Teoría del apego: tipos y desarrollo

Teoría del apego: tipos y desarrollo

Desde bien pequeños hemos sentido una fuerte conexión con aquellos que nos cuidaban. Sin embargo, estas conexiones no siempre derivan en unas relaciones adecuadas entre el bebé y su cuidador/a.

En los parques podemos encontrar grandes diferencias entre la relaciones que tienen cada uno de los niños y niñas con sus padres y madres. Esta unión que desarrollan los infantes, desde que son bebés, hacia sus cuidadores, es lo que se conoce como apego.

Sin embargo, hemos de tener en cuenta que no todos los tipos de apegos son buenos y adecuados, sino que mientras que unos pueden ayudar a los infantes a desarrollarse correctamente, otros podrán dar lugar a problemas en la edad adulta.

Por ello en Psicología-Online tenemos la intención de explicarte cada uno de los posibles apegos que puede desarrollar un bebé y cómo este va a influir en su futuro.

Qué es la teoría del apego en psicología

El ser humano tiene necesidad de sentir apego y tener unos referentes afectivos incondicionales que le den apoyo. Sin ellos, el desarrollo psicológico normal no es posible. Existe lo que es considerado una relación privilegiada entre el bebé y su cuidador o cuidadora.

Hay que tener en cuenta que el apego define el sentimiento que tiene un bebé hacia su cuidador/a, pero no al contrario, pues lo que desarrollan los cuidadores (usualmente las madres) hacia los bebés es conocido como bond (lazo).

El apego aparece entre los 6 y 8 meses, que es cuando el bebé reconoce a sus padres. En el siguiente artículo encontrarás más información sobre las fases y el desarrollo del apego. Existen una serie de indicadores en el comportamiento de los bebés los cuales marcan la existencia de dicho apego:

  • Ansiedad por separación
  • Ansiedad ante los extraños
  • Conductas de proximidad (seguir a sus cuidadores cuando estos se alejan de ellos)

Cuáles son los tipos de apego

Ainsworth fue el primer psicólogo en diseñar una situación experimental que le permitiese determinar si un niño tenía apego o no y, a su vez poder definir los distintos tipos de apego que existían. Estableció tres tipos de apego distintos, sin embargo en los 80 se añadió uno más a la lista.

  • Apego seguro.
  • Apego inseguro.
  • Apego evasivo.
  • Apego desorganizado.

Para explicar a continuación los distintos tipos de apego, hay que poner a trabajar nuestra imaginación para recrear mentalmente las situaciones experimentales: una madre y su bebé se encuentran dentro de una habitación, la madre está sentada en una silla mientras que el niño juega.

Apego seguro

El niño o niña juega de manera tranquila mientras que su madre se encuentra en la habitación, pero eso se transforma en llanto cuando la cuidadora se levanta y sale de la habitación sin llevárselo. El llanto del bebé no es exagerado y, en el mismo momento en el que la madre entra, se ve interrumpido. En este tipo de apego el niño no tendrá problemas en restablecer la relación con su cuidadora. Según las estadísticas, los niños y niñas que desarrollan este tipo de apego tienen un mejor desarrollo cognitivo.

Estos bebés son capaces de obtener el consuelo que necesitan y demostrar eficacia, flexibilidad y resiliencia cuando se enfrentan a situaciones estresantes. Por lo general son cooperativos y muestran un bajo nivel de irritación.

Si en su infancia, los niños tienen este tipo de apego, al desarrollarse, contarán con la confianza suficiente para tener una participación activa en la sociedad. En general este tipo de niños y niñas suelen tener un vocabulario más amplio y variado. Son niños más curiosos, competentes, empáticos y resilientes que se suelen llevar mejor con otros infantes, de manera que forman amistades mucho más estrechas, las cuales les permitirán en un futuro mostrar un buen ajuste social.

Apego inseguro

Este tipo de apego también es conocido por los profesionales como ansioso o ambivalente. El niño o niña solo interactuará con aquello que le rodea (en este caso los juguetes) si su madre se encuentra muy cerca de él. En el preciso instante en que la cuidadora salga de la habitación, este llorará de una manera exagerada. Se considera ambivalente por la reacción del niño cuando la madre entra de nuevo en la habitación, pues primero estará enfadado con ella por haberle dejado. Tras unos minutos lo que hará será agarrarse a ella y no soltarla.

El apego inseguro causa problemas y dificultades en cuanto al desarrollo cognitivo y de aprendizaje. Tienden a presentar inhibiciones y emociones negativas en la infancia, así como hostilidad hacia otras personas. Los infantes con este tipo de apego, son propensos a tener problemas de conducta y a desarrollar trastornos psiquiátricos a partir de los 17 años. En el siguiente artículo encontrarás Estrategias para infantes con problemas de conducta.

Apego evasivo

El menor es completamente independiente de su madre, se mostrará seguro para explorar su entorno tanto si esta se encuentra presente como si no. Además cuando la madre abandona el lugar no muestra ninguna reacción, sino que sigue haciendo sus cosas. Esto mismo ocurre cuando la cuidadora vuelve, el niño no reacciona de manera significativa. Se caracterizan por mostrar pocas emociones, ya sean positivas o negativas.

Apego desorganizado

La relación del niño o niña con sus padres o madres es como su nombre indica: desorganizado, pues este no sabe cuál es la conducta que ha de tener hacia sus padres. Se considera que este tipo de apego puede desarrollarse en familias desestructuradas o en aquellos infantes víctimas de maltratos.

Este tipo de apego es el menos seguro de todos, pues los infantes parecen carecer de una estrategia organizada para lidiar con el estrés que les pueden producir una situación extraña. Suelen mostrar conductas contradictorias, repetitivas o mal dirigidas.

El apego desorganizado es un predictor confiable de problemas posteriores de conducta y de ajuste.

En el siguiente artículo encontrarás más información sobre las consecuencias de cada uno de los tipos de apego.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • Clemente, R. (2015). Psicología evolutiva II. Universidad Jaume I.
  • Hernández, C. (2015). Psicología evolutiva. Universidad Jaume I.
  • Papalia, D (2012). Desarrollo Humano.