Tipos de miradas y su significado

Tipos de miradas y su significado

La mirada es una de las formas más versátiles para expresar sentimientos y emociones. De hecho, a través de la mirada puedes transmitir muchas cosas sin decir una sola palabra. Por esta misma razón, a los ojos se les suele llamar “la ventana del alma” y cada tipo de mirada tiene un significado distinto. Gran parte de nuestro tiempo lo pasamos mirando a la cara a las demás personas. Además, como las pupilas no se pueden controlar intencionalmente, los ojos no mienten y responden a los estímulos de forma transparente.

En este artículo de Psicología-Online te explicaremos los diferentes tipos de miradas y su significado para que aprendas a identificar esas señales no verbales que personas ofrecen en nuestro día a día.

La mirada directa

Empezamos con uno de los tipos de mirada que puede llegar a ser más intimidante. La mirada directa implica mirar de frente a la otra persona, casi sin parpadear. Se trata de una muestra de atención absoluta en la que existe un interés genuino por lo que estás oyendo o viendo.

En algunos casos también puede ser una señal para llamar la atención, algo que sucede mucho entre padres e hijos o entre profesores y estudiantes. Por lo tanto, este tipo de mirada se puede interpretar como un acto de interés, de poder o de dominación.

La mirada hacia arriba

¿Quién no recuerda la emblemática mirada de la princesa Diana de Gales? Cuando una persona mira hacia arriba sin levantar el rostro suele indicar que es tímida y que prefiere ceder el control a los demás.

No obstante, este tipo de mirada también puede estar asociada a otros factores como:

  • La persona está visualizando algo que está por encima de ella y que le despierta cierto interés.
  • Es posible que quien mire hacia arriba esté tratando de recordar algo en particular.
  • Mirar hacia arriba también es un indicativo de repaso visual de algunos acontecimientos recientes.
  • Cuando la mirada es hacia arriba y hacia la izquierda, es probable que la persona esté buscando algún recuerdo en su mente. Por el contrario si va hacia arriba y a la derecha es señal de la reconstrucción mental de una imagen.

De igual modo, es usual que las personas que están aburridos de algo miren hacia arriba para dar a entender que no están prestando atención.

La mirada vertical o el escaneo visual

Otro de los tipos de miradas más interesantes es el escaneo vertical. Se le denomina así porque la persona realiza un estudio de arriba debajo de lo que está viendo. No es una mirada fácil de detectar, puesto que, por lo general, ocurre en cuestión de segundos.

Por ejemplo, cuando alguien encuentra atractiva a otra persona, suele echarle una mirada de arriba abajo, desde la cabeza a los pies para observar los detalles más destacables.

La mirada hacia abajo

¿Qué significa mirar hacia abajo? La respuesta es muy simple, ya que es una señal esquiva, en la que la persona no se quiere enfrentar a los ojos de quien tiene delante, bien sea por inseguridad, miedo, desinterés o poca autoestima.

Ahora bien, en función del contexto, mirar hacia abajo se puede interpretar de las siguientes maneras:

  • Puede ser una muestra de respeto hacia una persona con un rango superior.
  • A veces es una señal para hacer saber que no representas una amenaza.
  • Los enamorados suelen usar la mirada hacia abajo para dar a entender que están deslumbrados por la otra persona.

De igual forma, mirar hacia abajo y fruncir el ceño también puede indicar que la persona está en una conversación interna consigo misma/o.

La mirada que brilla

¿Te has dado cuenta de que cuando dos enamorados se encuentran sus ojos brillan? A esto es lo que se conoce como la mirada brillante. Es un tipo de mirada que expresa amor, gozo y fascinación al encontrar algo preciado.

Aunque suele asociarse con las parejas, este tipo de mirada también pueden ocurrir en otros casos como, por ejemplo, cuando los padres ven a sus hijos alcanzar sus logros o cuando reciben una noticia que les causa placer y felicidad.

La mirada observadora o concentrada

La mirada observadora o concentrada es un tipo de mirada en la que la persona concentra toda su atención para dirigirla hacia un punto focal específico. Es muy habitual en los investigadores, reporteros o en las personas que son analíticas y que evalúan con cuidado cada detalle de su entorno.

Si quieres saber más sobre ello, en el siguiente artículo encontrarás las Características de las personas reflexivas.

La mirada robada

También conocida como la mirada furtiva o de reojo, esta mirada indica que no quiere ser atrapado/da observando a la persona a quien está dirigiendo su atención en ese momento. Para lograrlo, el observador u observadora se asegura de mirar desde un solo ángulo para que no lo descubran.

La mirada de reojo es esquiva y, en caso de que la persona vea que fue atrapada, de inmediato cambia la dirección de la mirada para intentar disimular sus intenciones.

La mirada nerviosa

Cuando una persona parpadea en exceso y dirige su mirada hacia varios lados al mismo tiempo, es una clara señal de que está nerviosa, ansiosa o estresada. Este tipo de mirada es habitual en las personas que están bajo presión o de aquellas que se sienten incómodas al escuchar algo que las altera o les causa nervios.

Poner los ojos en blanco

En algún momento de nuestras vidas habremos visto a alguien poner los ojos en blanco, puede que incluso lo hayamos hecho nosotros/as mismos/as. Este gesto puede significar que la persona se siente superior o que no está de acuerdo con lo que alguien le dice. A este tipo de mirada se le conoce comúnmente como “mirar por encima del hombro”.

En este artículo encontrarás Cómo tratar a una persona arrogante y soberbia.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • Canales Lacruz, I. (2009). La mirada y el tacto en la expresión corporal. Apunts. Educació física i esports.
  • Touraine, A., & Martínez, A. (1979). La voz y la mirada. Revista mexicana de sociología, 41(4), 1299-1315.