Tipos de perfeccionismo

¿Qué es el perfeccionismo en psicología? El perfeccionismo es un rasgo de personalidad, generalmente entendido como la tendencia a rechazar cualquier imperfección.

La definición de perfeccionismo tiende a confundirse con el concepto filosófico de perfeccionismo, considerado en su significado de valor moral como la voluntad de lograr la calidad óptima de vida espiritual, mental, física y material. En este sentido, la persona perfeccionista no cree que se pueda alcanzar una vida perfecta, sino que la perseverancia de prácticas perfeccionistas puede llegar a hacerle alcanzar la mejor vida posible.

En psicología, sin embargo, el perfeccionismo es considerado a menudo como un síntoma del trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. En este sentido, puede atribuirse más específicamente a aquellos cuyas normas de comportamiento son poco razonables y están muy por encima de sus posibilidades y que se esfuerzan incesantemente y obsesivamente por lograr objetivos imposibles. Asimismo, a día de hoy se han avanzado teorías que ven en el origen del perfeccionismo patológico un conjunto de factores determinantes del trastorno psíquico.

Por otra parte, no existe un único tipo de perfeccionismo, ya que en cada persona y ámbito se puede manifestar de forma diferente. A continuación veremos cuáles son los tipos de perfeccionismo y cómo distinguirlos:

El perfeccionismo puede ser auto-orientado (u orientado a uno mismo) cuando la persona se autoimpone estándares excesivamente estrictos asociados con la incapacidad de aceptar sus propios errores. En el caso de eventos particularmente negativos, esta actitud también puede conducir a problemas de depresión.

Las características que tienen este tipo de perfeccionistas son:

• Estándares personales imposibles de alcanzar, fruto de una auto-imposición.
• Tendencia a una severidad excesiva hacia uno mismo.
• Fuerte sentimiento de frustración, que puede conducir a la depresión.

El perfeccionismo orientado hacia otros se produce cuando la persona impone la demanda de adaptación total de los demás a sus propios estándares de comportamiento. Los individuos con este tipo de perfeccionismo experimentan con frecuencia intensos enfados, agresividad y las consiguientes dificultades relacionales:

• Pretender una adaptación completa por parte de los demás a sus propios estándares de perfeccionismo.
• Incapacidad de delegar tareas a otras personas.
• Dificultad para controlar la propia agresividad hacia los demás y problemas para relacionarse.

Se habla de perfeccionismo socialmente impuesto cuando la persona perfeccionista considera, erróneamente, que los demás pueden tener expectativas exageradas hacia ella. Además, los individuos con este tipo de perfeccionismo creen que el cumplimiento de estas expectativas es la única forma de obtener su aprobación.

Esta actitud puede conducir a una irritabilidad extrema, depresión y fobia social a causa del temor a ser juzgado/a negativamente por los demás. Otras de las consecuencias del perfeccionismo socialmente impuesto son:

• Percepción de los estándares de rendimiento impuestos por el exterior.
• Tener la sensación de que los demás tienen expectativas exageradas y que es necesario cumplirlas para obtener la aprobación.
• Extrema irritabilidad hacia quien se muestra exigente.
• Tendencia a la depresión y a la fobia social por la imposibilidad de satisfacer las expectativas.

El perfeccionismo patológico se puede distinguir del funcional por las siguientes características:

• Expectativas y estándares de comportamiento demasiado altos y poco realistas.
• Inversión de una gran cantidad de energía para alcanzarlos.
• Expectativas tan poco razonables que a menudo ponen en peligro el rendimiento individual.
• Interpretación del error como índice de fracaso.
• Autoevaluaciones severas basadas en el pensamiento todo o nada.
• Desconfianza en las propias capacidades.
• Dar demasiada importancia a las expectativas de los demás.
• Temor al juicio.

Es evidente que, cuanto más rígidas y difíciles de cuestionar son las convicciones de la persona, mayor será la probabilidad de que pueda causar problemas. El perfeccionismo patológico, en muchos casos, puede ser la base de trastornos psicológicos, como la ansiedad social o generalizada, trastornos depresivos, experiencias de ira y agresión, trastornos del sueño, dificultades para relacionarse, obsesiones, compulsiones y comportamientos alimentarios disfuncionales, entre otros.

Del mismo modo, este tipo de perfeccionismo puede ser considerado un rasgo de la personalidad que puede jugar un papel principal en la detección de trastornos de la personalidad. En particular, en el trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad destacan los rasgos perfeccionistas relacionados con el miedo a cometer errores y ser juzgados negativamente. Sin embargo, los pacientes con otros trastornos de la personalidad, como el trastorno narcisista, también pueden presentar niveles muy altos de perfeccionismo.

Durante el crecimiento, cada persona desarrolla en su interior una "parte" que contiene estándares morales y de comportamiento, reglas sobre sí mismo/a, sobre los demás y convicciones sobre cómo debe o no debe mostrarse a sí mismo. En psicología, a esta parte se la conoce como "adulto interiorizado", formada a partir del ejemplo de los padres y otras figuras de referencia, como profesores de escuela, entrenadores de deportes, etcétera.

A lo largo de la vida, el adulto interiorizado ayuda a guiar nuestros comportamientos y a hacernos sentir culpables o inadecuados en el momento en que no cumplimos con estas reglas. Si una o más de nuestras figuras de referencia actuaban sobre la base de estándares altos, severos o rígidos, es posible que nuestro adulto interiorizado contenga esos mismos estándares. En este caso, el perfeccionismo sería simplemente una repetición de normas aprendidas en el ámbito familiar y podría resumirse del siguiente modo: "Tengo que ser perfecto porque estas eran las reglas de mis padres".

El perfeccionismo no siempre proviene del aprendizaje de altos estándares. En ocasiones, es una reacción a la percepción de inadecuación y, por lo tanto, es una forma de remediarlo. Hay muchas razones por las que se aprende el sentido de inadecuación, como por ejemplo haber recibido una educación crítica o que una o más de las figuras de referencia hayan ejercido sobre nosotros un cuidado excesivo, impidiendo el desarrollo de habilidades y autonomía.

La percepción de inadecuación, en algunos casos, también puede depender de un tratamiento hipercrítico sistemático por parte de un profesor en edad escolar. Cualquiera que sea la razón por la que hemos desarrollado la creencia de que somos inadecuados/as, es probable que intentemos remediarlo. Una de las estrategias típicas, aunque disfuncional, es desarrollar perfeccionismo.

Este tipo de perfeccionismo tiene que ver con la privación emocional por parte de una o más figuras de referencia. Entendemos la 'privación emocional' como una falta de atención (afecto y compañía), empatía (escucha, comprensión e intimidad) o protección (guía, límites y consejos autoritarios).

La privación emocional genera la sensación de no ser amado y protegido, sentimientos que, como en el caso de la inadecuación, pueden tratar de remediarse con el perfeccionismo. En este sentido, ser perfeccionista podría ser un intento de recuperar el amor de quien no nos lo ha dado ("Si soy perfecto, seré amado") o de eliminar esa necesidad ("Si soy perfecto ya no necesitaré a nadie").

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

Si deseas leer más artículos parecidos a Tipos de perfeccionismo, te recomendamos que entres en nuestra categoría de Personalidad.