Por qué siento celos si no somos nada

Por qué siento celos si no somos nada

Todos y todas hemos experimentado alguna vez la desagradable sensación de estar celoso o celosa de alguien. En alguna ocasión, nos hemos sentido mal al pensar que otra persona puede desarrollar afecto hacia alguien que no seamos nosotros y eso ha afectado negativamente a nuestra estabilidad mental. Ahora bien, este sentimiento es incluso más frustrante cuando se experimenta hacia una persona con la que no tenemos ninguna relación. Este sentimiento puede surgir de las expectativas que creamos hacia el otro, puesto que solemos idealizarle y fantaseamos con tener, algún día, una relación con él.

Los celos nunca son buenos y es correcto identificarlos y tratarlos siempre que podamos. De este modo, podremos establecer vínculos más sanos y duraderos con las personas que nos rodean. En este artículo de Psicología-Online, intentaremos dar la respuesta a la frecuente pregunta de "¿Por qué siento celos si no somos nada?".

¿Qué son los celos?

Definimos los celos como un sentimiento fuerte y desagradable que se produce cuando observamos o creemos que una persona siente amor y presta atención a alguien que no somos nosotros. Una hermana mayor puede sentir celos de su hermana recién nacida, un amigo puede estar celoso porque su compañero de clase se ha sentado con otro, una novia puede experimentar celos porque su novio está chateando con otra... este tipo de sentimientos no es algo extraño, sin embargo, no son buenos bajo ninguna circunstancia.

Los celos nacen inicialmente de una creencia muy común en nuestra sociedad: el pensar que alguien es nuestro y que nos debe lealtad. La idea de pertinencia nace como solución al temor de ser abandonados, si algo es nuestro, no nos puede abandonar ¿no?

Lo cierto es que las personas no deberíamos ser de nadie, no somos la propiedad de ningún individuo ni debemos lealtad a ningún semejante. Si bien es cierto que debemos ser amables y bondadosos con aquellos que nos quieren, estas actitudes no pueden ser una obligación. No podemos exigir amor y respeto puesto que esta actitud resulta, de manera paradójica, irrespetuosa.

Esta emoción está fuertemente ligada con la envidia. Esto es debido a que, algunas personas, explican los celos como un tipo de envidia que sentimos hacia la persona que está recibiendo esa atención que tanto deseamos.

¿Sentir celos sin ser nada es amor?

Para comprender mejor la cuestión de "¿por qué siento celos si no somos nada?" es primordial entender qué significa no ser nada.

Esta expresión coloquial comporta el hecho de no tener ningún tipo de relación sentimental, seria o duradera, acordada con la persona por la que hemos desarrollado un profundo afecto. No ser nada puede significar tener una relación de amistad, amor platónico e incluso una relación de amantes. A pesar de no ser nada, no es extraño desarrollar sentimientos hacia alguien que nos atraiga profundamente, estos pueden derivar en inseguridades y en conductas tóxicas si no los gestionamos de manera correcta.

Sentir celos sin ser nada no es amor bajo ninguna circunstancia. Estos celos pueden surgir por la frustración de no ser un amor correspondido o por la envidia de ver como era persona entrega ese sentimiento a otro individuo. En todo caso, una vez detectados, tendremos que trabajar en profundidad para eliminarlos.

¿Qué hago si siento celos y no somos nada?

Tanto dentro de una pareja como fuera de ella, los celos no están justificados en ningún caso. Por ello, a pesar de no ser nada, es importante actuar para poder gestionar esta emoción.

El primer paso será esclarecer la relación con la persona por la cual sentimos atracción. Hablar con ella y expresarle nuestros sentimientos puede ayudarnos a eliminar múltiples inseguridades. Una vez salgamos de dudas acerca de la realidad de nuestra relación, podemos hacer ejercicios basados en el desapego y en la independencia emocional. Salir adelante, olvidando el pasado y viviendo el presente, es el objetivo de estos ejercicios para eliminar los celos.

Celos en la amistad

Los celos no solo aparecen en la atracción amorosa o en una relación de pareja, también existen los celos en las relaciones de amistad. Estos pueden llegar a ser igual de tóxicos y destruir una amistad por completo.

Es posible que nos sintamos mal cuando un amigo no nos presta la atención que creemos merecer o pasa más tiempo con otra persona que con nosotros. Este tipo de celos en la amistad suelen surgir por establecer unas expectativas poco realistas en la otra persona o por temor a perder a un compañero al que apreciamos mucho. El miedo a perder a alguien que queremos es normal, sin embargo, existen modos más sanos y beneficiosos para poder gestionarlo. Es importante recordar que cada uno es libre de salir con quien quiera y de tener las amistades que quiera.

Para eliminar los celos en la amistad, podemos proponer planes con los nuevos amigos de nuestro compañero o entablar nuevas relaciones para evitar depender de una sola persona. Otra solución es generar estrategias de independencia para fomentar nuestra salud mental, de este modo, podemos impedir que se vuelvan a repetir estos sentimientos en nosotros. Disfrutar de los momentos en soledad es una práctica que no solemos hacer y que puede ayudarnos mucho en nuestro crecimiento personal.

Cómo superar los celos

Una vez hayamos asumido que este sentimiento genera un impacto negativo en nuestra salud mental, llega el momento de trabajar a conciencia para poder eliminarlo. Para ello, ofrecemos una serie de sencillos pasos que nos pueden ayudar a alcanzar nuestro objetivo:

  • Identificar el sentimiento: el primer paso es identificar el momento en el que empezamos a sentirnos mal y el contexto en el que se produce dicho sentimiento. Una vez sepamos cuando se producen los celos, es mucho más sencillo trabajar los pensamientos y creencias que rodean esa sensación.
  • Sostener: si bien es cierto que los celos no son un sentimiento positivo, castigarnos por sentirlos tampoco nos va a ser de gran ayuda. Sostener una emoción implica no juzgarla, observar como nos hace sentir y no tratar de bloquearla.
  • Preguntarse la necesitad de sentir celos: una vez seamos capaces de sostener la sensación de celos, podemos hacernos preguntas acerca de ella. El objetivo de cuestionarnos a nosotros mismos es racionalizar los celos "¿qué me aporta sentir esto?" "¿de qué me sirve estar celoso/a?" Son ejemplos de cuestiones que nos pueden servir para superar este sentimiento.
  • Canalizar las emociones negativas y fomentar las dinámicas positivas que fortalezcan nuestra individualidad. Después de observar que necesitamos echar los celos fuera de nuestras vidas, llega el momento de canalizarlos. Para ello, podemos aplicar una serie de técnicas de relajación y meditación sumados a la racionalización del sentimiento de celos.
  • Disfrutar de nuestra propia compañía: finalmente, cuando seamos capaces de gestionar los celos correctamente, llega el momento de observar que, efectivamente, podemos gozar de nuestra compañía e independencia. No necesitamos proyectar expectativas de afecto en los demás para sentirnos queridos, basta con aprender a proporcionarnos nosotros mismos los cuidados afectivos necesarios.

Con el paso del tiempo, y siguiendo estos consejos, seremos capaces de gestionar los celos hasta hacerlos desaparecer. Con ello, eliminaremos una importante parte de las conductas tóxicas y seremos capaces de entablar relaciones más sanas. Si alguien quiere estar a nuestro lado es por decisión propia, no porque nos pertenezca. Los celos nos impiden avanzar como personas y solamente alimentan las mismas inseguridades que los generan.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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