño se esfuerza y muestra avances, aunque sea poco a poco, se le debe felicitar, darle la enhorabuena, pero no con objetos materiales. Si el niño ve que sus padres están contentos de sus avances y se muestran orgullosos, esto hará que el niño quiera conseguir lo que se propone.

Como ayudar a un niño con miedo a dormir solo por pesadillas o terrores nocturnos

  • En el caso de las pesadillas, se recomienda ayudar a tranquilizar al niño, darle seguridad y como, al contrario que en los terrores nocturnos, el niño puede explicar su pesadilla a sus padres, permite que los padres traten de desmentir los sueños de sus hijos dotándolos de realidad (por ejemplo, asegurando que no hay ningún monstruo debajo de su cama). Pero sobre todo, no se aconseja para nada llevar al niño a la cama de los padres, ya que así se crearían malos hábitos del sueño.
  • En el caso de los terrores nocturnos, como el niño sigue durmiendo no se recomienda despertarlo, porque entonces se encontrará aturdido sin entender qué pasa y con una sensación de angustia en el cuerpo que dificultará que vuelva a dormir. Así pues, lo que se recomienda es quedarse junto al niño por si se mueve muy bruscamente y peligra que caiga al suelo o se de algún golpe, por lo demás, es cuestión de esperar intentando mantener la calma.

Finalmente, también se recomienda acudir a un especialista para que valore la situación y, de esta forma, podrá comunicar sus recomendaciones en función de cada caso en particular. Si dudas, puedes consultar este artículo para saber cuando se debe acudir al psicólogo infantil.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
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