Qué significa estar a la defensiva y cómo evitarlo

Qué significa estar a la defensiva y cómo evitarlo

Estar a la defensiva es un comportamiento que no suele tener consecuencias positivas para la persona que lo lleva a cabo ni para los que le rodean. Los que actúan a la defensiva suelen comportarse de este modo debido a inseguridades y a miedos primarios. Aunque la finalidad de este comportamiento es defenderse y protegerse de ser lastimado, en realidad lo único que se consigue con ello es que las personas de tu alrededor se distancien de ti por tus comportamientos hirientes.

En el siguiente artículo de Psicología-Online vamos a explicar qué significa estar a la defensiva y cómo evitarlo. Te contamos a qué se debe este tipo de comportamiento, las consecuencias que provoca y cómo reconducirlo hacia otro tipo de conducta más afable.

Significado de estar a la defensiva

Estar a la defensiva significa estar alerta y controlar permanentemente nuestro alrededor con la intención obsesiva de prever y defenderse de cualquier golpe o ataque del exterior. Las personas que están a la defensiva viven con la idea irracional de que están constantemente en peligro y que deben defenderse en todo momento. Para protegerse, atacan antes de ser atacados como defensa ante lo que creen que va a ocurrir.

Algunos ejemplos de estar a la defensiva serían los siguientes:

  • Agredir verbalmente al interlocutor.
  • Hacer uso de una fuerte ironía.
  • Utilizar la negación.
  • Hacer ver que todo está perfecto aunque no sea esta la realidad.
  • Mostrar altos grados de desconfianza.
  • Comportamientos miedosos, evitativos y/o huidizos.

Cómo saber si una persona está a la defensiva

Una persona que suele estar a la defensiva seguramente tiene una herida emocional abierta que no reconoce y, por lo tanto, muchas veces no se da cuenta de que ataca injustamente a los que le rodean. Seguramente, manifestará los siguientes síntomas:

  • No escucha a los demás o da la impresión de que no lo hace.
  • Usa muchas excusas.
  • Explica las causas de los problemas para justificar tu comportamiento.
  • Culpa a los demás por tu actitud.
  • No le gusta que le digan "tú hiciste lo mismo".
  • Se concentra más en los errores de los demás que en los tuyos.
  • Tiende a interpretar todo lo que dicen los demás como quiere.
  • Sentimiento de que su integridad personal está constantemente bajo ataque y reaccionará en consecuencia.
  • Percibe el comportamiento de los demás como una intrusión en el espacio personal.
  • Problema de hipersensibilidad que empuja a defenderse de todo. Si quieres saber cómo reaccionar en estas situaciones, te recomendamos leer este artículo sobre cómo tratar a una persona altamente sensible.

Por qué aparece la actitud defensiva

La actitud defensiva aparece por motivos tan variados como personas utilizan dicho mecanismo defensivo. Lo que tienen en común todas ellas es el hecho de tener una fuerte herida en lo más profundo del alma. Dicha herida provoca una fuerte actitud de desconfianza hacia las personas y hacia el mundo en general. Esta falta de confianza lleva a las personas a permanecer hipervigilantes ante cualquier posible peligro que pueda surgir.

El miedo constante a ser golpeados de nuevo, tal como experimentaron en una situación pasada. provoca este comportamiento de ataque que permite defenderse de posibles agresiones, antes incluso de que estas se den. Algunas de las experiencias vitales que pueden desembocar el comportamiento defensivo podrían ser:

  • Abusos físicos durante la infancia.
  • Negligencias y abandonos de los progenitores.
  • Paternidad autoritaria.
  • Bullying escolar o laboral.
  • Violencia de género.

Si quieres saber más, en este artículo verás por qué hay personas desconfiadas y cómo tratarlas.

Consecuencias de estar a la defensiva

Estar a la defensiva transmite a los demás que no quieres que se acerquen demasiado a ti. Por eso, una de las principales consecuencias de estar a la defensiva es que las personas se acaban cansando de este comportamiento desconfiado y terminan por alejarse y tomar distancia.

A quienes intentan relacionarse con personas que están a la defensiva se les hace difícil entender por qué, cada vez que intentan acercarse, estas les golpean, se burlan, se protegen o huyen de la situación. Al no conocer las causas profundas de su comportamiento y no entenderlo como un mecanismo de miedo defensivo, tras insistir en mayor o menor medida, acaban por abandonar sus intentos de establecer una relación con dichas personas.

Así pues, el hecho de estar a la defensiva deriva en que las personas que usan este mecanismo defensivo utilizan la conducta de rechazo de sus interlocutores para corroborar que el mundo y las personas que habitan en él no son de fiar. De este modo, fortalecen su mecanismo defensivo y la desconfianza hacia los demás.

Cómo evitar estar a la defensiva

¿Qué hacer si siempre estoy a la defensiva? Es importante aprender a confiar en la vida y en el ser humano. El miedo es el motivo fundamental que lleva a crearse esta coraza defensiva y a andar el camino empuñando escudo y espada. El primer paso para salir de esta dinámica es aprender a confiar en uno/a mismo/a y rodearse de un entorno que te transmita afecto y protección. Esto te ayudará a asentar una nueva base sobre la que crear estrategias vitales mucho más constructivas, positivas y enriquecedoras.

Si quieres dejar de estar a la defensiva, no te pierdas estas recomendaciones:

  • Reconoce las señales físicas de la actitud defensiva: este tipo de reacción te permite escapar de una situación determinada o luchar contra ella. En otras palabras, el cuerpo muestra señales físicas al entrar en un estado de tensión creciente y hay que aprender a ser consciente de ellas.
  • Respira profundamente: para contrarrestar la reacción física de "lucha o huida", trata de calmar el sistema nervioso respirando de manera lenta y controlada. Cálmate antes de hacer o decir algo.
  • No interrumpas: el hecho de interrumpir a alguien para cuestionar o criticar un pasaje de su discurso indica una actitud defensiva. Esta actitud no sirve para nada y te hace parecer inseguro/a y obstinado/a.
  • Pregunta si puedes continuar la conversación en otro momento: si las emociones son demasiado fuertes para interactuar de manera racional, considera despedirte y pedirle a tu interlocutor que reanude la discusión más tarde.
  • Encuentra una manera de superar el estrés: cuando estás a la defensiva, el cuerpo está sometido a un gran estrés. Cálmate y trata de relajarte y liberar la tensión. En este artículo encontrarás información sobre cómo gestionar el estrés y la ansiedad.
  • Destierra la palabra "pero": cuando estás a la defensiva, tiendes a comenzar las frases con "pero" para demostrar que los demás están equivocados. No es una simple conjunción, sino una barrera mental porque le dice a tu interlocutor que no te importan sus opiniones o que no tienes la intención de considerarlas.
  • Pídele a tu interlocutor que se explique mejor: en lugar de ponerte nervioso/a, hazle preguntas, pídele que sea más preciso/a sobre la opinión y las críticas que te ofrece.
  • No reacciones lanzando más críticas: si aprendes a aceptar las críticas de los demás desarrollarás una actitud más reflexiva y abierta, pero también podrás adquirir un mayor autocontrol.
  • No te tomes las cosas de forma personal: trata de darle a otros el beneficio de la duda y no consideres las críticas que te dirigen como ataques personales.
  • Escucha lo que otros dicen: tener empatía significa ser capaz de ponerse en el lugar de otra persona y entender su estado de ánimo y sus sensaciones. Sin embargo, para ser capaz de ello, es necesario saber escuchar.
  • Evita emitir un juicio: para conectar con la persona que está frente a ti, debes dejar tus opiniones y juicios a un lado temporalmente hasta que termines la interacción.
  • Reformula el discurso de tu interlocutor: si quieres escuchar a otra persona y entender lo que tiene que decir, participa activamente, pero con respeto.
  • Haz que tu interlocutor comprenda que lo escuchaste: reitera lo que te ha dicho para que se dé cuenta de que has sabido escuchar, comprender y apreciar la importancia de lo que os habéis dicho, incluso si el problema aún no se ha resuelto.

Por supuesto, dejar de estar a la defensiva no es una tarea fácil. Si quieres lograrlo, deberás trabajártelo, pero pocas gratificaciones serán mayores que aprender a confiar en ti mismo y en los demás.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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