Trastorno de pánico: síntomas, criterios DSM V y tratamiento

Trastorno de pánico: síntomas, criterios DSM V y tratamiento

Los trastornos de ansiedad afectan a un gran número de personas, produciendo un gran malestar y afectando a su vida diaria. En los últimos años se ha producido un notable incremento del trastorno de pánico y la agorafobia, siendo una de los motivos más frecuentes por los que las personas llegan a las consultas de psicología.

Por eso en este artículo de Psicología-Online te explicamos con todo detalle los síntomas, causas y tratamiento del trastorno de pánico.

Qué es el trastorno de pánico: definición

Se considera que existe un trastorno de pánico cuando el sujeto sufre ataques de pánico imprevistos recurrentes.

La característica principal de un ataque de pánico es la aparición aislada y temporal de miedo o malestar de carácter intenso, que se acompaña de al menos 4 de un total de 13 síntomas somáticos o cognoscitivos. La crisis se inicia de forma brusca y alcanza su máxima expresión con rapidez (habitualmente en 10 minutos o menos), acompañándose a menudo de una sensación de peligro o de muerte inminente y de una urgente necesidad de escapar.

Síntomas del trastorno de pánico

Los síntomas del trastorno de pánico son la ansiedad, los ataques de pánico y el miedo a sufrirlos. Los 13 síntomas de un ataque de pánico somáticos o cognoscitivos son los siguientes:

  • Palpitaciones, golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardíaca.
  • Sudoración.
  • Temblor o sacudidas.
  • Sensación de dificultad para respirar o de asfixia.
  • Sensación de ahogo.
  • Dolor o molestias en el tórax.
  • Náuseas o malestar abdominal.
  • Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
  • Escalofríos o sensación de calor.
  • Parestesias (sensación de entumecimiento o de hormigueo).
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (separarse de uno mismo).
  • Miedo a perder el control o de “volverse loco.”
  • Miedo a morir.

Las crisis que reúnen los restantes criterios, pero presentan menos de 4 de estos síntomas, se denominan crisis sintomáticas limitadas. La aparición súbita se puede producir desde un estado de calma o desde un estado de ansiedad.

Criterios DSM V del trastorno de pánico

Los criterios que aparecen en el DSM V para diagnosticar un trastorno de pánico son:

1. Ataques de pánico imprevistos recurrentes

Un ataque de pánico es la aparición súbita de miedo intenso o de malestar intenso que alcanza su máxima expresión en minutos y durante este tiempo se producen cuatro (o más) de los síntomas del apartado anterior. La aparición súbita se puede producir desde un estado de calma o desde un estado de ansiedad.Se pueden observar síntomas específicos de la cultura (por ejemplo, acúfenos, dolor de cuello, dolor de cabeza, gritos o llanto incontrolable). Estos síntomas no cuentan como uno de los cuatro síntomas requeridos.

2. Inquietud, preocupación o mala adaptación

Al menos a uno de los ataques le ha seguido un mes (o más) de uno o los dos hechos siguientes

  • Inquietud o preocupación continua acerca de otros ataques de pánico o de sus consecuencias (por ejemplo, pérdida de control, tener un ataque de corazón, “volverse loco”).
  • Un cambio significativo de mala adaptación en el comportamiento relacionado con los ataques (por ejemplo, comportamientos destinados a evitar los ataques de pánico, como evitación del ejercicio o de las situaciones no familiares).

3. La alteración no se puede atribuir otra causa

Como a los efectos fisiológicos de una sustancia (por ejemplo, una droga, un medicamento) ni a otra afección médica (por ejemplo, hipertiroidismo, trastornos cardiopulmonares).

4. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental

Por ejemplo, los ataques de pánico no se producen únicamente en respuesta a situaciones sociales temidas, como en el trastorno de ansiedad social; en repuesta a objetos o situaciones fóbicas concretos, como en la fobia específica; en respuesta a obsesiones, como en el trastorno obsesivo-compulsivo; en respuesta a recuerdos de sucesos traumáticos, como en el trastorno de estrés postraumático; o en respuesta a la separación de figuras de apego, como en el trastorno de ansiedad por separación.

Diferencias entre el trastorno de pánico con agorafobia y sin agorafobia

En el apartado anterior hemos visto los criterios para el diagnóstico de trastorno de pánico sin agorafobia. La diferencia fundamental del trastorno de pánico sin agorafobia y con agorafobia es la aparición de ansiedad en situaciones en las que escapar resulta difícil o embarazoso en el caso de que se dé un ataque de pánico.

La característica esencial de la agorafobia es la aparición de ansiedad al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil (o embarazoso) o donde, en el caso de aparecer un ataque de pánico o síntomas similares al pánico, puede no disponerse de ayuda.

Esta ansiedad suele conducir de forma típica a comportamientos permanentes de evitación de múltiples situaciones. Las situaciones más comunes que se evitan en el trastorno de pánico con agorafobia son:

  • Estar solo dentro o fuera de casa
  • Mezclarse con la gente
  • Viajar en coche, autobús, o avión
  • Encontrarse en un puente o en un ascensor

Algunas personas son capaces de exponerse a las situaciones temidas, pero esta experiencia les produce un considerable terror. A menudo les resulta más fácil encararse a las situaciones temidas si están en compañía de un conocido. El comportamiento de evitación de estas situaciones puede conducir a un deterioro de la capacidad para efectuar viajes de trabajo o para llevar a cabo las responsabilidades domésticas (por ejemplo, ir al supermercado, llevar los niños al médico). Esta ansiedad o comportamiento de evitación no puede explicarse mejor por la presencia de otro trastorno mental.

El diagnóstico diferencial entre la agorafobia y la fobia social o específica y el trastorno de ansiedad por separación grave puede ser difícil, ya que todas estas entidades se caracterizan por comportamientos de evitación de situaciones específicas.

Causas del trastorno de pánico

A lo largo de la historia han surgido diversos modelos explicativos del pánico y la agorafobia. Los primeros modelos insistían en su carácter biológico, considerando la existencia de una alteración física predispuesta genéticamente. Sin embargo, cada uno de los argumentos de los modelos biologicistas es discutible en algún aspecto, por lo que comenzaron a surgir modelos explicativos alternativos como el cognitivo.

Uno de los modelos más aceptados es el de Clark y Salkovskis (1987). Según este modelo, diversos estímulos internos o externos pueden ser percibidos como amenazantes provocando miedo o aprensión. Este miedo se manifiesta en una serie de sensaciones corporales (respuesta fisiológica de la ansiedad) como por ejemplo la aceleración de la tasa cardíaca. Al interpretarlas de modo catastrófico la ansiedad se incrementa, lo que confirma los pensamientos catastróficos que provocan más miedo, y entramos en el bucle miedo-ansiedad. La crisis continúa hasta que unos minutos después actúa el mecanismo encargado de restaurar el equilibrio del organismo o hasta que el sujeto utilice alguna estrategia de afrontamiento.

Cuando una persona ha desarrollado la tendencia a interpretar de modo catastrófico las sensaciones, hay dos procesos que contribuyen al mantenimiento del trastorno:

  • La hipervigilancia y control de las sensaciones corporales. Se hace hipervigilante y es capaz de reconocer las mínimas variaciones en su organismo. Estos cambios que para otras personas pasan desapercibidos, para ellos con confirmaciones de que sufren una enfermedad mental o física grave. Esto explicaría las crisis aparentemente espontáneas, que en realidad son desencadenadas por la percepción de sensaciones corporales.
  • La evitación de situaciones. Las conductas de evitación eliminan el malestar a corto plazo, pero contribuyen al mantenimiento del trastorno porque refuerzan la creencia de peligro cuando en realidad no hay ocasión de comprobar si la situación es realmente peligrosa al no exponerse a ella.

El modelo que acabamos de ver explica los ataques de pánico y el mantenimiento de la ansiedad, pero ¿por qué aparece el primer ataque? Las investigaciones indican que el primer ataque puede aparecer después de una situación vital de estrés intenso, como por ejemplo:

  • problemas familiares
  • dificultades laborales
  • asuntos de pareja
  • consumo de drogas
  • preocupación por un problema médico

Qué le sucede al cuerpo en un ataque de pánico

Durante un ataque de pánico nuestro organismo se moviliza para dar una respuesta de emergencia: lucha o huida. Inicialmente, a través de la activación del sistema nervioso simpático (SNS), que se encarga de movilizar los recursos de nuestro organismo para una acción inmediata e intensa. Aquí puedes ver más información sobre el sistema nervioso simpático.

Y si la situación se alarga entra también en funcionamiento el sistema neuroendocrino que aumenta la producción de adrenalina y noradrenalina. Esta activación produce principalmente:

  • aumento de la presión arterial
  • aumento de la tasa cardíaca
  • tensión en los músculos esqueléticos
  • aumento de la frecuencia de la respiración
  • liberación de glucosa

Tratamiento del trastorno de pánico

Para el trastorno de pánico con o sin agorafobia se ha desarrollado un tratamiento efectivo se ha convertido en el tratamiento de primera elección en los sistemas sanitarios de todo el mundo.

Se trata de una intervención cognitivo-conductual que se compone de:

  • Psicoeducación. El tratamiento comienza explicando al paciente qué es un ataque de pánico, cuáles son sus síntomas y en qué consiste el trastorno.
  • Entrenamiento en relajación muscular. La tensión muscular es una reacción fisiológica muy frecuente en la ansiedad y los ataques de pánico. De ahí la importancia de contar con recursos para hacer frente a este molesto síntoma. Existen diversas técnicas de relajación y una de las más utilizadas en el tratamiento de la ansiedad es la relajación muscular progresiva de Jacobson.
  • Entrenamiento en respiración antipánico. Durante los ataques de pánico la respiración se ve alterada normalmente por hiperventilación, que suele provocar mareos y aturdimiento. El entrenamiento en respiración es una estrategia de autocontrol para regular la respiración en estados de ansiedad. Aquí encontrarás técnicas de relajación mediante la respiración.
  • Intervención cognitiva. A través del modelo A-B-C, el paciente aprende a identificar los pensamientos automáticos desadaptativos que provocan las emociones indeseables para sustituirlos por otros más realistas y adaptativos. Esto se conoce como reestructuración cognitiva.
  • Exposición interoceptiva. La técnica de exposición consiste en exponerse a los estímulos que generan ansiedad hasta que los síntomas de esta se reduzcan o desaparezcan. Puede hacerse en imaginación o en vivo y de forma intensiva o gradual. Siendo la exposición en vivo la que ofrece mejores resultados.
  • Exposición a situaciones agorafóbicas. Si el trastorno de pánico es con agorafobia los estímulos temidos son situaciones ambientales, por lo que la exposición sería en estas. Al igual que la exposición interoceptiva, la exposición a situaciones agorafóbicas se puede realizar de forma intensiva (directamente a la situación temida) o de forma gradual. Para la segunda utilizaremos una jerarquía de las situaciones que causen temor al paciente e iremos haciendo la exposición de menos a más.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • American Psychiatric Association (1995). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM IV). Barcelona: MASSON
  • Asociación Estadounidense de Psiquiatría (2014). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) (Quinta edición). Madrid: Editorial Médica Panamericana.
  • Buela-Casal, G. Sierra, J.C. (2009). Manual de evaluación y tratamientos psicológicos. Madrid: Biblioteca Nueva.
  • Martín, J; Moreno, P. (2011). Tratamiento psicológico del trastorno de pánico y la agorafobia: Manual para terapeutas. Bilbao: Biblioteca de psicología.