Identidad de género: qué es y cómo se construye

La identidad de género es la identificación con los contenidos del género, es decir, con el modelo de persona masculina o femenina que cada individuo construye sobre sí mismo, y forma parte de la identidad personal.

La identidad de género se construye, primeramente, sobre el sexo con el que se nace, y luego mediante los procesos simbólicos que en una cultura dan forma al género. Es decir, la cultura dispone lo que se asocia con el género masculino y lo que se asocia con el género femenino, y cada persona se va identificando con estos elementos, estando condicionada por el sexo con el que ha nacido y la interacción con el aprendizaje de roles, estereotipos y conductas.

La identidad de género se manifiesta cuando, por ejemplo, un niño rechaza que le pongan un vestido porque “es de niñas”. En esta línea cabe mencionar la teoría de la performatividad de Judith Butler, que según ella el género no es más que una repetición estilizada de actos y, de hecho, se constituye a través de ellos.

La identidad de género está históricamente construida de acuerdo con lo que la cultura considera “masculino” o “femenino” en ese momento, y estos son criterios que pueden ir y van transformándose. Además, la construcción de la identidad de género se ve al mismo tiempo influida por la clase social, la etnia, la raza, etc. Por ejemplo, no se concibe de la misma manera la feminidad de una mujer de clase alta que la de una mujer pobre.

Encontrarás más información en los artículos: Un recorrido teórico acerca del género y Reflexiones en torno al género.

Como hemos visto, la identidad de género es algo que se tiene construir y que históricamente se ha construido a partir del sexo: las mujeres “deben” identificarse con el género femenino y los hombres con el masculino. En estos casos, cuando la identidad de género coincide con el sexo biológico, nos encontramos con las personas cisgénero. De aquí extraemos los tipos de identidad de género binario clásicos:

• Identidad de género femenino: el que clásicamente se ha asociado a la mujer.
• Identidad de género masculino: el que clásicamente se ha asociado al hombre.

Claro que esto no tiene por qué ser así, y aquí es donde nos encontramos con todo el abanico de los términos “trans” y otras alternativas queer que se escapan de los términos clásicos, tanto binarios como no binarios:

• Transgénero: identidad de género difiere del sexo biológico.
• Persona trans: persona transgénero que no quiere definirse por ningún género en concreto.
• Hombre trans: persona transgénero que se identifica como hombre.
• Mujer trans: persona transgénero que se identifica como mujer.
• Transfemenino: persona transgénero a la que se asignó el género masculino en su nacimiento pero que se identifica más con los signos de la feminidad que con los de la masculinidad.
• Transmasculino: persona transgénero a la que se asignó el género femenino en su nacimiento pero que se identifica más con los signos de la masculinidad que con los de la feminidad.
• Andrógino/ ginoandros: persona cuya identidad es una mezcla en distintos grados entre mujer y hombre.
• Género neutro/ neutrois/ gender neutral: persona que suprime las características tradicionalmente asignadas como masculinas o femeninas.
• Agénero: persona que no cree en el género y por lo tanto no se identifica con ninguno.
• Bigénero: persona que se identifica con dos géneros (ej: masculino y neutrois).
• Poligénero/ multigénero: persona con más de dos identidades de género.
• Género fluido/ genderfluid: persona cuyo género fluctúa entre varios (dos o más).
• Pangénero: identidad que recoge todas las identidades.
• Intergénero: género asignado a las personas intersexuales que se sitúan entre dos géneros, usualmente los binarios.

"Trastorno de identidad de género" es como se designaba antiguamente a la disforia de género en el DSM-IV y como se sigue designando en la CIE-10. Sin embargo, la etiqueta de “trastorno” para aquellas personas que no están de acuerdo con el género que se les ha asignado, ha quedado desfasada.

El DSM-V solo considera la “disforia de género”, centrándose en la disforia como problema clínico, y no en la identidad per se. Además, en la CIE-11, que se publicará en 2022 por la OMS, también lo dejará de considerar como un trastorno, y pasará a llamarse “incongruencia de género”, despatologizando así las identidades trans.

La disforia de género se refiere a la insatisfacción afectiva/ cognitiva de un sujeto con el género asignado. Va asociada a un malestar clínicamente significativo que puede acompañar a la incongruencia entre el género experimentado o expresado por un sujeto y el género asignado, o a un deterioro en lo social, escolar, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

Mientras que el término transgénero se refiere al amplio espectro de sujetos que de forma transitoria o permanente se identifica con un género diferente de su género natal y, a diferencia de la disforia de género, no todos los sujetos tienen porque presentar malestar como consecuencia de la incongruencia.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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