Ejercicios de escritura terapéutica
La escritura no es ajena a la terapia. Durante años, los profesionales han utilizado registros, cuestionarios, diarios y otros formularios de escritura para ayudar a las personas a recuperarse del estrés y el trauma.
Los académicos remontan la idea de la escritura como terapia al tiempo del faraón egipcio Ramsés II, alrededor de 1.200 antes de Cristo: la entrada a su biblioteca real declaraba: "Casa de curación para el alma". El ministro de la unidad estadounidense Samuel Crothers acuñó el término "biblioterapia" en 1916, y a finales de los años 80, James Pennebaker condujo el movimiento moderno de la terapia de la escritura en un estudio de investigación fundamental que mostró los potenciales beneficios para la salud "escritura expresiva" en el trastorno emocional.
En las últimas dos décadas, la terapia de la escritura se ha unido a la danza y a la arteterapia como instrumento terapéutico legítimo, y esto ha despertado un creciente interés en un tipo de escritura que se centra en el poder curativo de poner los sentimientos en el papel o en la pantalla. En este artículo de Psicología-Online descubriremos juntos 8 ejercicios de escritura terapéutica, sencillos y creativos.
Qué es la escritura terapéutica
La escritura, dando materialidad a lo inexistente, permite sentirse y verse desde otra perspectiva. De ahí la importancia psicológica que reviste la escritura en nuestro modo de prefigurar el cambio, de darnos una nueva imagen de nosotros mismos, de prever para nosotros un "yo auténtico", todo por descubrir y reconstruir.
Escribir significa ponerse en relación consigo mismo y con los demás y entrenar tanto la capacidad de contarse, descubriendo la unicidad y la belleza de toda novela esencial, como la igualmente importante de escuchar. La escritura como terapia lleva a entrar en contacto, y a veces a descubrir, el propio tiempo interior, la hoja se convierte en el espacio blanco sobre el cual poder decir lo indecible porque es demasiado íntimo, o desconocido incluso a sí mismo.
El fin último de quien escribe es el contacto, por lo que en la terapia de la escritura puede ser una herramienta para llegar al otro plenamente. La escritura es apoyo en el proceso terapéutico en cuanto acto creativo cuya finalidad es favorecer la espontaneidad del yo en el límite del contacto, la superación del bloqueo y el logro del contacto pleno: así, escribir en terapia se convierte en un acto curativo-creativo.
La escritura y su desarrollo, primero individual y luego colectivo, reclama fuertemente una mayor comprensión del otro, una predisposición marcada hacia quien está contando de sí mismo, una atención más sentida y natural para quien está escuchando, una disponibilidad a acoger el nuevo sentido de la vida de los demás y de la nuestra, en un clima caracterizado por una indiscutible y omnipresente confianza.
Beneficios de la escritura terapéutica
James Pennybacker, profesor de psicología social en la Universidad de Austin (Texas) y principal estudioso de los efectos terapéuticos, tanto en el plano físico como psicológico, de la escritura, ha demostrado lo útil que es escribir siempre que se haga con cierta constancia (en sus laboratorios propone escribir durante 15 minutos todos los días), y que no se cuentan solo los hechos, sino también las emociones relacionadas con ellos y consiguientes.
- La escritura parece funcionar como una estrategia activa para hacer frente a situaciones mediante la construcción de un texto narrativo que transforma los recuerdos emocionales y sensoriales desorganizados en una estructura lingüística con una precisa dimensión espacio-temporal.
- Cuanto más coherente y vívido es el relato, más logra comprender la propia historia, captar sus peculiaridades y dotarla de sentido. Por ejemplo, la persona que escribe un evento traumático se ve obligada a traducir en palabras, es decir, a disponer, organizar y presentar la información en una estructura lingüística, lo que implica cambios cognitivos inmediatos.
- Además, está obligada a enfrentarse a las emociones relacionadas con el suceso traumático narrado y a controlar su impacto.
- Otro de los beneficios de la escritura terapéutica es que, poco a poco, se van introduciendo también cambios en las relaciones sociales y en el modo de hablar a los demás.
Cómo practicar la escritura terapéutica
Una vez hemos visto los múltiples beneficios de la escritura terapéutica, te preguntarás cuáles son los mejores ejercicios de escritura terapéutica. Cualquiera que sea el formato elegido, la terapia de la escritura puede ayudar al usuario a estimular su propio crecimiento personal , practicar la expresión creativa y experimentar un sentido de empoderamiento y control sobre la vida del escritor. A continuación veremos 8 ejercicios sencillos y creativos de escritura terapéutica.
1. El diario personal
La esencia de nuestra psique está dada por los cambios que parecen escapar a la observación: el diario personal captura la vida, a través de las palabras, se representa un collage de momentos vividos y se proporciona continuidad a la variación de la existencia. La escritura del diario puede ser, por ejemplo, parte esencial del proceso de resolución de una pérdida, un duelo o un dolor. En este artículo hablamos de los procesos de duelo.
2. Escritura libre
También llamado "journaling", este ejercicio de escritura terapéutica permite a la persona poner en papel las cosas que se le vienen a la mente. No hay censura o juicio involucrados en el proceso de escritura libre; se trata de escribir todo aquello que vienen a la cabeza. En algunos casos, los pensamientos pueden ser coherentes y completos, mientras que otros pueden ser frases parciales o ideas aisladas. La escritura puede incluir sentimientos tanto positivos como negativos, pero se anima a la gente a aceptarlos y reconocerlos a todos.
3. La poesía
Aunque al principio algunas personas creen que escribir poesía es intimidante, en algunos casos el proceso puede ser increíblemente terapéutico. Los terapeutas generalmente guiarán de alguna manera esta tarea, dando a la persona ideas sobre qué escribir o cómo organizar los pensamientos para convertirlos en prosa legible. Una vez más, las palabras que van en el papel deben ser reconocidas y aceptadas sin juicio por los simples pensamientos e ideas que son para que la escritura sea terapéutica.
4. La carta
Este ejercicio de escritura terapéutica puede ser especialmente útil para las personas que están luchando con un individuo o una relación. Esta carta puede ser escrita para expresar los sentimientos hacia la otra persona, ya sea de felicidad, enfado, ira, rabia, etc. La carta podría incluir muchas cosas que la gente desea decirle a la otra cara a cara, pero no puede por varias razones. El mensaje no debe ser enviado a la otra persona, es un ejercicio terapéutico para uno/a mismo/a.
5. La escritura automática
Una gran manera de eludir el juicio de uno mismo y de los demás o el continuo desgaste mental es escribir de forma automática, palabras al azar que parecen no tener ninguna conexión entre sí. Sin embargo, casi siempre contienen una verdad profunda: se trata de sugerencias, conceptos, esperanzas, deseos que provienen de esa porción de la conciencia que normalmente se borra de la mente. Para descubrir cuál es el mensaje que viene del uso consciente de la escritura automática, después de unos días se leerán las palabras que has escrito automáticamente.
6. El cuento autobiográfico
Otro ejercicio para seguir practicando practicando la escritura terapéutica es relatar la propia vida. Escribir la propia autobiografía no es una mera lista de fechas, nombres y acontecimientos. Por el contrario, crear un relato emocional, sumergirse en el papel del protagonista y afrontar las vicisitudes que la vida propone es una gran manera de encontrar un sentido en la propia experiencia existencial y construir una identidad más equilibrada.
7. La escritura del problema
Otro ejercicio de escritura terapéutica muy útil es la que podemos practicar en el caso de problemas que se enfrentan. Empieza con la técnica de diez minutos de escritura sin detenerte para describir el problema que tienes delante. A continuación, identifica los principales obstáculos y analizarlos uno por uno, dedicando aún diez minutos por punto, por problema. Por último, escribe lo que realmente piensas de estos problemas e identifica las posibles soluciones. Puede ser que la solución no salga enseguida, pero no desesperes porque aquí se desencadena generalmente el proceso de pensamiento que te llevará a encontrar la solución.
8. La deconstrucción
Hay que partir de algo que forma parte de nuestra vida y consideramos problemático y luego, gracias a la continua reescritura del "problema", dividirlo en problemas más pequeños. Este ejercicio nos permite dar la dimensión adecuada al problema y verlo desde un punto de vista nuevo, posiblemente con menos preocupaciones, generalizaciones, banalizaciones.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- Bongiovanni, M., Travagliante, P. (et al.) (2017). La medicina narrativa strumento trasversale di azione, compliance e empowerment. Milán: Franco Angeli.
- Ferrati, E. (2015). La scrittura del sé: scrivere per star bene. Lulu.com
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