Trastorno de personalidad antisocial: causas y tratamiento

Hoy día no conocemos qué causa el trastorno de personalidad antisocial. Determinar las causas de este trastorno es complicado, ya que la personalidad se va construyendo a lo largo del desarrollo de la persona y requiere tener en cuenta gran cantidad de variables. Algunos investigadores plantean el modelo biopsicosocial, es decir, las causas del trastorno de personalidad antisocial se deben probablemente a la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales.

Algunas de las hipótesis más o menos aceptadas se pueden agrupar en dos ámbitos:

Factores psicosociales

Principalmente, se habla de estilos parentales poco eficaces. Por un lado, se plantea que aquellas personas que tienen trastorno de personalidad antisocial con frecuencia tienen padres hostiles que interactúan con ellos a través del abuso o el maltrato. Presenciar estos modelos parentales desde pequeños puede hacer que ese niño cuando sea un adulto repita esos patrones.

Por otra parte, se habla del otro extremo, padres ausentes o muy permisivos. Estos hacen que el niño no aprenda que existen límites y que piense que puede hacer lo que le apetezca en todo momento, y que ante una negativa (algo a lo que no están acostumbrados), su reacción sea inadecuada.

Haber presentado el trastorno disocial en la infancia, aumenta el riesgo de desarrollar un trastorno de la personalidad antisocial.

Otros autores plantean la hipótesis de que estas personas no tendrían la capacidad de ponerse en el lugar del otro y de ver las cosas desde diferentes perspectivas debido alteraciones en el ritmo del desarrollo cognitivo.

Factores biológicos

Hay investigaciones que muestran la presencia de un componente genético. Se habla de fallos en la activación frontal y prefrontal, áreas relacionadas con la inhibición y con procesos como la planificación, toma de decisiones..., que explicarían la impulsividad característica del trastorno.

Algunos de los síntomas del trastorno de personalidad antisocial son:

• Mentir o engañar con el objetivo de aprovecharse de otros.
• Ser cínico, irrespetuoso y cruel.
• Sentimiento de superioridad y obstinación.
• Problemas con la ley.
• Utilizar el encanto para manipular a otros por placer o beneficio personal.
• Violar los derechos de los otros a través de la intimidación.
• Impulsividad.
• Hostilidad, significativa irritabilidad y agresividad.
• Falta de empatía y de remordimiento por hacer daño a otros.
• No considerar las consecuencias negativas de su comportamiento.

Los síntomas de la conducta antisocial incluyen problemas conductuales serios y persistentes, como:

• Agresión a personas y animales.
• Destrucción de la propiedad.
• Robo.
• Violación de reglas importantes.

El tratamiento de las personas con trastorno de personalidad antisocial es complicado. La persona que presenta este trastorno no suele ver la necesidad de tratamiento, siendo en la mayoría de casos la familia o la justicia quienes deciden iniciar tratamiento. Por lo tanto, en estos casos, el tratamiento es visto por la persona como algo impuesto, lo que hace pensar que no se mostrará muy colaboradora.

Tratamiento psicológico

Debido a la poca colaboración de la persona que comentaba anteriormente, la terapia debe plantear al paciente las ventajas de esta, qué y cómo se va a hacer, así como hacer explícita la necesidad de cambio y las ventajas y desventajas que implicaría el cambio en su vida.

Existen varios tipos de terapias:

• Hay evidencias de la terapia cognitiva-conductual junto con entrenamiento en habilidades sociales y resolución de problemas, regulación emocional y frustración.
• La terapia grupal ha dado buenos resultados, permite poner en práctica que la persona pueda interactuar con otra gente sin agresividad. La terapia comenzaría tratando como nuestra conducta influye en los demás y, posteriormente, el objetivo será aumentar la capacidad para pensar en los demás (empatía). Esto puede trabajarse con inversión de roles y la narración de su historia de vida.

De forma complementaria, se puede trabajar con el entorno próximo de la persona para mejorar las estrategias de afrontamiento y establecer límites en el comportamiento de la persona.

Tratamiento farmacológico

No hay un tratamiento farmacológico específico para el trastorno de personalidad antisocial. Los fármacos se usarían para combatir síntomas específicos, como pueden ser la agresividad o la regulación del estado de ánimo, pero no solucionan el problema, ya que las conductas características de este trastorno se van reforzando día a día en la vida persona y actuar sobre un síntoma específico no es suficiente. Podemos entender la medicación como una especie de apoyo para un momento determinado.

Algo que se debe tener en cuenta, ya que dificulta el tratamiento, es el consumo de sustancias psicoactivas.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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