Secuelas del daño psicológico por infidelidad

Cuando un ser amado ha cometido una infidelidad, nuestra confianza hacia las demás personas también suele disminuir. Esta desconfianza es una consecuencia de la ruptura del acuerdo basado en establecer un vínculo monogámico. En otras palabras, en la mayoría de ocasiones la infidelidad está directamente unida del hecho de tener una relación afectiva y sexual con una sola persona. Por lo tanto, si alguno de los miembros de la pareja comete una infidelidad, existen muchas probabilidades de que la otra persona tienda a desconfiar en otros vínculos sociales que se le presenten.

Otra de las manifestaciones que pueden aparecer tras descubrirse infidelidad es el sentimiento de culpa. En este caso, la persona que fue engañada cree ser la responsable de lo sucedido por no haber realizado determinadas acciones o cambiar aspectos de su persona durante la relación de pareja.

Esto se traduce en un profundo sentimiento de culpa que invade la vida y afecta los vínculos cotidianos. Por ejemplo, una persona puede pensar que sufrió una infidelidad por no haber sido lo suficientemente atenta durante la relación. Asimismo, en muchas ocasiones, el sentimiento de culpa puede ser un modo de evitar responsabilizar a la otra persona del acto que cometió.

La sensación de vacío suele ser una de las reacciones más habituales tras una infidelidad. Esto se corresponde con el hecho de pensar que no existe la posibilidad de establecer una futura relación de pareja sin infidelidades. Del mismo modo, la angustia puede acompañarse por la creencia de que en casi todos los vínculos amorosos se producen infidelidades.

Si la relación amorosa tenía una intensidad muy elevada y se produce una infidelidad, una de las maneras de reaccionar frente al daño psicológico ocasionado consiste en aislarse socialmente del entorno de la persona infiel. Si bien es cierto que la desconfianza suele estar dirigida a la persona que cometió la infidelidad, en muchos casos también es probable que estos sentimientos se expandan hacia el entorno del que el/la infiel forma parte, como sus amigos o familia.

Otra de las secuelas del daño psicológico por infidelidad es la presencia de alteraciones en el sueño. En líneas generales, los obstáculos que impiden un descanso adecuado se intensifican y se vuelven más visibles tras haberse producido el desengaño amoroso, ya que los pensamientos recurrentes acerca de ello se intensifican a la hora de dormir.

A pesar de que la variación en el estado de ánimo es un fenómeno frecuente en muchas personas, estos cambios suelen incrementarse en los casos de infidelidad, ya que pueden repercutir gravemente en sus sentimientos. Una de las reacciones más habituales consiste en la fluctuación entre momentos de estados de furia hacia otros de tristeza intensa.

El hecho de que una persona sea engañada por otra suele producir una baja valoración de sí mismo/a. Dicho de otro modo, en casos de infidelidad la víctima puede sentir que sus cualidades tienen un valor escaso frente las de otras personas. Por lo tanto, es posible que surjan o aumenten los sentimientos de inferioridad tras pasar por esta situación.

Existe una fuerte relación entre lo que comemos y nuestra personalidad. En algunas ocasiones, la dificultad para procesar ciertos sentimientos puede verse reflejada a través de dificultades en la ingesta de alimentos. Por este motivo, los trastornos alimenticios son otra de las secuelas que puede ocasionar una infidelidad, y que pueden estar caracterizadas por un exceso de comida, falta de apetito, entre otros.

Cabe destacar que la presencia de alguna señal de alarma de pueda sugerir un trastorno alimenticio siempre debe ser evaluada por un profesional de la salud mental.

Si quieres saber más sobre este tema puedes consultar Tipos de trastornos alimenticios y sus características.

La aparición de los celos es otra de las manifestaciones que se generan en estas situaciones y denotan falta de seguridad. De este modo, las personas que han pasado por una infidelidad pueden sentir una gran carga de inseguridad tras descubrir el engaño.

El factor sexual suele influir de modo directo en la mayoría de relaciones de pareja. Por este motivo, cuando alguien está sufriendo por una infidelidad, su deseo sexual puede mermar notablemente. Asimismo, la disminución del deseo sexual puede traducirse en un bajo desempeño sexual o dificultades para lograr una concentración focalizada en el acto, entre otros.

Si te estás debatiendo entre perdonar o no una infidelidad puedes leer ¿Se puede perdonar una infidelidad?.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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