Síndrome de resignación: qué es, síntomas, causas y tratamiento

El síndrome de resignación es caracteriza por un estado de catatonia o coma que puede durar entre algunos meses y hasta años. Esta patología que curiosamente afecta en su mayoría y casi de forma delimitada a niños y adolescentes de familias que han buscado asilo migratorio, en espacios geográficos de Suecia.

Los grupos de riesgo continúan siendo los niños de áreas geográficas particulares: los inmigrantes a tierras nórdicas. Hasta el momento no se conoce de ningún caso fuera de esta población, y esto es lo que hace que se convierta de bastante interés para los investigadores de la salud psiquiátrica.

Se ha observado que la mayoría de los casos se presentan entre los 7 y 19 años, en niños y adolescentes que previamente están relativamente bien ajustados a su nuevo entorno, pero además de la edad también presentan otro aspecto en común: la exposición a situaciones que puedan resultar amenazantes para la supervivencia del sujeto y la de su familia.

Estos niños, además de haber atravesado la situación de la migración y las vicisitudes desgarradores que implica, la mayoría de ellos y su familia se han visto presionados a abandonar su país de origen debido a la amenaza de mafias, extorsiones, secuestros, abusos y agresiones.

Los síntomas tienen un carácter insidioso, es decir, que el estado catatónico es gradual o progresivo. Comienza lentamente y su fase prodrómica no manifiesta síntomas ni signos que puedan ser observados por los demás. Así, la persona y la familia no son conscientes de que el síndrome se está presentando.

A continuación te presentamos algunos de sus síntomas detallados en una breve lista:

• Inacción o conocida como estupor en psiquiatría (que se caracteriza por una ausencia de movimientos espontáneos y reactivos).
• Laxitud muscular.
• Aislamiento sensorial e interactivo del mundo.
• Dejar de comer, beber y caminar y por tanto riesgo muy altos de inanición.
• Mutismo, es decir una afección en donde el sujeto es capaz (anatómica y fisiológicamente hablando) de expresarse verbalmente pero deja de hacerlo de forma súbita.
• Pérdida del control de esfínteres.
• Los ojos de los sujetos se mantienen cerrados
• Estado catatónico.
• Neurológicamente, todo funciona bien en estas personas.
• Aparentan estar dormidos en un sueño ininterrumpido.

Dentro de las causas del síndrome de resignación, además de la situación social de niño o niña, también debemos contemplar los procesos psicológicos que conlleva.

Situación social

El proceso que conduce a los síntomas del síndrome de resignación se genera tras las siguientes circunstancias en la vida del menor:

• Exposición a situaciones que puedan resultar amenazantes para la supervivencia del sujeto (agresiones, secuestros, agresiones sexuales, abusos).
• Atravesar por un proceso de migración debido a la presión de un conflicto en su país de origen.
• Rechazo a la residencia al país al cual emigraron.
• Han sido testigos de violencia extrema (con frecuencia contra sus padres), sobre todo en donde la vida de red primaria de apoyo se ha visto en peligro y sobre todo por sus mismos congéneres humanos.
• Han sido testigos de torturas, violencia y abusos a su red primaria de apoyo.

Escisión del Yo

Teresa Sánchez (2020) en su artículo "Síndrome de resignación, trauma migratorio, somatización y disociación extremas" nos aporta una interesantísima hipótesis sobre la causa de síndrome de resignación, detallando lo que sucede en el Yo a través de la lectura de diferentes autores implicados en el tema. La autora describe como el Yo sufre una escisión por la situación de migración, la cual pueda estar relacionada a la etiología de este síndrome. Considero imprescindible para los profesionales interesados, el análisis del síndrome de resignación como un proceso fisiológico que tiene consecuencias psicológicas, y no solamente el atisbo de un compendio de la etiopatogenia.

Alteración de la corteza prefrontal y dorsolateral del cerebro

Otra hipótesis de su causa es la alteración que ocurre en el cerebro que propone Van der Kolk (2015):

• El tálamo mezcla toda la información de nuestras percepciones y así prepara un conjunto autobiográfico, una experiencia integrada y coherente.
• Mientras que la corteza prefrontal dorsolateral de nuestro cerebro nos indica cuánta de nuestra experiencia actual está relacionada con el pasado y cómo puede llegar a afectar nuestro futuro. Saber que cualquier cosa que está sucediendo tiene un inicio, un desenlace y un final (que tarde o temprano llegará a su fin) hace la mayoría de las experiencias sea tolerables.

¿Qué relación tiene esto como causa del síndrome de resignación? Para Van der Kolk las situaciones se vuelven intolerables cuando parecen interminables, y el trauma es la experiencia máxima de esa sensación de que «eso durará para siempre». Si el tálamo y la corteza prefrontal dorsolateral se alteran, el trauma no se recordará como una historia, un relato con un inicio, un desenlace y un final, sino como huellas sensoriales aisladas: imágenes, sensaciones kinestésicas, sonidos y olores.

El tálamo nos ayuda a distinguir entre la información sensorial que es relevante y la información que se puede ignorar con tranquilidad, actuando como filtro en situaciones normales, pero las personas con síndrome de resignación podrían al igual que en un trastorno de estrés postraumático tener las compuertas de este filtro completamente abiertas. Al carecer de filtros, sufren una sobrecarga emocional constante y para poder hacerle frente intentan desconectarse –paralizándose -.

Esto en resumen, puede provocar ese estado catatónico de los menores de las que hasta la actualidad no se reconocen etiologías anatómicas, fisiológicas y psicológicas concretas.

Brindarles apoyo o algún tipo de intervención a estos menores va más allá de ayudarles a encontrar palabras para describir lo que les ha ocurrido. El acto de relatar la historia no modifica necesariamente las respuestas físicas de hiperalerta que ha mantenido por mucho tiempo para la preparación de peripecias cruentas o funestas y reales. El cuerpo también debe aprender que el peligro ya pasó y que puede vivir en la realidad de su presente.

El ser humano presenta tres tipos de respuesta ante cualquier amenaza a la supervivencia:

• Lucha.
• Huida.
• Parálisis.

Los menores han utilizado los dos primeros mecanismos para poder sobrevivir, los cuales tienen una característica activa. Lucharon contra la amenaza gritando y pataleando, luego huyeron de su país de origen y, ante el estado de indefensión en un nuevo entorno y con la amenaza de ser deportados, no pueden hacer nada más que intentar paralizarse e intentar sobrevivir así.

Por esta razón el tratamiento debe estar orientado a una comprensión fisiológica y psicológica del trauma. En estos artículos explicamos qué es un trauma y cómo superar un trauma psicológico.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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