Por qué me siento tan cansada y sin ganas de nada

Por qué me siento tan cansada y sin ganas de nada

¿Últimamente te sientes muy cansada y sin ganas de nada y te preguntas por qué te está ocurriendo esto? Sentirse muy cansada, fatigada y sin energía puede ser un síntoma temporal que suceda por muy diversos factores, entre los cuales podemos encontrar la falta de sueño, una alimentación deficiente o un estilo de vida sedentario. Para reducir los efectos de la astenia primaveral y el cansancio físico, Vitae te invita a probar Vibracell: un multivitamínico natural con más de 40 jugos de frutas, verduras y plantas que combate el cansancio físico y la falta de energía con un efecto inmediato.

Cuando esta sintomatología se prolonga en el tiempo y no desaparece, es importante permanecer atenta a otros síntomas que se puedan manifestar, ya que podría ser una señal de algún tipo de enfermedad o afección subyacente que requiera de atención médica. Si estás preocupada porque te sientes desganada continuamente y la fatiga no te deja desempeñar tus actividades diarias con normalidad, sigue leyendo este artículo de Psicología-Online para encontrar la respuesta a la pregunta de por qué me siento tan cansada y sin ganas de nada.

Falta de sueño

Si estás agotada y tienes mucho sueño, es conveniente que primero revises tu rutina diaria de sueño y descanso, ya que en muchas ocasiones no dormir el tiempo suficiente es la principal razón de que al día siguiente te sientas muy cansada y sin fuerzas para llevar a cabo tus actividades diarias con normalidad.

Los especialistas señalan que lo ideal es que una persona duerma entre 7 y 8 horas al día, aunque esto varía según la edad y las necesidades de cada persona. Dormir las horas necesarias no solo es esencial para estar descansado y vital, sino que también reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad en un futuro.

Por todo ello, es recomendable tener en cuenta algunos de los consejos que señalan los expertos para lograr un sueño reparador y saludable:

  • Establecer y mantener un horario de sueño fijo tanto entre semana como los fines de semana.
  • Llevar a cabo una rutina para relajarse antes de dormir.
  • Realizar ejercicio cada día.
  • Favorecer las condiciones adecuadas para dormir bien, teniendo en cuenta factores como la temperatura, el ruido y la luz en la habitación.
  • Disponer de un buen colchón y de una almohada cómoda.
  • Moderar el consumo de cafeína.
  • Apagar los aparatos electrónicos antes de dormir.

Trastornos del sueño

Por otro lado, estar siempre tan cansada, sin energía y con mucho sueño también puede deberse al padecimiento de algún trastorno del sueño que impida disfrutar de un sueño reparador y placentero. Los trastornos del sueño más frecuentes son los siguientes:

  • Insomnio: es la incapacidad para conciliar el sueño y puede estar causado por diversos factores, como malos hábitos, estrés, depresión, ansiedad, toma de medicamentos, trastornos o enfermedades, etc. Las personas que sufren de insomnio al día siguiente se encuentran cansadas y somnolientas, pero por la noche es muy probable que les vuelva a costar quedarse dormidos a pesar del gran cansancio que sienten. En el siguiente artículo, encontrarás las causas y el tratamiento del insomnio.
  • Apnea del sueño: se define como el cese de la respiración durante un periodo breve de tiempo mientras estás dormido. Esto va acompañado de la emisión de unos ronquidos fuertes y constantes y la persona afectada se despierta debido a la sensación de ahogo que siente. Todo ello provoca que al día siguiente se tenga una gran somnolencia y fatiga.
  • Narcolepsia: se trata de una patología neurológica en la cual se ven alterados los mecanismos neurales del sueño. La persona tiene episodios de sueño repentinos durante el día, pudiendo quedarse dormida en cualquier momento y lugar. Otros síntomas asociados son las alucinaciones, el cansancio constante, parálisis del sueño, depresión y dificultades para concentrarse.
  • Sonambulismo: la persona se levanta, realiza acciones, habla, etc., estando dormida durante episodios breves de tiempo, y esto provoca que no descanse adecuadamente y al día siguiente se encuentra más fatigada y con sueño.

Poca actividad física

¿Por qué estoy tan cansada si no hago nada? Si te sientes identificada con esta pregunta, debes saber que la inactividad produce más inactividad. Por tanto, llevar un estilo de vida sedentario y no realizar nada de ejercicio físico también puede responder a tu pregunta inicial.

Además de que al realizar ejercicio físico se liberan unas sustancias que hacen que estés más activa durante todo el día, también mejora el funcionamiento del sistema cardiovascular y permite una mayor llegada de oxígeno y nutrientes a los tejidos, lo cual proporciona más energía para hacer frente a todos los retos diarios. Por ello, se recomienda dejar a un lado la vida sedentaria y mantenerse activo haciendo un poco de actividad física todos los días, puede ser suficiente con unos 30 minutos al día. Además, también te ayudará a estar más relajada y poder conciliar mejor el sueño por la noche.

Malos hábitos alimentarios

Si te sientes siempre cansada y sin energía, también conviene que revises tu alimentación, pues una buena dieta es esencial para satisfacer todas las necesidades nutricionales del cuerpo y para evitar el cansancio y la fatiga.

Tanto la falta de vitaminas, minerales o proteínas como la ingesta excesiva de alimentos grasos y con muchos azúcares pueden generar un déficit energético que, posteriormente, provocará más cansancio, agotamiento, somnolencia y falta de energía. Por lo tanto, es fundamental esforzarse en llevar una alimentación más variada y saludable, así como adoptar buenos hábitos alimentarios, entre los cuales se encuentran comer varias veces al día, desayunar bien, comer ligero y evitar las cenas muy pesadas o copiosas que, luego, puedan interferir en el buen descanso nocturno.

La falta de hidratación también puede causar dolores de cabeza o fatiga. Es necesario mantenerse hidratada. Para ello, aprende a escuchar tu cuerpo y bebe agua cada vez que tengas sed.

Estrés

El estrés es la activación del organismo frente a una situación que se percibe como un desafío, un reto o una amenaza. Según si esta activación está siendo apropiada y útil para la situación o no, podemos distinguir entre:

  • Eustrés: nivel de activación óptimo que permite afrontar la situación con un buen desempeño. Por ejemplo, cuando estás realizando una mudanza y necesitas funcionar al máximo de tus capacidades para organizar la situación de la mejor manera posible. Otro ejemplo sería cuando tienes un examen difícil y necesitas toda tu atención y concentración para poder estudiar.
  • Distrés: nivel de activación exagerado que entorpece el afrontamiento de la situación y que resulta disfuncional. Llegados a este nivel, tanto la organización de la mudanza como el estudio irían mal y el estrés estaría siendo contraproducente.

Tras episodios de distrés, es normal que te sientas cansada de todo y sin fuerzas, ya que has realizado un sobreesfuerzo para adaptarte a una situación nueva o compleja.

Pero aún hay más, en caso de que este nivel de activación no se reduzca tras el evento estresante y perdure en el tiempo, estamos hablando de estrés crónico. En este caso, el esfuerzo del organismo es constante y eso es muy agotador, ya que el nivel de alerta permanece elevado y no se permite restablecer el equilibrio. Cuando una persona tiene estrés crónico es normal que se sienta sobrepasada, colapsada y desbordada, además de agotada, triste y sin ganas de hacer nada. En el siguiente artículo, encontrarás más información sobre las causas y los síntomas del estrés crónico.

Estos niveles de estrés se alcanzan cuando se viven situaciones desfavorables sobre las que no se tiene control ni se poseen recursos para afrontarla. En estos casos, es de vital importancia pedir ayuda profesional, puesto que el estrés crónico tiene consecuencias para la salud, alterando la función del sistema inmunológico y del sistema cardíaco.

Trastornos depresivos

Los trastornos depresivos cursan con cansancio y apatía, por lo que si te sientes triste y sin ganas de hacer nada, la depresión es una de las posibles causas. Los síntomas principales de los trastornos depresivos son los siguientes:

  • Estado de ánimo bajo.
  • Disminución del interés y la motivación.
  • Alteraciones en el sueño.
  • Pérdida o aumento de peso.
  • Agitación o disminución psicomotora.
  • Fatiga y falta de energía.
  • Dificultades cognitivas (atención, concentración...).
  • Pensamientos relacionados con la muerte.

Cuando algo malo nos pasa en nuestra vida, es normal que nos sintamos tristes y angustiados, pero este estado de ánimo suele mejorar con el tiempo. Sin embargo, hablamos de trastorno depresivo cuando estos síntomas son continuados en el tiempo, se presentan todos los días o casi todos e interfieren en el desempeño de las actividades normales de la vida diaria, como pueden ser trabajar, realizar las tareas domésticas o disfrutar de las relaciones sociales.

Según los síntomas experimentados, la intensidad y duración de los mismos, podemos distinguir entre diferentes tipos de trastornos depresivos:

  • Trastorno depresivo mayor.
  • Trastorno bipolar.
  • Trastorno afectivo estacional.
  • Trastorno ciclotímico.
  • Trastorno disfórico premenstrual.
  • Trastorno depresivo persistente o distimia.

Además, la depresión también puede ser secundaria al consumo de fármacos o a una enfermedad, por lo que si te sientes identificada con los síntomas de depresión, es muy importante que acudas a un especialista, quien realizará una exploración para identificar el problema y sus causas. De este modo, podrás realizar el tratamiento que requieras según tu sintomatología y gravedad. La depresión se trata y los síntomas remiten en la gran mayoría de los casos.

Trastornos de ansiedad

La ansiedad es un mecanismo adaptativo que tiene su utilidad. Moviliza los recursos del organismo para que el cuerpo esté preparado para responder ante una amenaza. Así, cuando estamos ante un peligro, la ansiedad nos da el impulso para escapar o luchar y conseguir sobrevivir. Sin embargo, como todo, es buena en su justa medida.

Con frecuencia, la ansiedad se presenta desproporcionada interfiriendo en el desarrollo normal de la vida de la persona, convirtiéndose en un problema. De hecho, el Consejo General de Psicología de España afirma que cada vez más españoles sufren ansiedad.

Si tu pregunta es "¿por qué me siento tan cansada y mareada?", puede que la ansiedad sea tu respuesta. El mareo puede estar causado por la alteración en el ritmo respiratorio, un síntoma típico de la ansiedad.

Aunque el cansancio y la apatía no son síntomas típicos de los trastornos de ansiedad, pueden aparecer como consecuencias. Convivir con la ansiedad resulta agotador, vivir evitando situaciones, preocupándose de más y teniendo dificultades para trabajar, para dormir o para otras actividades básicas puede hacer que te sientas triste, cansada, sin fuerzas, sin ánimos y sin ganas de nada.

Existen muchos trastornos de ansiedad, entre los más comunes:

  • Trastorno de ansiedad generalizada.
  • Trastorno de ansiedad social.
  • Trastorno de ansiedad por separación.
  • Agorafobia.
  • Fobias específicas.
  • Trastorno obsesivo-compulsivo.
  • Trastorno de pánico.

Aunque cada trastorno sea diferente, los síntomas más característicos de la mayoría de trastornos de ansiedad son:

  • Aumento del ritmo cardíaco.
  • Hiperventilación.
  • Sudoración.
  • Temblores.
  • Sensación de fatiga.
  • Problemas gastrointestinales.
  • Alteraciones en el sueño.
  • Miedo.
  • Evitación de situaciones.
  • Nerviosismo.
  • Necesidad de huir.
  • Dificultades cognitivas (atención, concentración...).
  • Aislamiento social.

Los problemas de ansiedad se reducen mediante psicoeducación y técnicas psicológicas como la respiración, la relajación, la exposición y la reestructuración cognitiva. Si crees que la causa de tu cansancio puede ser la ansiedad, acude a un profesional que te ayude a gestionarla.

Fibromialgia

Si dices a menudo "estoy muy cansada y me duele todo el cuerpo" o "estoy muy cansada y me duelen las piernas", debes saber que el cansancio y el dolor son los signos principales de la fibromialgia. La fibromialgia es una enfermedad crónica y compleja de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Afecta entre el 3% y el 6% de la población y sus síntomas más característicos son el dolor generalizado y el agotamiento profundo:

  • El dolor aparece en puntos específicos pero de forma generalizada en músculos, ligamentos, tendones y articulaciones. También dolor en el rostro o la mandíbula. El dolor también se refiere como molestia o quemazón. Una queja común en las personas que padecen fibromialgia es "me duelen los huesos y me siento cansado".
  • Fatiga y cansancio.
  • Rigidez.
  • Inflamación.
  • Trastornos del sueño.
  • Problemas cognitivos (atención, concentración, memoria...).
  • Adormecimiento u hormigueo.
  • Síndrome del intestino irritable.

Su causa es desconocida pero por ahora la anómala percepción del dolor en la fibromialgia se explica por una alteración en el funcionamiento de los mecanismos que protegen contra el dolor. Lo que ocurre es que se perciben como dolorosos estímulos que en principio no lo son.

Aunque sea un síndrome crónico, los síntomas de la fibromialgia se pueden controlar a través de medicación, hábitos saludables, psicoterapia y terapias complementarias. Por ello, es importante que un profesional realice una evaluación de tu caso para emitir un diagnóstico.

Síndrome de fatiga crónica

El síndrome de fatiga crónica o encefalomielitis miálgica es una enfermedad caracterizada por el agotamiento que dificulta la realización de las actividades normales. El cansancio puede ser tan extremo como para impedir al o la paciente salir de la cama por las mañanas. Los síntomas más característicos son:

  • Fatiga extrema que no mejora con el descanso.
  • Problemas en el sueño.
  • Malestar después de realizar un esfuerzo físico o mental.
  • Dificultades cognitivas (concentración, atención...).
  • Dolor.
  • Mareos.

La franja de edad en la que es más común la aparición de la fibromialgia es entre los 40 y los 60 años. Del mismo modo que la fibromialgia, la fatiga crónica no tiene una causa concreta ni una cura. Sin embargo, sí que es posible reducir los síntomas a través de fármacos, hábitos saludables y psicoterapia. Si sueles sentirte muy cansada, sin fuerzas y mareada, es oportuno que consultes con un profesional que pueda valorar tu caso.

Poca luz

El ritmo circadiano que regula el sueño y la vigilia se rige, entre otras cosas, por la luz solar. La exposición a la luz es imprescindible para mantener en equilibrio este mecanismo. Cuando no hay luz, el cuerpo interpreta que es de noche y que debes dormir. Por tanto, libera melatonina, una hormona que produce sueño.

Por ello, la falta de luz puede hacer que te sientas más cansada y adormecida. Procura salir al aire libre de día y mantener un bajo nivel de luz durante la noche.

Enfermedades que cursan con cansancio y apatía

Hay otras patologías que pueden provocar que te sientas cansada la mayor parte del día, sin ganas y sin fuerzas para desempeñar tus actividades cotidianas:

  • Anemia: la anemia es una enfermedad que se caracteriza por bajos niveles de hierro en el organismo, lo cual provoca que este reciba menos cantidad de oxígeno. Esto se traduce en síntomas como fatiga, cansancio, agotamiento, mareos, tener mucho frío, etc.
  • Diabetes: esta enfermedad suele ir acompañada de una importante fatiga y debilidad, ya que los niveles altos de azúcar permanecen en la sangre y no se adentran en las células para proporcionarnos energía.
  • Enfermedades cardíacas: la fatiga, el cansancio y la debilidad extrema también pueden estar provocados por algún tipo de problema cardíaco, ya que un corazón debilitado no tiene la capacidad adecuada para poder satisfacer la demanda de energía que requiere el organismo.
  • Enfermedades de la tiroides: tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo son dos condiciones que pueden producir cansancio, apatía, cambios de estado de ánimo, irritabilidad, debilidad muscular, entre muchos otros síntomas físicos y psicológicos.
  • Insuficiencia renal crónica: la pérdida de función de los riñones puede ocasionar el padecimiento de diversas alteraciones y la anemia, la acumulación de toxinas, la desnutrición y la sangre ácida que puede provocar hacen que la persona afectada tenga un gran cansancio y debilidad.
  • Enfermedades pulmonares: si los pulmones no se encuentran saludables, es muy probable que la oxigenación de la sangre se vea comprometida y, en consecuencia, además de otros síntomas, se produzca un cuadro de cansancio y fatiga importante. Esto puede suceder en enfermedades como el asma, la bronquitis crónica o el enfisema.
  • Coronavirus: algunos pacientes de COVID-19 también refieren un cansancio extremo que les impide realizar incluso las acciones más básicas de aseo y autocuidado.

Si te sientes muy cansada, no tienes ganas de nada y, además, presentas otro tipo de síntomas o sospechas de que podrías padecer cualquiera de estas enfermedades, es muy importante que consultes con tu médico y le informes de tu caso, así podrás iniciar el tratamiento más apropiado.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
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