Los seres humanos somos sociales por naturaleza, por eso, tendemos a pertenecer a grupos o a sociedades en las que podamos compartir nuestros intereses y necesidades. Aun así, para que eso ocurra es necesario que exista un valor esencial: la confianza. A partir de la confianza se desarrolla un mejor equilibrio emocional, puesto que podemos predecir que alguien actuará de manera correcta de acuerdo a las distintas circunstancias.
Sin embargo, la confianza que sentimos por una amistad no es la misma que sentimos por una institución o por la familia, ya que son diferentes los motivos por los cuales consideramos que son dignos de fiar. Para conocer un poco más sobre este tema, en este artículo de Psicología-Online descubrirás los tipos de confianza y sus características.
Confianza en los demás
La confianza en los demás es uno de los tipos de confianza más comunes. Concretamente, es la capacidad innata para confiar en nuestro núcleo personal más cercano. Empieza con el apego a los primeros cuidadores y se va desarrollando a lo largo de la vida, pasando por distintas etapas. Por lo general, se da en el siguiente orden:
- Padres, madres y cuidadores.
- Hermanos, hermanas, tías, tíos y a la familia en general.
- Compañeros/as de colegio.
- Compañeros/as del trabajo.
- Amistades y vecinos.
Esta confianza se forma de acuerdo al contexto y varía en función del lazo de confianza establecido con las demás personas. Además, tener relaciones cercanas con otros individuos fomenta una autoestima sana. Eso sí, solo se cultiva desde el respeto, la armonía, la convivencia y la tolerancia.
Este artículo sobre cómo ser comprensivo con los demás te ayudará reforzar tu confianza en ellos.
Confianza innata simple
Dentro de los tipos de confianza, la confianza simple es la más natural. Tiene que ver con el desarrollo evolutivo de la especie humana y surge desde el primer contacto personal que se da durante la lactancia. Este representa el primer paso para adquirir la confianza necesaria en las interrelaciones humanas posteriores.
Por lo general, se inicia con los padres y madres, pero es importante recalcar que este tipo de confianza es subjetiva y depende de la personalidad de cada uno/a.
Confianza adquirida o alimentada
Tal como su nombre indica, la confianza adquirida se construye a medida que las personas interactúan y se crea un vínculo entre ellas. Requiere de refuerzos para consolidarse y responde a los intereses y necesidades de cada persona, es decir, se adquiere en función de cómo responda cada uno/a a los estímulos sociales. En otras palabras, es la confianza que se alimenta y crece con las buenas acciones.
Autoconfianza
La autoconfianza es la valoración que tiene una persona sobre sus capacidades y habilidades para desarrollar una tarea en un momento determinado. Es un concepto muy relacionado con la autoestima, aunque son acepciones distintas. Cuando alguien tiene una autoconfianza elevada puede asumir retos de una manera asertiva y aprovecha las oportunidades para llegar hasta sus objetivos.
Esto no implica la presunción de superpoderes ni la negación a aceptar sugerencias e indicaciones, sino que es un tipo de confianza en la que se manifiesta la seguridad en uno/a mismo/a y en la capacidad de adaptarse a las situaciones que se presenten.
Confianza conductual
Las características de la confianza conductual incluyen la capacidad de adaptar la conducta ante distintas circunstancias y actuar de forma adecuada. Como vemos, está muy relacionada con la autoconfianza, pero solo implica el área conductual de los individuos.
En definitiva, se basa en confiar que los individuos van a actuar correctamente para mantener la convivencia y los estándares sociales que se requieren en cada situación.
Confianza encubierta
Si hablamos de tipos de confianza, la principal característica de la confianza encubierta es que solo se refleja para conseguir algo. Por ejemplo, cuando fingimos confiar en alguien con la intención de quedar bien ante otras personas o cuando confiamos en un individuo para realizar un trabajo específico. En consecuencia, no es una confianza auténtica y genuina.
Confianza espiritual
¿Existe la confianza espiritual? La respuesta es sí. Dentro de los tipos de confianza, esta se enfoca hacia la fe y la doctrina religiosa. Las personas con esta confianza creen en toda la energía espiritual que rodea a los seres humanos. Obviamente, es una confianza muy subjetiva y que depende del contexto y de la cultura.
Confianza en los valores
La confianza en los valores de las personas hace referencia a la creencia de que los individuos se manejan bajo los preceptos morales propios de la sociedad. En este sentido, los ejemplos de confianza podrían ser hacia las operaciones de las instituciones públicas o hacía los organismos gubernamentales que regulan las sociedades.
Si quieres entender mejor este tipo de confianza, no te pierdas este artículo sobre valores morales: lista y ejemplos.
Confianza emocional
Sigamos con más tipos de confianza. Concretamente, la emocional se extrapola hacia los sentimientos de otras personas, puesto que se distingue por creer que los demás van a manejar y a regular sus sentimientos de una manera asertiva. De esta forma, se aplica la inteligencia emocional con el objetivo de mantener y fomentar las interrelaciones personales.
Confianza de criterios
Como hemos visto, existen distintos tipos de confianza. La de criterios consiste en confiar en la forma en la que los demás resuelven y gestionan situaciones. Básicamente, es la confianza en el criterio ajeno para poder encomendar actividades o tareas a terceros. Se aplica mucho en el ámbito laboral y familiar.
Confianza humilde
La confianza humilde se basa en reconocer las propias debilidades. Permite reconocer las fallas para poder adoptar medidas que ayuden a crecer emocionalmente como persona. Además, este tipo de confianza ayuda a conocerse mejor a uno/a mismo/a y a fortalecer la autoestima.
Confianza arrogante
Las personas con confianza arrogante reconocen sus habilidades y capacidades, pero no aceptan sugerencias para mejorar su conducta o su gestión emocional. Esta conducta limita sus relaciones interpersonales y deriva en una proyección de arrogancia que entorpece su desempeño social.
A este tipo de confianza también se le conoce como epistémica, ya que las personas que la padecen no aceptan otro razonamiento que no sea el propio.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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