La técnica de la silla vacía, o "caliente", como la llamaba Fritz Perls, fundador de la Psicoterapia de la Gestalt, es una de las técnicas de intervención que se puede utilizar dentro de la relación entre psicoterapeuta y paciente.
Para facilitar el contacto entre las múltiples facetas de la experiencia y los coloridos matices de la vida emocional de la persona, es posible vivir dentro de la configuración terapéutica, en primera persona, el diálogo entre personajes o partes de sí.
No se trata solo de hablar de las propias dificultades o emociones, sino más bien de hablar de las propias dificultades identificando un interlocutor (una persona de la vida real, un aspecto emocional de uno mismo, un personaje o un objeto de fantasía) y expresando los propios deseos, pensamientos y lo que se quiere del otro: en otras palabras, ambos actores del diálogo declaran sus intenciones sin "hacer trampa" y con la ayuda del terapeuta. En este artículo de Psicología-Online profundizaremos entonces qué es la técnica de la silla vacía y cómo aplicarla.
Qué es la técnica de la silla vacía en psicología
La silla vacía es una técnica de origen psicodramático que proviene de la psicoterapia de la Gestalt. Según esta orientación, la silla vacía se utiliza cuando el paciente tiene la necesidad de comunicarse con "el otro ausente", pero presente y vivo como fantasía o como representación interna. Se trata de un espacio simbólico, donde se colocan las percepciones, las proyecciones, los miedos, los deseos del paciente.
Es la técnica gestáltica sin duda más conocida, y consiste en realizar un diálogo entre las partes en conflicto a través de una condición experiencial en la que el cliente habla alternativamente desde dos sillas colocadas una frente a la otra, donde una parte de sí misma defiende el cambio, mientras que la otra lo ataca.
Cuándo usar la técnica de la silla vacía en terapia
¿Para qué sirve la técnica de la silla vacía en psicología? Utilizada en la terapia de la Gestalt, tiene como objetivo principal la integración de las tendencias ambivalentes, llamadas "polaridad". La integración de las polaridades ayuda al paciente a convertirse en lo que es en lugar de identificarse con sus ideales.
Un conflicto entre valores, acciones, pensamientos y sentimientos se trata aquí expresando simultáneamente los dos aspectos del problema. La idea es que cuando un aspecto del self está sobrevalorado, la polaridad opuesta tiende a emerger. Como en una pareja parental, en la que cuando un padre es demasiado rígido el otro se vuelve demasiado indulgente, según esta hipótesis en el individuo el desarrollo de una tendencia extrema produce también la acentuación de la opuesta.
La integración de las tendencias opuestas ayuda al individuo a realizar la conexión de las energías vitales, y esta es la razón de la utilización de la técnica de la silla vacía en psicología. Esta técnica es entonces indicada cuando un individuo está en conflicto con dos tendencias opuestas.
Ejemplo de la técnica de la silla vacía en psicoterapia
Tomemos el ejemplo de una mujer que se siente incapaz de actuar a causa de su ira. En un diálogo entre estas dos emociones, gracias a esta técnica, la parte incapaz se volverá consciente de la energía contenida en el sentimiento de ira: no se atrevía a utilizarla porque tenía miedo de su aspecto destructivo. Ahora puede hacerlo, ya que ha superado la aprensión. Al final de la sesión, la paciente será capaz de imaginar una fuerza personal que no sea destructiva.
Los pares de tendencias opuestas (polaridad) frecuentes en los pacientes son:
- Tener dependencia extrema vs. tendencia a ser rechazados e independientes.
- Tener constantemente miedo de ser desaprobados vs. tendencia a no tener en cuenta en absoluto los sentimientos de los demás.
- Ser extremadamente confiados vs. ser muy desconfiados.
- Ser extremadamente emocional vs. ser demasiado racional.
- Ser sexualmente abstinentes vs. tener una sexualidad desenfrenada.
- Expresar lo que se debe hacer vs. expresar lo que se debe lograr.
Cómo aplicar la técnica de la silla vacía paso a paso
Los diferentes pasos de la técnica de la silla vacía dependen del terapeuta individual y de la persona que participa en la terapia, pero algunos pasos básicos que pueden constituir la base de la mayoría de las sesiones de "silla vacía" pueden resumirse como sigue:
- Identificar el objeto: a través de la discusión con el terapeuta o consultor, el paciente se identifica con quién o con qué le gustaría hablar, en un diálogo con la silla vacía. Por ejemplo, el terapeuta puede recomendar una conversación con un metafórico "muro emocional" que aparece en ciertos momentos; o puede sugerir hablar con alguien que está muerto.
- Dirección del diálogo: con la ayuda del terapeuta, ahora es posible hablar con la apariencia de nosotros mismos o con la persona que imaginamos que está en la silla vacía. Si el objeto es un aspecto, podríamos desempeñar ese papel y responder a sus preguntas. Por ejemplo, en el caso del "muro emocional", el terapeuta podría preguntar por qué nos satisface y qué sucedería si no lo hiciéramos.
- Cambio de lugar: a menudo cambia de lugar e interpreta el papel opuesto con la persona o la apariencia con la que estamos hablando. La forma en que esto se manifiesta depende de los objetivos en la terapia.
- Evaluación y debate: después de una sesión en la silla vacía, el terapeuta puede querer hacer un informe: por lo tanto, se nos puede animar a discutir la conversación y cómo nos sentimos.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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