Mutismo selectivo infantil: causas y tratamiento
El mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad infantil complejo que se caracteriza por la incapacidad del niño para hablar y comunicarse de forma efectiva en entornos sociales, como puede ser la escuela. El patrón de mutismo puede variar mucho de un niño a otro. Algunos niños nunca hablan fuera de casa, otros susurran y algunos hablan solo con personas conocidas.
El niño no elige no hablar en todas las situaciones, sino que selecciona las situaciones y personas con las que se comunica verbalmente. Los niños con mutismo selectivo generalmente no hablan en la escuela, lo que interfiere con su rendimiento académico, educativo y/o social. En este artículo de Psicología-Online te explicamos el mutismo selectivo infantil, sus causas y tratamiento.
Principales características del mutismo selectivo en niños
Muchos de los rasgos del mutismo selectivo infantil se pueden atribuir a la ansiedad, estas características son las siguientes:
- Inhibición temperamental: son niños tímidos y precavidos en situaciones nuevas y poco familiares.
- Síntomas de ansiedad social: aproximadamente el 90% de los niños con mutismo selectivo tienen ansiedad social. Se sienten incómodos cuando son presentados a la gente o cuando son el centro de atención, son perfeccionistas (temerosos de cometer errores), pueden presentar síndrome de la vejiga tímida y problemas de alimentación (vergüenza de comer delante de otros).
- Son sociales: la mayoría de los niños con mutismo selectivo quieren amigos y los necesitan. Esto diferencia al mutismo selectivo de otros trastornos, como los trastornos del espectro autista. La mayoría de los niños con mutismo selectivo tienen habilidades sociales apropiadas, pero otros no y necesitan ayuda para desarrollarlas
- Aspecto físico: algunos niños con mutismo selectivo tienen un rostro inexpresivo, de aspecto congelado y un lenguaje corporal rígido y torpe con ausencia de contacto visual cuando se sienten ansiosos. Esto es especialmente notable en los niños más pequeños al comienzo del año escolar o cuando se les acerca una persona desconocida. Cuanto mayor es el niño, es menos probable que muestre un lenguaje corporal rígido y congelado. Además, mientras más cómodo esté un niño en un entorno, es menos probable que se le vea ansioso. Por ejemplo, el niño pequeño que se siente cómodo y adaptado a la escuela, aunque no hable, puede parecer relajado, a pesar de que el mutismo aún está presente. Una hipótesis es que la respuesta simpática intensificada causa tensión muscular y una parálisis de las cuerdas vocales.
- Trastornos de ansiedad comórbidos: ansiedad por separación, trastorno obsesivo compulsivo, tricotilomania, trastorno de ansiedad generalizada, fobias específicas, trastorno de pánico.
Síntomas del mutismo selectivo infantil
- Síntomas físicos: mutismo, dolor de estómago, náuseas, vómitos, dolores en las articulaciones, dolores de cabeza, dolor en el pecho, dificultad para respirar, diarrea…
- Emocional: cuando el niño es pequeño, puede que no parezca molesto por el mutismo ya que los compañeros lo aceptan más. A medida que los niños crecen, la confusión interna comienza a aparecer junto con aspectos negativos de la ansiedad.
- Demoras en el desarrollo: una proporción de niños con mutismo selectivo tiene retrasos en el desarrollo. Algunos tienen retrasos múltiples y presentan el diagnostico de un trastorno del espectro autista, como el trastorno generalizado del desarrollo, Asperger o Autismo. Los retrasos incluyen el desarrollo motor, de comunicación y/o social.
- Síntomas comunes: quisquilloso, sensible a las multitudes, luces, sonidos, tacto, es decir, tiene los sentidos intensificados y ciertas dificultades de autorregulación.
- Comportamentales: son niños inflexibles y obstinados, malhumorados, mandones, asertivos y dominantes en casa. También pueden presentar cambios de humor dramáticos, episodios de llanto, abstinencia, evasión, negación y procrastinación. Estos niños necesitan un control interno, orden y estructura, y pueden tener dificultades con los cambios o transiciones. Algunos pueden actuar de forma tonta o negativa ya sea en la escuela, en fiestas… Esto se debe a que han desarrollado mecanismos de adaptación inadecuados para combatir su ansiedad.
- Dificultades de comunicación: algunos niños pueden tener dificultad para responder de forma no verbal a los demás, es decir, no pueden señalar o asentir en respuesta a una pregunta de los profesores o contestar gracias. Para muchos decir hola o adiós es muy difícil. Pero esto es situacional. Un mismo niño puede responder de forma verbal y adecuada cuando está cómodo. Estos problemas de comunicación se traducen en grandes dificultades en las interacciones sociales.
Mutismo selectivo infantil: causas
No se ha identificado una única causa del mutismo selectivo en niños y sus causas se dice que son multifactoriales. Algunos de los siguientes factores pueden coexistir y jugar un papel importante en el desarrollo del mutismo selectivo:
- Trastornos de ansiedad asociados: como fobia social, ansiedad de separación y trastorno obsesivo compulsivo.
- Componente hereditario o genético.
- Factores ambientales como vivir en una zona aislada en la que hay pocas oportunidades para la interacción social, un ambiente dónde se refuerzan conductas de evitación o ambientes en los que se observan conductas o comportamientos temerosos o ansiosos.
- Temperamento tímido e inclusotimidez extrema en niños.
- Dificultades o demoras en el procesamiento: para algunos niños con mutismo selectivo las dificultades de procesamiento sensorial son la razón subyacente de su mutismo. En entornos más grandes y más abarrotados hay estímulos múltiples, como una clase, el niño siente cierta expectativa de ese entorno, se produce una defensiva sensorial y comienza a aumentar la ansiedad produciendo el modo de “congelación”.
Cómo se cura el mutismo selectivo
El principal objetivo de la terapia es disminuir los niveles de ansiedad, aumentar las bases de la autoestima y la confianza en la interacción social. Con niveles más bajos de ansiedad, mayor confianza y el uso apropiado de técnicas, la comunicación mejorará a medida que el niño vaya progresando en la comunicación verbal y no verbal. Los tratamientos deben ser individualizados, pero la mayoría de niños son tratados mediante una combinación de varias terapias. Algunas de estas terapias son:
Terapia conductual
El refuerzo positivo y técnicas de desensibilización son los tratamientos conductuales para los niños con mutismo selectivo, ya que reducen la presión que siente el niño a la hora de hablar. El énfasis se debe poner en entender al niño y su ansiedad. Introducir al niño a ambientes sociales de forma protegida, es decir, sin que se sienta amenazada es la mejor forma para que vaya ganando confianza. Por ejemplo: los padres pueden llevar a su hijo a la escuela cuando hay poca gente alrededor.
Al principio, los grupos pequeños de niños son una buena opción y a medida que el niño vaya aumentando su confianza mientras habla se pueden incluir en el grupo más niños, el maestro, etc. El refuerzo positivo para la verbalización hay que introducirlo, solo cuando, se espera que sea útil.
Terapia de juego, psicoterapia y otros enfoques psicológicos
Pueden ser efectivos si se elimina toda la presión para la verbalización y se hace hincapié en ayudar al niño a relajarse. Afrontar el mutismo de una forma no amenazante es muy importante. Estos niños están asustados y el enfoque debería ser ayudarlos a identificar su nivel de miedo en una situación determinada. Hacerles ver que los entiendes y de que estás ahí para ayudarlos, les quita una presión muy grande.
Terapia conductual cognitiva
Los terapeutas capacitados en TCC ayudan a los niños a modificar su comportamiento ayudándolos a redirigir sus temores y preocupaciones en pensamientos positivos. La mayoría de los niños con mutismo selectivo se preocupan porque los demás escuchen su voz, que les hagan preguntas sobre por qué no hablan y que traten de obligarlos a hablar.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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