Tipos de deseos humanos según Epicuro

Tipos de deseos humanos según Epicuro

Según la filosofía epicúrea, el deseo está destinado principalmente a satisfacer un placer que si no se satisface causa dolor, por lo tanto, la felicidad es una plenitud que implica la ausencia de deseo. Así pues, para Epicuro la experiencia concreta de la felicidad no es haber colmado los deseos, sino su silencio y la ausencia de los mismos en la vida.

La dinámica del deseo es incesante, corre el riesgo de hacernos prisioneros en un proceso interminable, por lo que solo con la ausencia del deseo se evita el dolor. En este artículo de Psicología-Online, te explicaremos cuáles son los tipos de deseos humanos según Epicuro con ejemplos

Qué son los deseos

El deseo es un estado de afecto del yo, concretamente, un impulso dirigido a un objeto externo del que se desea la contemplación, o, más fácilmente, la posesión y/o la disponibilidad. La condición propia al deseo implica sensaciones que pueden ser dolorosas o agradables para el yo, dependiendo de la satisfacción o no del deseo mismo.

Desde los orígenes de la disciplina filosófica, los expertos se han preguntado qué espacio dar a los deseos. Las respuestas son muy variadas:

  • Platón: expone la idea de un camino ascético, o de cómo el hombre debe luchar contra los deseos turbulentos del propio cuerpo
  • Los cirenaicos: hacen de la satisfacción de todos los deseos el bien supremo.

Todas estas reflexiones llevan a establecer numerosas distinciones como la de Epicuro. Concretamente, el epicureísmo formula la teoría del placer, entendido como ausencia de dolor. Para Epicuro el placer es el fin de la vida humana y se divide en placer cinético, que acompaña un proceso y se mezcla con el dolor, y el placer catastemático, que al ser estable no tiene dolor.

Según Epicuro, el placer coincide con la satisfacción de los deseos. Así pues, divide los tipos de deseos de la siguiente manera:

  1. Deseos naturales y necesarios.
  2. Deseos naturales no necesarios.
  3. Deseos ni naturales ni necesarios.

Deseos naturales y necesarios

Uno de los tipos de deseos según Epicuro que hace referencia a los deseos que alivian el dolor. En esencia, estos deseos se identifican con las necesidades primarias. A continuación, te mostramos algunos ejemplos:

  • Comer cuando se tiene hambre.
  • Beber cuando se tiene sed.
  • Dormir cuando se está cansado/a.

Siempre deben ser satisfechos, ya que están estrechamente ligados a la conservación de la vida del individuo. De lo contrario, la existencia misma se vería gravemente comprometida, Por lo tanto, estos placeres siempre deben satisfacerse, dado el límite natural preciso que permite la eliminación del dolor.

Deseos naturales no necesarios

Dentro de los deseos naturales no necesarios se incluyen los placeres que, aun siendo conformes a los instintos naturales, pueden ser eliminados de la existencia sin que esta sufra. Por ejemplo, preferir comidas sabrosas y refinadas y dormir cómodamente es ciertamente natural, pero no es en absoluto necesario. En esta categoría también se incluye el sexo, que Epicuro no condena, pero no considera necesario excepto para fines reproductivos.

Estos tipos de deseos pueden satisfacerse o no, dependiendo del temperamento individual. Cada uno/a debe juzgarse a sí mismo/a. Veamos algunos ejemplos para entenderlo mejor:

  • Gula de comer alimentos refinados.
  • Tener instintos sexuales.
  • No poder dormir si no es en una cama cómoda.

Si un individuo no es capaz de dominarlos estos y otros deseos naturales no necesarios, es mejor que se abstenga de estos placeres, porque están destinados a crear en él o ella una forma de dependencia. Esto significa que el día en que se vea privado de ellos, los placeres se convertirán en una fuente de sufrimiento.

Deseos ni naturales ni necesarios

Dentro de los tipos de deseos según Epicuro, estos son los que definimos como placeres, pero no son más que falsas necesidades inducidas por las convenciones sociales. Ejemplos claros de deseos ni naturales ni necesario serían el poder, la riqueza, el prestigio social, el lujo, la belleza, la cultura o el amor.

Por ejemplo, afirma que el amor, entendido como pasión arrolladora (èros) es ante todo una mentira. No tiene de real otra cosa que la pulsión sexual de la que nace y en función de la cual existe. En esencia, es una "estrategia" de la materia para perpetuarse a sí misma mediante la reproducción. Todo lo demás deriva de la imaginación del hombre y es totalmente negativo para el individuo, pues lo envuelve en una red inextricable de dependencias.

En este sentido, toda forma de dependencia significa sufrimiento, si no en el presente ciertamente en el futuro, cuando se nos priva de la fuente de nuestra ilusoria felicidad. Desde este punto de vista, el amor es una de las falsas necesidades más insidiosas, como demuestra el dolor que siente el enamorado abandonado y la extrema dificultad que siente de volver a una disposición de ánimo "normal".

Este sufrimiento es la prueba evidente de que el amor no es fuente de felicidad. La verdadera felicidad no depende nunca de algo externo, sino siempre y solamente de nuestra disposición interior. En definitiva, los deseos de esta tercera categoría deben evitarse, pues la turbación que provocan es siempre superior a la satisfacción que dan. En otras palabras, están destinados, tarde o temprano, a transformarse en fuente de dolor.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • Tresguerres, A. F. (2007). Deseos y placeres. El Catoblepas: Revista Crítica Del Presente.