Cómo vivir el momento presente
Lo espiritual es aquello que trasciende a lo material, a lo terrenal, es aquello que trasciende a nosotros y hay dos maneras de acercarnos a la espiritualidad: Una forma es tener un propósito, tener una vida con significado; y la otra es vivir el presente con atención plena, de forma significativa.
Es importante decir que la religión aporta, sin duda, espiritualidad, pero, por supuesto, no es el único camino a tener una vida espiritual, ésta podemos encontrarla en todo lo que nos trasciende y, como hemos dicho, en vivir nuestro presente, nuestra vida cotidiana, de una forma significativa y con atención plena. En este artículo Psicología-Online, te explicaremos cómo vivir el momento presente con claves para aumentar tu bienestar espiritual.
Propósito o presente
¿Cuál es más relevante de los dos, propósito o presente? Ambas son igualmente importantes, vivir una plena es atenderlas a las dos. Pero, además, lo más relevante, se retroalimentan. Cuando uno encuentra un propósito es más fácil que disfrute más del presente, y cuando uno vive el presente con plenitud es más fácil que encuentre espiritualidad en ello.
El propósito en la vida
Tratemos ahora el tema del propósito en la vida. Hay algunas personas que tienen propósitos muy elevados, por ejemplo, Nelson Mandela. En su caso, justificaba tanto su vida que le compensaba la renuncia al presente, en su caso, renunciando a la libertad. Pero la realidad es que la mayoría de personas no tenemos un propósito tan elevado, así que nos conviene mucho disfrutar bien del presente.
Ahora, profundicemos sobre el presente. Para vivir el presente está bien pero no aporta espiritualidad si es vivido sin transcendencia. La clave para dotarlo de espiritualidad es elevar las cosas ordinarias a extraordinarias a través de la atención plena. Podemos vivir una vida diaria y cotidiana con espiritualidad a través de la atención plena interpretando cada momento como algo trascendental.
Albert Einstein dijo “ hay dos maneras de vivir la vida, una es creer que no existen los milagros y la otra es creer que cada cosa es un milagro”. Einstein trabajaba en lo primero y creía en lo segundo. El presente adquiere trascendencia cuando convertimos aquello que es ordinario en extraordinario.
Que es el Flow y cómo encontrarlo
Un concepto que va íntimamente ligado a la felicidad espiritual, es decir, al propósito y al presente, es el flow, un estado al que al que puedes llegar cuando tienes un disfrute absoluto, una sensación muy placentera unida a un alto rendimiento que, además, es significativo para ti.
Por ello, uno de los caminos para tener una vida espiritual es identificar y entrar en flow, aunar propósito y presente. ¿Cómo podemos conocer nuestro flow? Hay varias maneras de hacerlo. Una es recordar lo que hacías de pequeño ya que los niños pequeños eligen de una forma libre sin ningún tipo de filtro aquello con lo que son felices, aquello en lo que fluyen.
Siempre recuerdo la película Billy Elliot, el niño que elige bailar en lugar de boxear, la elección a la que le fuerza su padre. En una de las escenas de la película, concretamente el día de la prueba de acceso a la Compañía Nacional de Ballet de Londres, Billy baila mal ya que técnicamente no tiene nivel, pero antes de irse el tribunal le pregunta, ¿qué sientes cuando bailas? Y al escuchar su respuesta le eligen. ¿Por qué? Porque el tribunal entiende que entra en flow y cuando alguien entra en flow es imparable.
Recordad que podéis hacer de cualquier cosa de vuestra vida algo significativo. ¿Qué te aportará un bienestar espiritual? Por ejemplo, puede ser maravilloso dedicarse a la educación de nuestros hijos y se puede encontrar espiritualidad paseando por la naturaleza o compartiendo una buena cerveza con amigos; no hay que tener un propósito aparentemente muy elevado y ambicioso, somos nosotros los que lo hacemos extraordinario. Para ayudar a conseguirlo podemos servirnos de la atención plena, llamada también mindfulness.
Trabajar el propósito, el bienestar y la productividad
Respecto de los trabajos con propósito, el bienestar y la productividad, la psicóloga Amy Wrzesniewski realizó un estudio muy interesante con los trabajadores de un hospital. Los investigadores clasificaron a los trabajadores en tres grupos y les pidieron que definieran su trabajo. Los grupos eran: médicos, enfermeras y personal de limpieza y otros servicios. Los participantes tuvieron que definir como un trabajo (algo únicamente transaccional con un salario), una carrera (un proyecto de vida, parte del desarrollo personal) o una vocación (una llamada, algo trascendental, espiritual). Los resultados demostraron que el mismo trabajo se puede percibir y vivir de diferente manera. Se sacaron dos conclusiones.
La primera, muy obvia, es que a pesar de que las categorías profesionales más elevadas percibían a sus trabajos como más trascendentes, también sucedía que trabajadores de niveles bajos percibían sus trabajos como muy significativos. También sucedió con los trabajos más cualificados percibidos como simplemente transaccionales.
La segunda conclusión, y más relevante, es que nadie les dijo que lo calificaran de una forma o otra, es decir, que, al menos en parte, depende de nosotros percibir nuestro trabajo de una forma u otra y esta decisión afectará a nuestro bienestar profesional. ¿Cuáles son las consecuencias de percibirlo de una forma más significativa? Cuanto más significativo sea más bienestar aporta el trabajo a las personas y, también, más productivo es el trabajador.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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