¿Se puede sentir atracción emocional pero no física?

¿Se puede sentir atracción emocional pero no física?

La atracción y el deseo constituyen grandes misterios desconocidos de los que poco hablamos. Existen diferentes tipos de atracción y niveles o matices. La atracción que sentimos por alguien siempre es diferente de la que podemos sentir por alguien más y, entonces, ¿cómo podemos saber si lo que sentimos es atracción o no?

En este artículo de Psicología-Online, te aclararemos qué es la atracción, hablaremos de las diferencias entre la atracción emocional física y la atracción emocional y responderemos a una de las interrogantes más frecuentes que surge cuando hablamos este tipo de temáticas: ¿se puede sentir atracción emocional pero no física? Sigue leyendo para saber la respuesta.

Qué es la atracción

Para comenzar a aclararnos en estos terrenos inciertos, vamos a definir a la atracción como la fuerza o capacidad que tiene una persona para llamar nuestra atención, agradarnos y hacernos experimentar emociones fuertes, que nos hacen querer estar cerca de ella y/o buscarla activamente, emociones que a veces incluso se vuelven incontrolables o molestas porque nos invaden y no las podemos manejar o gestionar como nos gustaría.

La etimología de la palabra atracción viene del latín "attractio" y alude a la acción de traer hacia uno mismo a alguien o algo que nos parece atractivo o es de nuestro agrado, ya sea por razones físicas, sexuales, emocionales, románticas, intelectuales, sensoriales o amistosas. Es "algo" que nos mueve o dirige en una cierta dirección, es decir, la atracción nos arrastra a buscar el objeto deseado.

Diferencias entre atracción física y emocional

Las razones de por qué alguien nos genera agrado y nos resulta atractiva pueden ser muchas y pueden ir desde algo sensorial, físico o sexual hasta algo más amoroso, romántico, amistoso o sentimental.

¿Cómo podemos diferenciar que tipo de atracción es el que sentimos por la otra persona? A continuación, vemos las diferencias entre atracción física y emocional:

1. Atracción física

La atracción física es la que más conocemos. Es esa sensación que experimentamos por un otro que nos atrae por razones conscientes o inconscientes y que nos mueve fuertemente a buscar un encuentro y conexión en el plano sexual o sensorial. Inicialmente, buscamos tener cercanía con ese otro y generar encuentros físicos con él, a través del contacto físico, roces, caricias, mimos, etc.

El nivel de intensidad de esta atracción dependerá del nivel de contacto con el otro, de la relación que se genere con él y las fantasías que se pueden generar entorno a esa persona.

  1. Atracción física consciente: el otro nos parece atractivo y por eso llama nuestra atención, buscamos generar una cercanía con él.
  2. Atracción física inconsciente: es cuando el otro nos encanta y no sabemos por qué, cuando sentimos cierta química o conexión que no entendemos muy claramente ni podemos explicar. Se busca un encuentro y conexión sexual pero hay algo mucho más fuerte que nos mueve a querer buscar ese encuentro con él otro.

2. Atracción emocional o romántica

La atracción emocional es el deseo de estar cerca de otra persona que nos atrae por su forma de ser, valores, por su personalidad, por su forma de actuar, por sus atributos intelectuales, etc. Buscamos estar cerca de esta persona y generar una conexión con ella por algo que va más allá de lo meramente físico. Muchas veces este tipo de atracción va muy ligado a emociones más profundas. Este tipo de atracción va muy ligado a la sensación de admiración por el otro con quien se busca tener una relación romántica y una conexión especial, que vaya más allá de lo meramente sexual.

Creemos que esa persona tiene mucho que aportarnos y enseñarnos y queremos pasar nuestro tiempo con ella.

¿Se puede sentir atracción emocional, pero no física por una persona?

El amor y lo que nos une inicialmente con una pareja es una mezcla de una atracción física y una atracción romántica. Sin importar cual sea la que surge primero y cual después, ambas están presentes en el inicio de toda relación. El otro nos llama la atención por algo físico y por algo emocional y es esa mezcla de ingredientes la que nos dirige a querer entablar una relación amorosa. Ya que encontramos en esa persona cosas que la hacen única ante nuestros ojos y nos hacen querer elegirla por sobre las demás alternativas que podamos tener.

Sin embargo, como hablábamos inicialmente, independiente de que exista atracción, existen variaciones en los matices con los que experimentamos esas sensaciones y en ese juego de variables podemos sentir más atracción emocional-romántica que física, lo que inicialmente no es ningún problema pero con el paso del tiempo podría llegar a generar conflictos a nivel personal o en la pareja.

También en parejas que llevan muchos años hay diferentes factores que pueden generar que la atracción física y deseo disminuyan:

  • La rutina puede ser un ingrediente que haga disminuir el deseo.
  • Los conflictos interpersonales y tensiones a nivel de pareja o familia.
  • Los problemas de comunicación.
  • Los problemas económicos.
  • La distancia física.
  • La falta de actividades en conjunto.
  • La desconexión y distanciamiento a nivel sexual.
  • La falta de comunicación sobre las fantasías y deseos sexuales de la pareja.

Es importante tener en cuenta que las parejas van cambiando a lo largo de los años y que la intensidad del deseo sexual inicial disminuye y se modifica. Después de estar muchos años en relación es normal que la pareja sienta mucho más la atracción emocional, intelectual y romántica que la atracción física inicial, ya que no solo los cuerpos se modifican con el pasar del tiempo, sino también pasa la etapa del enamoramiento y con el se reduce bastante nuestro deseo hacia el otro, por ello que es necesario trabajar en mantener el deseo activo. Una pareja que quiere construir y mantener activa la relación necesita abrirse a nuevas posibilidades y estar constantemente reactivando el deseo a través de juegos, rituales y momentos íntimos que los ayuden a volver a sentir nuevamente las emociones que los unieron al principio.

¿Qué hacer cuando no hay atracción física?

Que no exista un deseo sexual inicial no significa que nunca va a llegar a existir, que no se pueda generar o que no se pueda trabajar en ello. El atractivo físico también depende de muchos factores y algunos podemos modificarlos y usarlos a nuestro favor.

El deseo inicial es importante para que dos personas se sientan atraídas, pero no todas las personas que se atraen fuertemente terminan teniendo una relación y muchas personas que inicialmente no se atraen terminan siendo pareja.

Lo importante a saber acá es que existen muchas formas en las que podemos vernos atraídos por el otro, que todo tipo de atracción se puede potenciar, que la atracción física inicial es importante pero no determinante y que una persona que nos parece atractiva puede no parecerle atractiva a otro. A cada persona le gustan personas diferentes y eso es lo normal y ocurre porque se mueven muchos factores inconscientes y subjetivos al vernos atraídos por alguien.

Entonces ¿Qué podemos hacer cuando sentimos que no tenemos atracción física con alguien que nos atrae de forma emocional? Primero, hay que entender que la atracción sexual tiene sus bases en algo biológico y reproductivo y que luego se convierte en un deseo erótico y sexual. Además, el interés sexual que nos genera una persona dependerá de muchos factores:

  1. La imagen personal: algo que nos parece muy atractivo inicialmente son las personas que lucen y huelen bien. La higiene personal y el cuidado personal que tiene una persona consigo misma es algo que resulta sumamente atractivo. Porque denota un cuidado de sí mismo, una preocupación y un buen autoestima. La imagen personal potencia y aumenta nuestro atractivo físico y podemos trabajarla a través de los hábitos, el deporte, el vestir y oler bien, el cuidar nuestra higiene personal...
  2. Atractivo físico: lo atractivo se determinará según nuestros parámetros de belleza conscientes e inconscientes, que vienen dados de: lo que resulta bello a nivel social y lo que es símil a nosotros y a nuestras personas significativas, esas que nos han hecho felices y entregado mucho amor (padre, madre, abuelos, etc.). Inconscientemente, tendemos a buscar a personas parecidas a las personas de nuestra historia.
  3. La conducta y gestos: las formas de mirar, de sonreír, de caminar, la simpatía..., son esas cosas que forman parte de la conducta no verbal y el carisma que caracteriza a ciertas personas y que nos resulta sumamente atractivo. Esto es algo en lo que también se puede trabajar.
  4. La química y el olfato: las feromonas son sustancias químicas que se desprenden de nuestro cuerpos para generar atracción sexual y que los demás podrán percibir por medio del olfato. Son señales químicas olorosas que nos ligan a los demás a través de la atracción, todos tenemos feromonas y hay formas de producir más o menos. Podemos aumentar nuestro nivel de feromonas cambiando nuestra alimentación.
  5. Reciprocidad: nos sentimos atraídos por las personas a quienes les interesamos y nos muestran interés, nos demuestran atención, nos cuidan, respetan y se preocupan por nosotros. Queremos sentirnos queridos e importantes para el otro.
  6. La seducción y el juego: es importante no perder el deseo en la pareja y eso es algo que no siempre resulta fácil, porque pasado un tiempo se comienza a caer en la rutina y el deseo inicial comienza a decrecer. Una forma de mantener el deseo activo se puede lograr a través de juegos de seducción, que unidos a una buena imaginación y confianza mantienen la llama y genera una mayor conexión y unión en la pareja.

¿Y si no siento atracción física por nadie?

La falta del deseo sexual puede tener varias razones. Entre otras:

  • Podría deberse a factores psicológicos y fisiológicos.
  • Un excesivo estrés.
  • Un bloqueo por un trauma o mala experiencia pasada.
  • Una persona asexual, que siente atracción intelectual y emocional por otras personas, pero no atracción sexual.
  • Una persona demisexual, que necesita que haya una relación afectiva con una persona como condición para experimentar atracción sexual.
  • Una persona que se está replanteando su orientación sexual.

Lo que determina a una situación como problemática es cuando, independiente de lo que la sociedad impone como normalidad y lo que los demás creen y/o profesan que es lo que esta bien, esto constituye un problema para la persona que lo padece y le genera conflictos a nivel personal y en la conexión con otros.

Si una persona no siente deseo, ni atracción física por otra y esto constituye un problema para esa persona, es recomendado solicitar la ayuda a un profesional que pueda ayudarlo a encontrar la causa de esta situación y de qué es lo más recomendado en cada caso. Así como evaluar si es una situación que se ha dado siempre así o se comienza a presentar desde un momento en particular.

No hay nada más angustiante que sentirnos perdidos y desorientados respecto a nosotros mismos y el encontrar las respuestas a estas interrogantes nos ayudan a sentirnos tranquilos, en paz y a retomar las riendas de nuestras vidas.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • Martínez V. (2010) Atracción sexual, una cuestión de física o química. Extraído de www.elmundo.es
  • Mondragón-Lasagabaster, J. (2011). Psicología Social. Tema 6: Relaciones interpersonales: atracción y amor.