Tipos de psicofármacos

La definición de psicofármaco hace referencia a medicamentos que producen modificaciones en las conexiones neuronales que forman parte de la corteza cerebral. Esto resulta crucial ya que hay ciertas áreas del cerebro que se encuentran vinculadas con el procesamiento de la información que se recibe del entorno y se desencadenan diversas emociones.

Los psicofármacos suelen ser recetados por un profesional de la salud para el tratamiento de trastornos mentales. Cabe destacar que la dosis suministrada dependerá del paciente en cuestión ya que aquí influyen variables tales como la edad, el sexo, los antecedentes médicos, enfermedades preexistentes, entre otros.

Ya sabes qué es un psicofármaco, ahora desarrollaremos cuáles son los tipos de psicofármacos más utilizados. En primer lugar, hablaremos acerca del grupo de psicofármacos denominados antipsicóticos. Tal como lo indica su nombre, estos psicofármacos están indicados para el tratamiento de cuadros psicóticos ya que se busca controlar los síntomas que pueden darse en este tipo de patologías psiquiátricas.

Esto se lleva a cabo mediante el bloqueo de los receptores de la dopamina y la serotonina, neurotransmisores encargados de la regulación del estado de ánimo que tienen un papel principal en los trastornos psicóticos tales como la esquizofrenia y la paranoia.

Algunos ejemplos de fármacos psicóticos son la sulpirida, la cual puedes conocer en detalle en nuestro post Sulpirida: qué es, para qué sirve y efectos secundarios; y la olanzapina, medicamento del que habla nuestro artículo Para qué sirve la olanzapina y qué efectos secundarios tiene.

Ahora bien, si este medicamento produce una disminución de los síntomas psicóticos, lo cierto es que, dentro de los mecanismos de acción de los psicofármacos antipsicóticos, existen efectos secundarios que pueden presentarse mediante la ingesta. A continuación, mencionaremos los más relevantes:

• Falta de coordinación motora.
• Pérdida de memoria en ciertos períodos.
• Sueño excesivo.
• Estreñimiento.
• Mareos.
• Temblores.
• Aumento de peso.

Otro de los tipos de psicofármacos que hay son los ansiolíticos. Estos medicamentos son indicados para el tratamientos de los trastornos de ansiedad ya que los componentes químicos de los ansiolíticos generan un efecto de inhibición sobre el sistema nervioso central, lo cual produce un relajamiento en la persona que ingiere estas sustancias.

Esto puede verse reflejado en una mejoría del descanso nocturno y en una relajación tanto mental como física. Sin embargo, se debe prestar especial atención a los efectos secundarios que se encuentran presentes en el consumo de este psicofármacos, tal y como describimos en nuestros posts Efectos secundarios del trankimazin y Diazepam: efectos secundarios a largo plazo.

Aquí detallaremos los efectos adversos más importantes de los ansiolíticos:

• Posibilidad de generar dependencia.
• Mareos.
• Debilidad muscular.
• Dificultad en la concentración y la atención.
• Falta de coordinación motora.

Dentro de los diferentes tipos de psicofármacos, los antidepresivos, tal como lo indica su nombre, se suministran para las personas que padecen estados depresivos o presentan síntomas compatibles con la depresión. Este tipo de medicamentos psiquiátricos, al igual que los que ya han sido desarrollados, tienen la posibilidad de producir modificaciones en ciertas áreas del cerebro que son responsables de las respuestas emociones ante situaciones variadas.

Si estudiamos los mecanismos de acción de psicofármacos antidepresivos, podemos decir que estos fármacos son inhibidores selectivos en la recaptación de la serotonina y la norepinefrina, neurotransmisores encargados de las respuestas de lucha o huida frente a situaciones de estrés. En este post te dejamos la información sobre los Tipos de antidepresivos y para qué sirven.

Pero, ¿cuáles son los efectos de los psicofármacos antidepresivos? Más allá de que los antidepresivos mejoran el estado anímico de personas que padecen de depresión, lo cierto es que también presentan efectos secundarios que deben ser tenidos en cuenta a la hora de su ingesta. En los siguientes puntos, situaremos los más relevantes:

• Náuseas.
• Aumento de peso.
• Pérdida de peso.
• Dificultad para conciliar el sueño.
• Temblores.
• Sudoración excesiva.
• Problemas sexuales.
• Baja de la presión arterial.
• Visión borrosa.

Por último, hablaremos de los estabilizadores de ánimo, otro de los tipos de psicofármacos. Esta clase de medicamentos son utilizados para el tratamiento de los trastornos bipolares, los cuales se caracterizan por alteraciones marcadas del estado de ánimo. De igual forma, los estabilizadores de ánimo también se encuentran indicados para el abordaje de la esquizofrenia y la depresión.

Si hacemos hincapié de una persona con trastorno bipolar, se debe tener en cuenta que puede pasar de un estado marcado por síntomas depresivos a momentos de euforia y manía exacerbada. Los estabilizadores de ánimo son responsables de la regulación emocional de las personas que presentan estas patologías ya que sus componentes químicos pueden alterar el modo en el cual la persona procesa la información que proviene de su entorno. Esto tiene una relación directa con las emociones que experimenta en su vida cotidiana.

A pesar de que la eficacia de este medicamento es alta, existen algunos efectos de los psicofármacos estabilizadores de ánimo que se desprenden de su administración. A raíz de esta causa, ubicaremos los efectos secundarios principales:

• Aumento de peso.
• Problemas en los riñones.
• Problemas en la tiroides.
• Sequedad bucal.
• Dolor de cabeza.
• Náuseas.
• Mareos.
• Dificultad para concentrarse.
• Somnolencia.
• Diarrea.
• Malestar estomacal.

Frente a los efectos adversos de todos los psicofármacos que han sido desarrollados en este artículo, se sugiere que la ingesta sea indicada y controlada por un profesional de la salud que evalúe las condiciones clínicas de cada paciente teniendo en cuenta sus características principales.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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