Técnica de exposición en psicología: qué es y características

Técnica de exposición en psicología: qué es y características

En la actualidad existen distintas técnicas psicológicas utilizadas para el tratamiento de los desórdenes de ansiedad más habituales, como las fobias, la ansiedad social, el estrés postraumático o el trastorno obsesivo-compulsivo. Una de las más conocidas y que mejor funcionan es la técnica de exposición, un método terapéutico que utiliza distintos procedimientos para reducir la ansiedad del paciente. ¿En qué consiste? ¿Es tan útil como se sugiere?

En este artículo de Psicología-Online vamos a explicar con detalle qué es la técnica de exposición en psicología, cuáles son sus características, así como las variantes más utilizadas y de qué forma puede ayudarnos a superar nuestros problemas de ansiedad.

¿Qué es la técnica de exposición?

La técnica de exposición es un tipo de procedimiento terapéutico empleado en psicología clínica para tratar los trastornos de ansiedad. Esta técnica implica enfrentar al paciente con el objeto, el contexto o el pensamiento temido para ayudarle a superar los síntomas de ansiedad.

Este método de trabajo basa su eficacia en el hecho de que el paciente aprende, a base de impedirle la evitación o el escape, que el estímulo temido no supone una amenaza real, lo que finalmente conlleva que los síntomas de ansiedad se reduzcan y terminen por remitir. Dicho de otro modo, la técnica de exposición interrumpe las conductas evitativas (que incrementan el miedo y la ansiedad) y facilita que el paciente haga frente a las señales psicofisiológicas y cognitivas propias del trastorno de ansiedad.

Un tratamiento relacionado con esta técnica terapéutica es la exposición con prevención de respuesta, un método ampliamente utilizado para el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) en el que se expone al paciente al estímulo que le provoca el miedo repetidamente, sin que pueda llevar a cabo ninguna acción o compulsión que neutralice su miedo. Esta técnica también se ha mostrado eficaz para trata el estrés postraumático y algunas fobias específicas.

Objetivo de la técnica de exposición

El objetivo de la técnica de exposición es crear un ambiente seguro en el que la persona pueda reducir la ansiedad, disminuir la evitación de situaciones temidas y mejorar la calidad de vida. Se cree que esta técnica podría ayudar a los pacientes de diversas formas; veamos a continuación cómo:

  • Habituación: con el tiempo, las personas encuentran que las reacciones de ansiedad a los objetos o situaciones temidas disminuyen.
  • Extinción: la exposición puede ayudar a debilitar las asociaciones previamente aprendidas entre objetos temidos, actividades o situaciones y malos resultados.
  • Autoeficacia: la exposición puede ayudar a mostrar al cliente que él o ella es capaz de enfrentar sus miedos y puede manejar los sentimientos de ansiedad. Aquí encontrarás mas información sobre cómo superar los miedos.
  • Procesamiento emocional: durante la exposición, el cliente puede aprender a unir creencias nuevas y más realistas sobre objetos, actividades o situaciones temidas, y puede sentirse más cómodo con la experiencia del miedo.

Características de la técnica de exposición

Existen diversas variaciones de la técnica de exposición y es el psicólogo quien determinará cuál de ellas es la más eficaz o conveniente para cada paciente en particular. Veamos cuáles son las más habituales y sus características.

  1. Exposición en vivo. La técnica de la exposición en vivo se realiza directamente frente a un objeto, una situación o una actividad que el paciente teme en su vida real. Por ejemplo, una persona con miedo a las cucarachas podría recibir instrucciones para manipular con sus manos estos insectos, o alguien con ansiedad social podría dar un discurso frente a una audiencia.
  2. Exposición en imaginación. La exposición en imaginación, tal y como su nombre indica, implica imaginar vívidamente el objeto, la situación o la actividad temida. Por ejemplo, se le puede pedir a alguien que presenta trastorno de estrés postraumático que recuerde y describa su experiencia traumática para reducir los sentimientos de miedo y la ansiedad.
  3. Exposición a través de realidad virtual. En algunos casos, la tecnología de realidad virtual se puede emplear cuando la exposición en vivo no resulta práctica o no es suficientemente eficaz. Por ejemplo, alguien con miedo a volar podría tomar un vuelo virtual en la propia consulta del psicólogo, mediante la utilización de un equipo de realidad virtual que proporcione las imágenes, los sonidos y los olores típicos de un avión.
  4. Exposición interoceptiva. La exposición interoceptiva implica provocar de forma deliberada sensaciones físicas que son inofensivas, pero al mismo tiempo temidas por el paciente. Por ejemplo, alguien que padece un trastorno de pánico podría recibir instrucciones para correr y acelerar su corazón y, por lo tanto, aprender que las sensaciones de un ataque de pánico no son realmente peligrosas y que no es más que una función fisiológica de su organismo.

Además, la terapia de exposición también se puede llevar a cabo de diferentes maneras. Veamos cuáles son los procedimientos más utilizados:

  • Exposición gradual: el psicólogo ayuda al cliente a construir una jerarquía de miedos a la exposición, en la que los objetos, las actividades o las situaciones temidas se clasifican según su dificultad. Se suele comenzar con exposiciones leves o moderadamente difíciles, para progresar a exposiciones más difíciles.
  • Exposición por inundación: se trata de usar la jerarquía de miedo a la exposición para comenzar la exposición con las tareas más difíciles.
  • Desensibilización sistemática: en algunos casos, la exposición se puede combinar con ejercicios de relajación para hacer que el paciente sienta que son más manejables, y para que asocie los objetos, las actividades o las situaciones temidas con las sensaciones de relajación.

Ejemplo de la técnica de exposición

Para entender mejor cómo se realiza la técnica de exposición vamos a poner un ejemplo. En nuestro caso, aplicaremos la técnica a una persona que presenta un trastorno de pánico.

En estos casos, el objetivo es desensibilizar al paciente de los síntomas psicofisiológicos que se generan antes y durante un ataque de pánico; también es necesario modificar las creencias y los esquemas cognitivos que la persona tiene sobre sus propias sensaciones físicas mediante una reestructuración cognitiva (una técnica complementaria a la técnica de exposición).

Para abordar el trastorno de pánico lo más útil es realizar la técnica de exposición interoceptiva: se simulan los síntomas de un ataque de pánico en un contexto controlado en el que el paciente se siente seguro (por ejemplo, la consulta del psicólogo o cualquier espacio tranquilo), para que de este modo la respuesta psicofisiológica se debilite (condicionamiento interoceptivo).

Durante 1 o 2 minutos, se le pide al paciente que corra, mueva la cabeza de lado a lado o que de vueltas a una silla giratoria para que se le acelere el corazón y aparezcan las sensaciones físicas y los síntomas típicos que concurren en un ataque de pánico. Esta inducción de síntomas se debe realizar hasta que el paciente deje de tener síntomas de ansiedad y se haya producido una desensibilización completa.

Los ejercicios deben ser breves (entre 1 y 3 minutos) y la persona debe evaluar el nivel y la intensidad de ansiedad para que el psicólogo pueda registrar los cambios y las mejorías durante el procedimiento. Cuando el paciente ya es capaz de controlar mejor las sensaciones en las fases más avanzadas de la terapia, los ejercicios de desensibilización se pueden llevar a cabo realizando actividades más naturales (por ejemplo, subiendo las escaleras de su casa o practicando su deporte favorito).

Pasos para la técnica de exposición

Para realizar correctamente la técnica de exposición es importante primero determinar qué es lo que genera temor al paciente, y después se deben seguir una serie de pasos:

  1. Primero, se realiza una jerarquía de 0 a 100 (de mínima a máxima ansiedad) con situaciones en las que puede darse la presencia del estímulo temido. Por ejemplo, desde escuchar de lejos un ladrido (la menor situación ansiógena) hasta tener delante un perro y poder tocarle y acariciarle (máxima situación ansiógena), en caso del miedo a los perros.
  2. Después, se le pide al paciente que entre en un estado de profunda relajación. Una vez relajado, se le guía para que vaya imaginando escenas y situaciones en las que esté presente el estímulo temido. Este proceso se denomina desensibilización sistemática y se utiliza para inhibir los síntomas de ansiedad.
  3. En caso de que la exposición en imaginación no sea suficientemente útil, se puede recurrir a la exposición en vivo: enfrentar al paciente al estímulo temido en su forma real en situaciones controladas y procurando que el acercamiento sea gradual (a menos que se utilice la técnica de exposición por inundación, que enfrenta a la persona de forma brusca con el estímulo temido, sin que haya opción de escape).
  4. El número de sesiones puede variar de un sujeto a otro y dependerá de la intensidad de los síntomas iniciales de ansiedad, así como de otras variables psicológicas y contextuales; se pueden realizar sesiones semanales de entre 30 minutos y 1 hora y media, intercalar la exposición con descansos, etc. Lo importante es que el psicólogo sea quien paute el procedimiento en función de las necesidades del paciente.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
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  • Marlatt, G. A., Parks, G. A., & Witkiewitz, K. (2002). Clinical guidelines for implementing relapse prevention therapy. Addictive Behaviors Research Center, Department of Psychology, University of Washington.