Qué es la lobotomía y para qué sirve

Qué es la lobotomía y para qué sirve

Seguro que alguna vez has escuchado la frase de "¡a ti parece que te hayan lavado el cerebro!", para referirse a una persona que ha cambiado radicalmente de opinión sobre un tema. Pero, ¿de donde proviene este expresión? Parece ser que la práctica de la lobotomía cerebral dio forma y sentido a esto. Una especie de “magia”, como lo denominaron algunos, que “curaba” algunos trastornos psicológicos.

Si quieres conocer más detalles sobre la práctica, en este artículo de Psicología-Online, te contamos qué es la lobotomía y para qué sirve. Además, también hablaremos sobre cuáles son sus consecuencias y cuándo se prohibió la lobotomía cerebral.

Qué es la lobotomía

La leucotomía o lobotomía prefrontal es un procedimiento quirúrgico por el cual se seccionan fibras nerviosas de la región frontal del cerebro, desconectando la corteza frontal del resto del cerebro. Esta práctica se llevaba a cabo en el siglo XX, cuando los psiquiatras introducían una gran aguja en el cerebro con la finalidad de modificarlo. El objetivo de este procedimiento, conocido como lobotomía, era cambiar las conductas disruptivas o que generaban malestar en los pacientes en una operación.

Así pues, la lobotomía consiste en perforar el cráneo e introducir instrumentos especiales para seccionar las fibras nerviosas del lóbulo frontal. Pero, ¿qué pasa si te hacen una lobotomía? La hipótesis que sostiene este procedimiento es que se puede modular la conducta y las emociones en seres humanos y primates superiores, así como patologías como la depresión, la ansiedad generalizada, las psicosis y el trastorno obsesivo-compulsivo.

Historia de la lobotomía

En 1946, Walter Freemanpromovió la lobotomía transorbitaria, o lobotomía de picahielo, en la cual se introducía un orbitoclasto por la extremidad interna del ojo y, con un mazo de metal, se cortaban las conexiones nerviosas del lóbulo frontal del cerebro, transformando la lobotomía en una práctica ambulatoria y rápida.

Inicialmente, la técnica fue implementada exclusivamente en pacientes con esquizofrenia severa, trastorno obsesivo compulsivo (TOC) intratable o depresión grave. Sin embargo, más tarde, Freeman practicó esta técnica a todo tipo de pacientes, incluso a personas sin enfermedades psicológicas que simplemente tenían una mirada amenazante.

Freeman viajaba por todo Estados Unidos realizando lobotomías a pacientes con desórdenes psiquiátricos hasta los años 50, cuando este método dejó de ser utilizado por la aparición de nuevas técnicas como la clorpromazina. El famoso doctor, pese a su pérdida de licencia por la muerte de uno de sus pacientes mientras le practicaba una lobotomía, continúo ejerciendo su profesión y utilizando este método hasta los años 70.

Hubo algunos casos de lobotomías experimentales en Portugal y en los Estados Unidos antes de la guerra, pero fue solamente a partir de 1945 que la práctica tomó toda su amplitud. Desapareció en la década de los 50 con la llegada del primer neuroléptico (1952) y los antidepresivos (1955). En este artículo, te mostramos los distintos Tipos de antidepresivos y para qué sirven.

Para qué sirve la lobotomía

No existen indicaciones terapéuticas precisas de las lobotomías. El objetivo era desembarazar a los hospitales de los pacientes “ingobernables”. Era preciso encontrar el medio de reenviarlos a sus casas y “estabilizarlos” para “reinsertarlos”.

Cabe decir que la lobotomía prefrontal se efectuaban sin anestesia, pero se realizaba después de un electrochoque que tenía efecto anestésico, lo cuál presentaba la ventaja de poder hacerla sin necesidad de salas de operación. Además, esta operación calmaba a los pacientes más difíciles, siendo este el único criterio con el que se juzgó la eficacia de la lobotomía cerebral.

Consecuencias de la lobotomía

En 1949, el prestigioso neurocirujano portugués, Egas Moniz, recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina por su descubrimiento del valor terapéutico de la lobotomía prefrontal en determinadas psicosis. Aun así, más tarde se demostró las devastadoras consecuencias que la lobotomía tenía para los pacientes.

En un primer momento aparecían síntomas de estupor, estado confusional, e incluso problemas urinarios como incontinencia y alteraciones de la conducta alimentaria. Además, muchos pacientes parecían comportarse como niños pasados algunos días, algo que, según Freeman, era pasajero.

Lo que llamaba más la atención al entorno social del paciente era el cambio de personalidad en el que este se veía envuelto. Viéndose reducida la capacidad de toma de decisiones, la planificación, la memoria de trabajo y la atención, entre otros procesos psicológicos importantes. Incluso aparecía una inhibición ante estímulos placenteros y se podía ver afectada la capacidad de empatía.

No siendo suficientes todos estos efectos secundarios de las lobotomías, algunos pacientes empezaban a sufrir convulsiones tras ser intervenidos. De hecho, muchos de ellos llegaron a morir por este tipo de intervención.

Cuándo se prohibió la lobotomía

En realidad, la lobotomía prefrontal desapareció con la introducción de la clorpromazina en los años 50, una droga específica para el tratamiento de la psicosis, cuando se logró la ansiada quimera de tratar las enfermedades psiquiátricas con medicación.

La clorpromazina permite controlar satisfactoriamente los síntomas agresivos de numerosas entidades patológicas en el campo de la neuropsiquiatría, en contraposición al dilema ético y los efectos secundarios de la lobotomía. Mediante su uso, desapareció repentinamente y casi al completo la psicocirugía como disciplina.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • Hernández, D., Manuel, Z. D. J., & Roberto, R. Historia de la psicocirugía. Lobotomía: del Premio Nobel al oprobio. Universidad abierta internacional.
  • Pignarre, P. (2020). La historia olvidada. Ciencias Sociales y Educación, 9(18), 281-286.