¿Si piensas mucho en una persona, la atraes?

¿Si piensas mucho en una persona, la atraes?

Siempre se ha dicho que si piensas mucho en algo lo atraes. Hay quien verdaderamente confía en esta afirmación, pero también hay otras personas que creen que esta afirmación no es tan cierta y que, en muchas ocasiones, no por querer o pensar mucho en esa persona la vas a atraer, que lo que realmente importa es pasar a la acción y no tanto estar pensando constantemente en él o ella.

En este artículo de Psicología-Online queremos aclarar esta duda: ¿si piensas mucho en una persona la atraes? Vamos a ver qué es la ley de la atracción en el amor, qué evidencia científica hay sobre ella y si realmente funciona o no.

La ley de la atracción en el amor

¿Por qué pienso mucho en una persona? ¿Qué significa? Pensar constantemente en otra persona es una de las características típicas del enamoramiento. ¿Entonces, pensar mucho en alguien es amor? Puede ser, aunque lo más probable es enamoramiento y también puede ser que pienses mucho en alguien porque ha despertado en ti alguna otra emoción intensa como la rabia, la ira...

En la vida, en muchas ocasiones, si atraemos aquello que deseamos, es porque enfocamos nuestros pensamientos y por ende nuestras acciones a cuidar, atraer, conservar todo aquello que amamos de nuestro alrededor, desde una persona, a un trabajo e, incluso, aquella prenda de ropa que tanto nos gusta. Por ello, cuando nos la ponemos, vamos con mucho cuidado para que no se manche, se rompa o le pase algo.

Quizás este último ejemplo parece muy banal, pero a grande escala y con cosas más trascendentales hacemos lo mismo: cuidamos todo aquello que nos hace felices, y ello atrae a las personas. El mundo exterior que nosotros tenemos no es más que un reflejo de nuestro mundo interior.

Nosotros tenemos un gran poder para atraer las cosas, ya que si lo pensamos y los visualizamos en nuestra mente, dirigimos nuestras acciones conseguir aquello que en nuestra mente está tan nítido. Si quieres un cambio para conseguir atraer a la persona que te gusta, prueba con cambiar primero esa frase de “es imposible que yo le guste”. Valórate más, ármate de valor y piensa: “si quiero, puedo conseguir aquello que me proponga”.

Napoleón Hill afirmó que "nuestros pensamientos dominantes tienden a magnetizar nuestro cerebro y, por mecanismos que nadie conoce bien, actúan como imanes que atraen hacia nosotros las fuerzas, las personas y las circunstancias de la vida que armonizan con la naturaleza de dichos pensamientos".

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¿Ley de atracción funciona?

Según la ley de la atracción, todo aquello en lo que tú piensas, crees y visualizas habitualmente se convierte en la base de todo lo que podrás experimentar en tú vida. ¿La razón? Muy sencilla: si lo hemos creado en nuestra mente, es mucho más fácil crearlo físicamente. El pensamiento es la semilla que nosotros plantamos y el objetivo es que de esa semilla nazca una planta con fruto.

Si nosotros pensamos en aquella persona, nuestras acciones –de forma consciente e inconsciente- van a ir dirigidas al objetivo de atraerla. Nos vamos a fijar en aquello que le gusta, su forma de ser, etc., y vamos a intentar adaptar nuestra conducta. Primero, a ver la compatibilidad entre ambos y, después, a buscar la manera de atraerlo/a.

Como bien decía Zig Ziglar: “Tú nunca conseguirás alcanzar aquello que quieras, solo lograrás alcanzar aquello que puedas visualizar claramente”. Karl Pibram, neuropsicólogo de la Universidad de Stanford y director del departamento, afirma que el poder de los pensamientos, de las ideas y palabras radica en si estas son traducidas en imágenes antes que el cerebro pueda interpretarlas, las imágenes se convierten en una fuente de gran poder que actúa sobre nuestras emociones, acciones y en nuestro organismo. En este artículo hablamos de la técnica de visualización.

Evidencia científica sobre la ley de atracción

Distintos estudios han puesto de manifiesto que nuestro cerebro es el encargado de dar órdenes a todo nuestro cuerpo. Cada emoción que tenemos, sea fruto de una acción, de un pensamiento, expectativas, etc., nuestro cerebro segrega un conjunto de sustancias que hacen que nuestro cuerpo esté acorde con nuestro estado mental.

En el ámbito médico se ha podido detectar con numerosos estudios que existe una relación entre nuestro pensamiento y nuestra salud física y mental. Se ha visto, pues, que nuestros pensamientos negativos afectan de forma perjudicial para nuestra salud con mayor trastornos cardíacos, hipertensión, problemas de piel, problemas digestivos, migrañas, ansiedad. En cambio, los pensamientos positivos se ven reflejados en nuestra salud con mayores probabilidades de superar una enfermedad o de no caer en ella, etc.

Un claro ejemplo de todo ello es la relación entre nuestros pensamientos y emociones y el sistema endocrino: si estamos muy estresados, nuestro cerebro segrega las llamadas catecolaminas. La liberación de estas hormonas conlleva una supresión del sistema inmunológico, favoreciendo la aparición de enfermedades.

De la misma forma, los estados de calma, tranquilidad, positivismo y entusiasmo favorecen a fortalecer el sistema inmunológico, ya que las hormonas que se segregan y los neurotransmisores lo estimulan. De ese mismo modo, la ley de la atracción funciona tal que así: si nuestros pensamientos son positivos, todo nuestro cuerpo se dispone a algo positivo, por el contrario, si estos son negativos, nuestro cuerpo se retrae para protegerse y no actuar.

Entonces, ¿si piensas mucho en una persona, la atraes? Dependerá de cómo pienses acerca de la persona. Además, no la atraes por el hecho de pensar en ella, si no por el hecho de que imaginarte cerca de esta persona produce en ti una sensación de bienestar que te invita a acercarte a ella, es decir, a realizar acciones reales que contribuyan a que tú puedas estar con esa persona. Por tanto, aunque pensar predispone, solo con pensar no basta.

¿Si piensas mucho en alguien, ese alguien piensa en ti? Por el simple hecho de pensar, no podemos cambiar el pensamiento de otra persona. Pero, como hemos comentado, sí que el pensamiento influye en el comportamiento y nuestro comportamiento con los demás influye en la relación con ellos/ellas.

¿Si sueñas con una persona, es porque piensa en ti? Nuestros sueños no dependen de los pensamientos de otras personas, si no de nuestras experiencias y recuerdos. Por tanto, la respuesta es no. Igual que esa creencia de que dice que cuando alguien piensa en ti no puedes dormir.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • Hicks,J. (2007). La Ley de la atracción. España: Urano.