Qué es la baja tolerancia a la frustración y cómo trabajarla
Cada persona vive los momentos de su vida de forma diferente, ya que cada uno/a tenemos cualidades únicas. De este modo, una situación puede ser maravillosa para alguien y terrible para otras. ¿Alguna vez has visto a una persona cabrearse de forma desmedida ante algo sin importancia? Este tipo de respuestas suelen generarse durante la etapa infantil y se establecen como modalidades que perduran a lo largo del tiempo. No obstante, esta condición puede traer consigo serios problemas para las personas con este tipo de reacciones. Por ello, es importante contar con información necesaria para comprender el origen de esta frustración y aprender a controlarla.
En este artículo de Psicología-Online te explicamos qué es la baja tolerancia a la frustración y cómo trabajarla.
Qué es tener baja tolerancia a la frustración
La baja tolerancia a la frustración es una posible respuesta del ser humano frente a la imposibilidad de que una situación se lleve a cabo de la forma esperada. En líneas generales, esta reacción se produce a partir de una carga intensa de angustia, enojo y/o malestar que se vislumbra en los pensamientos, emociones y conductas de una persona.
De este modo, cuando se producen situaciones que la persona interpreta como desfavorables según sus propios criterios y no cuenta con herramientas adecuadas para sobrellevar estas sensaciones, surge la baja tolerancia a la frustración como un modo de procesarlas.
Síntomas de baja tolerancia a la frustración
La baja tolerancia a la frustración presenta algunas características que se corresponden a las manifestaciones que pueden aparecen en el plano de lo físico, mental y conductual. A continuación, mencionaremos los síntomas más relevantes:
- Nerviosismo.
- Ira.
- Angustia intensa.
- Necesidad imperiosa de tener las situaciones bajo control.
- Hipervigilancia.
- En algunos casos, dificultades en la regulación del sueño.
- Pensamientos catastróficos vinculados a la muerte.
- Evitación de situaciones imprevistas.
- Temores irracionales.
- Palpitaciones.
- Sudoración excesiva.
- Respiración entrecortada.
Si la sintomatología representa un peligro para la persona y/o para terceros que resulte imposible dominar, es necesario acudir a un profesional de la salud mental para realizar una evaluación y ofrecer un tratamiento que permita mejorar la calidad de vida así como también una remisión de la problemática.
Causas de la baja tolerancia a la frustración
La baja tolerancia a la frustración puede presentar diversos orígenes que es importante conocer para poder abordar los síntomas de la manera más eficaz. Seguidamente, te mostramos las causas principales de la baja tolerancia a la frustración:
Vivencias infantiles
En líneas generales, estas dificultades pueden presentarse en momentos de la infancia a raíz de situaciones en las que no se ha podido desarrollar una tolerancia a la frustración. En estos casos, la presencia de padres sobreprotectores que no han permitido que la persona pueda frustrarse en juegos, dinámicas individuales y/o grupales, entre otros pueden repercutir en el desarrollo de estas respuestas.
Si esta condición persiste en el tiempo, la persona se frustrará rápidamente frente a injusticias de la vida y diversas ocasiones que desencadenen este tipo de reacciones.
Condiciones genéticas
Por otro lado, la herencia genética también juega un papel importante en las respuestas emocionales vinculadas a la frustración. En este sentido, existen ciertas conexiones neuronales que implican la manifestación de ira desmedida cuando una situación no sucede de la forma esperada.
Por lo tanto, una desregulación del sistema nervioso central puede ser otra de las causas de la baja tolerancia a la frustración, por lo que será necesario tener en cuenta los factores genéticos de los progenitores.
Consecuencias de la baja tolerancia a la frustración
Tener una baja tolerancia a la frustración puede tener efectos desfavorables para el desarrollo de la vida cotidiana de una persona. Si no se atiende a tiempo esta problemática, pueden existir serias consecuencias, entre ellas:
- Depresión.
- Ansiedad.
- Falta de control de los impulsos.
- Actitudes violentas.
- Dificultades alimentarias.
- Incapacidad de escuchar.
- Vínculos sociales inestables.
Cómo trabajar la baja tolerancia a la frustración
A pesar de las complejidades que puede producir la baja tolerancia a la frustración, existen herramientas que pueden resultar útiles para trabajarla. A continuación encontrarás algunas pautas que pueden resultar de gran ayuda a la hora de trabajar la baja tolerancia a la frustración en adultos:
- Establecer de objetivos realistas: anteponer metas que puedan ser cumplidas según las cualidades de cada persona implica que exista la posibilidad de que se dejen de lado los ideales. En contraparte, intentar lograr un objetivo ideal puede ser contraproducente.
- Flexibilidad en las situaciones: las personas con baja tolerancia a la frustración tienen serias dificultades en confrontarse con momentos imprevistos dado que carecen de respuestas ante ello. Poner en práctica la flexibilidad ante situaciones puede ir disminuyendo esta condición.
- Practicar meditación: esta técnica propone disminuir el ritmo respiratorio y hacer foco en el presente. En términos globales, la meditación se utiliza para liberar tensiones propias de la posibilidad de frustrarse.
- Aceptar que no todo es posible: a veces, las personas tratan de lograr todo lo que se proponen sin tener en cuenta el nivel de exigencia interna que esto conlleva. En estos casos, la aceptación de que no todo es posible suele ayudar a aliviar los síntomas de la tolerancia a la frustración.
- Buscar ayuda terapéutica: cuando los niveles de frustración desbordan a la persona, es recomendable recurrir a la ayuda de un profesional de la salud mental que aporten herramientas específicas para cada persona para afrontar el problema.
- Realizar autoafirmaciones positivas: en algunas circunstancias, las palabras pueden generar efectos nocivos para la persona. Por ello, una de las alternativas para trabajar la tolerancia a la frustración puede ser realizar autoafirmaciones que refuercen tu amor propio. De esta forma será perdonarse frente a la frustración.
- Identificar situaciones desagradables: en muchas ocasiones, las personas no se dan cuenta de la acumulación de frustraciones hasta que empiezan a responder con una ira desmedida. Por esta razón, identificar situaciones desagradables permitirá establecer métodos para aliviar esas tensiones.
- Canalizar la frustración: realizar actividades que te permitan expresar tus emociones para canalizar la frustración, como por ejemplo practicar algún deporte, música, teatro, pintar, etc.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- García Roda, C. (2019). Efecto de la frustración en seres humanos: un estudio conductual y psicofisiológico. Universidad de Navarra. Programa de doctorado en Neurociencia y Cognición.