Cómo ayudar a un niño tímido e inseguro

La timidez es una respuesta normal y adaptativa que nos permite enfrentarnos a nuevas situaciones sociales, se trata de una tendencia a sentirse incómodo, torpe e inhibido cuando se está en compañía de otros niños, es miedo a hacer algo por inseguridad y desconfianza. Envuelve una mezcla de emociones como miedo e interés, tensión y amabilidad, que pueden ir acompañadas de un aumento de la frecuencia cardíaca. Reconocemos a un niño tímido por una mirada hacia abajo, esquiva, y cierta reticencia en el habla (temblorosa y vacilante) y en su postura corporal.

Sentir timidez en situaciones nuevas es algo normal si esta va disminuyendo a medida que va aumentando nuestra sensación de control sobre la situación. El problema aparece cuando el niño presenta una excesiva timidez que no disminuye con el tiempo y que es generalizada, es decir, se da en varios ámbitos de la vida del niño.

Los niños muy tímidos e inseguros puede que tengan pocas habilidades sociales o una baja autoestima. Se ha visto que los niños tímidos son menos competentes a la hora de iniciar el juego con otros.

Cuando se les pregunta sobre ellos mismos, tienden a considerarse inferiores, menos amistosos y más pasivos que los compañeros que no son tímidos, esto puede afectar a su forma de comportarse con los demás y, por tanto, a las percepciones de los otros, ya que estos suelen considerarles menos amigables y menos agradables.

Por estas razones, los niños tímidos pueden ser rechazados por sus compañeros y tener acceso a menos oportunidades para mejorar sus interacciones sociales.

En el siguiente artículo de Psicología-Online, también damos respuesta a la pregunta de por qué a mi hijo le cuesta jugar con otros niños.

Ayudar a un niño a superar la timidez e inseguridad no es algo sencillo, necesita mucho apoyo y que respeten sus tiempos, si le impones por la fuerza aquello que quieres conseguir, tu niño se resistirá aún más. Aquí se plantean una serie de consejos que facilitarán que tu hijo pueda vencer la timidez excesiva y sentirse más cómodo:

• Dale tiempo para prepararse: la ansiedad de tu hijo irá disminuyendo si él conoce lo que le espera en cada una de las diferentes situaciones. Por ejemplo, si tu hijo tiene el cumpleaños de un amigo, días antes puedes llevarle a casa de su amigo para que conozca el sitio, interactúe con más gente y, así, el día de la fiesta irá con más confianza.
• Escucharle pacientemente: animarle a hablar sobre sus miedos y tratar de empatizar con su experiencia sin menospreciar sus preocupaciones. Cuéntale situaciones en las que a ti te haya pasado lo mismo.
• Construir su confianza: los niños tímidos pueden tener una autoestima baja y sentir que no serán aceptados por los demás, por eso, evitan situaciones sociales. Por ello, hay que reforzarles por aquello que hacen bien y hacerles sentirse capaces y autónomos sin sobreprotegerles.
• Recuérdale momentos en los que se enfrentó a nuevas situaciones y lo consiguió. Por ejemplo, si tiene un cumpleaños de un amigo, recuerda una fiesta en la que lo haya pasado bien con otros niños.
• Practicar en casa: se puede hacer un juego planteando diferentes situaciones como, por ejemplo, qué decir cuando conoces a un niño en el colegio. Intercambiar roles puede ayudar a tu hijo a comprender las dos caras de la interacción social.
• Trabajar habilidades sociales: hay psicólogos que sugieren enseñarle estrategias, como por ejemplo: ¿puedo jugar también?, y técnicas para iniciar una conversación. Consiste en darle oportunidades para que ponga en práctica aquello que se ha practicado con intercambio de roles, por ejemplo, invitar a un amigo a jugar a casa para que vaya cogiendo confianza. A medida que vaya evolucionando, jugar con grupos nuevos puede ayudarle a empezar de nuevo desde una posición más cómoda para él.
• Acabar con el pesimismo: la conducta tímida suele estar relacionada con pensamientos negativos (no les voy a gustar a los otros niños) que hacen que su autoestima sea baja. Ayuda a tu hijo a reducir los mensajes críticos que se dice a sí mismo sustituyéndolos por refuerzo positivo (por ejemplo, has jugado muy bien con ese niño).
• Si observas que tu hijo presenta una excesiva timidez que llega a ser altamente incapacitante, consulta al psicólogo.

Debemos recordar que la timidez no es mala en su totalidad, hay niños que no necesitan ser el foco de atención. Aunque solemos pensar que es una desventaja social, algunas cualidades de la timidez son valoradas como algo positivo como ser modesto, reservado, y suelen convertirse en adultos sensibles y empáticos.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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