Mi hijo siempre está enfadado ¿qué hago?
Habitualmente, cuando los niños pasan la mayor parte del tiempo enfadados es debido a una susceptibilidad, hecho que les lleva a enfadarse por cualquier cosa sin importancia, se sienten fácilmente ofendidos o menospreciados, se pueden herir sus sentimientos con facilidad, entre otros. Esta situación puede desesperanzar a los padres y, por esta razón, seguramente se preguntaran cómo se debe tratar con niños que pasan la mayor parte del tiempo enrabiados o enfadados y que en pocas ocasiones se muestran felices y asertivos. Si quieres dar respuesta a esta pregunta no dudes en seguir leyendo este artículo de Psicología-Online: mi hijo siempre está enfadado ¿qué hago?
Niños susceptibles de enfado
Una de las de las frases más comunes en consulta por parte de los padres es: mi hijo siempre está enfadado ¿qué hago? En primer lugar es necesario saber exactamente qué es el enfado y cómo diferenciarlo de las rabietas. Es fácil confundir el enfado con la rabieta, pues son dos conceptos muy ligados:
Enfado
Por un lado, entendemos el enfado como una emoción en la que se activa un sentimiento de disgusto, una mala disposición que se dirige hacia una persona o cosa en concreto y, habitualmente se genera por algo que perjudica o va en contra de la persona. Pues en el enfado las personas muestran sus sentimientos y pensamientos acerca de la situación controvertida de una forma asertiva y respetuosa. Además, aunque haya un desacuerdo entre las distintas personas implicadas en el enfado, se puede llegar a una conversación argumentativa en la que no se pierde la capacidad empática, dando lugar a una posibilidad de ceder la razón a la otra persona. Pues en un enfado se pretende resolver la situación y aprender de ella.
Rabietas
Por otro lado, la rabieta hace referencia a un gran enfado que se manifiesta de forma violenta mediante gritos, llantos, gestos de desaprobación, irritación, agresiones verbales y físicas, entre otros. En un estado de rabieta las personas se auto-convencen de tener razón y no caen en la posibilidad de ceder la razón a las demás personas, por lo tanto, los demás siempre estarán equivocados. Se trata de un enfado acompañado de gestos y actos violentos y despreciables, como los ya mencionados, que buscan dañar los sentimientos de la otra persona considerada la culpable de su enfado y estado emocional.
Así pues, cuando hablamos de niños susceptibles de enfadarse a menudo, nos referimos a niños que con facilidad se muestran enfadados, aunque sea por motivos sin importancia, que se sienten fácilmente ofendidos o menospreciados, se pueden herir sus sentimientos con facilidad, son delicados e irritables, entre otros.
Consecuencias del enfado en los niños
El enfado es una emoción que todas las personas sentimos en algún momento de nuestras vidas, pero ¿qué pasa cuando se pierde su control? El enfado se suele manifestar o expresar de forma agresiva, dando respuesta a una situación por la que el niño se pueda sentir amenazado o perjudicado, pues en el momento en que se pierde su control esto no resulta sano ni seguro para los niños.
Si los niños no pueden controlar sus emociones, en especial el enfado, es posible que esto pueda influir y afectar a problemas familiares, problemas con sus compañeros y amigos, problemas en el rendimiento escolar, etcétera. Además, también puede repercutir en el estado de salud de los niños, ya que normalmente el enfado se ve acompañado de un aumento en la frecuencia cardíaca, en la presión arterial, entre otros.
Otro aspecto muy importante a tener en cuenta cuando se da una falta de control del enfado y, por lo tanto, de la agresividad con la que se puede llegar a responder a distintas situaciones, es el hecho de que puede generar problemas con la justicia y la ley, daños físicos y consecuencias emocionales.
Por estas razones, resulta muy importante enseñar a los hijos cómo pueden controlar su ira y enojo de forma saludable y adecuada. Para ello, se recomienda empezar a educar a los niños en este camino desde bien pequeños.
Educar a niños que se enfadan con facilidad
Si tu hijo es suceptible, puedes pensar: mi hijo siempre está enfadado. Habitualmente los padres se preguntaran cómo pueden ayudar a sus hijos a controlar y manejar la emoción del enfado para que no afecte a su vida familiar, escolar, social, entre otros. A continuación proponemos una serie de recomendaciones sobre qué pueden hacer los padres para educar a sus hijos susceptibles de enfadarse con frecuencia.
- Demostrar que se valoran sus cualidades y su forma de ser.
- Demostrar aceptación.
- Evitar juzgar, corregir o criticar continuamente lo que el niño hace mal.
- Ser constructivo, es decir, realizar críticas constructivas.
- Reforzarlo y felicitarlo cuando hace bien las cosas. No hace falta que se premie con objetos materiales, mostrar aprobación, afecto y orgullo puede resultar suficiente.
- Empatía. Ayudarlo a desarrollar su capacidad empática. Se puede reforzar su empatía con preguntas como: ¿cómo crees que se siente tu hermana cuando le rompes sus juguetes? ¿cómo te sentirías si te lo hicieran a ti? Es decir, se puede trabajar hablando de otras personas y de él mismo. Aquí puedes ver actividades y juegos para trabajar la empatía en niños.
- Validar los sentimientos, pero no las conductas problemáticas. Transmitirles la idea de que todos los sentimientos son aceptables pero no lo son todos los comportamientos. Es decir, experimentar sentimientos determinados no implica que sea correcto actuar de forma violenta o inapropiada, aunque su sentimiento sí que sea aceptado.
- Reflexión. Promover que el niño aprenda de todas las situaciones en las que se enfada, por eso es importante el refuerzo y la felicitación. Del mismo modo que cuando el niño no actúa de modo correcto, también se le debe remarcar, ya que se le debe mostrar como una oportunidad de aprendizaje. Para ello te puede ayudar conocer el funcionamiento del condicionamiento operante.
- Marcarle algunas pautas. Por ejemplo, decirle al niño que cuando reconozca que ha actuado incorrectamente lo anote en un papel y busque soluciones para actuar de una forma más adaptativa cuando se encuentre en una situación similar.
- Desarrollar hábitos para controlar el estrés efectivamente. Aprender a controlar el estrés puede ayudar a los niños a evitar actuar violentamente. En este artículo encontrarás 15 ejercicios de relajación para niños.
- Acudir a profesionales de la salud. Siempre es recomendable acudir a profesionales para que den su punto de vista en función de cada situación y cada niño.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- FAROS-Hospital Sant Joan de Déu Barcelona. (s.f.). El enfado: cómo ayudar a los niños a manejar esta compleja emoción.