Síndrome de Procusto: qué es, características y tratamiento

El origen de este síndrome es el mito griego de Procusto. Según cuenta la historia, Procusto alojaba a quienes viajaban en su hogar, sin embargo, mientras el viajante dormía, lo ataba en su cama y le daba golpes y martillazos. A pesar de que las personas que visitaban a Procusto eran de diferentes estatura, este les aplicaba castigos por no coincidir con su contextura corporal.

La conclusión del mito es que Procusto obligaba a los demás a ajustarse a sus patrones de belleza ideales. En este sentido, el síndrome de Procusto hace alusión a una tendencia a rechazar las virtudes y/o logros de otras personas. En otras palabras, es la dificultad para reconocer los aspectos positivos en los que sobresalen otros individuos. Quien lo padece se siente superado por las cualidades de otros, por lo que se disgusta.

Para poder detectar a tiempo a una persona que padece el síndrome de Procusto, debes prestar atención a la forma que tiene de dirigirse ante otras personas. Más aún, quien padece esta patología posee determinadas conductas y formas de ser delimitadas. Las características principales de las personas con síndrome de Procusto son:

• Miedo a ser rechazado/a.
• Odio hacia los demás.
• Incapacidad de reconocer virtudes y/o logros ajenos.
• Temor a ser superado./a.
• Envidia.
• Escasa tolerancia a la frustración.
• Sentimientos de inferioridad.
• Baja autoestima.
• Ansiedad.

Hay que tener en cuenta que las características desplegadas pueden aparecer en otros cuadros clínicos. Por este motivo, la detección de alguna de estas cualidades de forma aislada no constituye un diagnóstico preciso. Es necesario que la evaluación sea realizada por un profesional de la salud mental.

El síndrome de Procusto puede manifestarse en diferentes contextos. A continuación, desarrollaremos algunos ámbitos en los que surge esta problemática con más frecuencia:

• Ámbito estudiantil: se observa cuando algún estudiante presenta un rendimiento académico superior en un curso. Frente a esta situación, existen personas que menosprecian el esfuerzo y/o el logro a partir de comentarios negativos al respecto. Más aún, son comunes las denigraciones en público y el acoso hacia quien muestra virtudes. Cabe aclarar que el síndrome de Procusto se puede manifestar tanto en docentes como alumnos.
• Ámbito laboral: esta condición también surge en lugares de trabajo donde hay una competencia extrema entre empleados. Cuando esto sucede, suele ocurrir que quien sufre el síndrome de Procusto busca métodos para descalificar a los empleados mejor calificados. Esto dificulta el trabajo en equipo, ya que son personas que tienen baja tolerancia a la frustración y escasa posibilidad de aceptar críticas.
• Ámbito social: este cuadro clínico también se manifiesta en las relaciones sociales. Al igual que en el ámbito estudiantil y laboral, las personas que tienen este diagnóstico tienen la tendencia de criticar y denigrar cualquier logro y virtud en que sobresalgan los demás por temor a ser inferior. Esto conlleva la manifestación de actitudes que buscan compensar dicho sentimiento de inferioridad.

Más allá de las dificultades que suscita el síndrome de Procusto, es importante mencionar que existen tratamientos que permiten mejorar los vínculos sociales de las personas con esta afección clínica. Aun así, quien busque ayuda debe tener una intención marcada de querer modificar aspectos de la personalidad, de lo contrario resultará difícil que los tratamientos empleados produzcan un efecto deseado. Dicho esto, las mejores formas de tratar el síndrome de Procusto son las siguientes.

• Terapia psicológica: un espacio que permite mejorar aspectos personales del día a día. En este sentido, la terapia cognitivo conductual trabaja las emociones, pensamientos y conductas que producen esta afección. El objetivo de este método radica en brindar herramientas válidas para que la persona pueda establecer vínculos más amenos y sanos.
• Medicación psiquiátrica: cuando el síndrome de Procusto interfiere de forma grave en el desarrollo de actividades cotidianas, una de las opciones más viables es recurrir a la toma de medicamentos psiquiátricos. La ingesta de los mismos siempre debe estar supervisada por un profesional de la salud mental.

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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