¿Qué es la falsa modestia en psicología social?
Hay pruebas de que a veces las personas tienen un yo diferente respecto de lo que sienten y perciben. El ejemplo más claro, sin embargo, no es tanto el falso orgullo como sino la falsa modestia. Se tiende a creer que la falsa modestia permite resaltar las propias cualidades positivas, como por ejemplo ser competente, al mismo tiempo que permite suscitar simpatía, disfrazando las glorias como quejas o profesiones de humildad.
Pero de hecho todo lo dicho anteriormente no es cierto. Con este artículo de Psicología-Online, descubriremos qué es la falsa modestia en psicología social, por qué se usa y cuáles son los rostros de la falsa modestia.
¿Qué es la falsa modestia?
Comúnmente se conoce que la falsa modestia es la peor de las soberbias. Concretamente, la falsa modestia es la capacidad de parecer, falsamente, tímidos mientras explicamos lo buenos que somos. Según Freud es la especialización en "excusationes non petitae" (excusationes non richieste), las cuales significan exactamente lo que se quiere negar.
La modestia es distinta que la humildad, la cual es virtud creatural que hace al hombre consciente de su propia finitud. En cambio, si te pregunta qué es la falsa modestia, en realidad es un verdadero engaño, pariente estrecha de la vanagloria proclamada. En los siguientes apartados te contamos qué significa la falsa modestia en diferentes contextos de nuestra vida.
¿Por qué se usa la falsa modestia?
En ocasiones nos preguntamos por qué se usa la falsa modestia. Quizás en este momento se le ocurre alguien que, lejos de alabarse a sí mismo, se denigra o se desacredita. Estas actitudes denigrantes pueden ser sutilmente útiles para favorecer el ser, ya que a menudo provocan sentimientos de tranquilidad. Un tópico de la falsa modestia podría ser decirle a un amigo "me sentí como una idiota" para que el amigo te consuele diciendo, "pero no, lo hiciste bien". Otro ejemplo de falsa modestia seria "ojalá no me sintiera tan poco atractivo" para dar lugar a que te digan "vamos, conozco a muchas otras personas que son mucho menos atractivas que tú". Descubre qué es la actitud según la psicología social.
Hay otra razón por la que la gente se denigra a sí misma y alaba a los demás. Concretamente se hace para reducir al mínimo y dar poca importancia a su capacidad. Eso les permite reducir la presión relacionada con su rendimiento y rebajar el punto de referencia inicial para la evaluación de las prestaciones.
Un ejemplo de falsa modestia son los entrenadores deportivos. Antes del partido decisivo, elogian la fuerza de los adversarios y destacan las debilidades sobre las que su equipo necesita trabajar. Los entrenadores transmiten una imagen de modestia y deportividad y preparan el terreno para una evaluación favorable, independientemente del resultado. Una victoria se convierte en el logro de un objetivo digno de alabanza y una pérdida se convierte en un hecho atribuible a la excelente defensa de los adversarios. La modestia, como decía Bacone, no es más que una de las "artes de la ostentación". No te pierdas este artículo si quieres saber más sobre cómo se forman las actitudes.
La gratitud superficial y el peligro de sobreclasificación
La falsa modestia aparece también en los informes autobiográficos que la gente hace de sus metas. Para averiguarlo, Roy Baumeister y Stacey Ilko (1995) invitaron a algunos estudiantes a escribir "una importante experiencia de éxito", pidiendo solo a una parte de ellos que firmen con su propio nombre y se preparen para leer su propio escrito a los demás; estos estudiantes a menudo reconocían la ayuda o el apoyo emocional que habían recibido. Aquellos, en cambio, que escribían de manera anónima solo raramente mencionaban su propia gratitud, y más a menudo se pintaban a sí mismos como los únicos promotores de su propio éxito. A partir de estos resultados, a los investigadores les surgió la idea de gratitud superficial, es decir, aquel que parece humilde, mientras que en la intimidad de la propia mente solo se da crédito a sí mismo.
La gratitud superficial puede salir a la superficie cuando nuestro rendimiento supera el de los que nos rodean y nos sentimos incómodos con respecto a los sentimientos que otros pueden tener hacia nosotros. Si percibimos que nuestro éxito podría poner celosos o resentir a los demás - un fenómeno que Julia Exline y Marci Lobel (1999) definen "los peligros de la sobreclasificación" - podemos minimizar nuestros resultados y mostrar gratitud. Para los superclasistas, las autopresentaciones modestas son un gesto natural.
Así pues la gratitud superficial y el peligro de sobreclasificación son fenómenos que ocurren cuando una persona se siente por encima del resto, pero no quiere que se note que lo orgulloso u orgullosa que está de ello.
Los rostros de la falsa modestia
Este fenómeno de la falsa modestia puede mostrarse de muchas maneras. A continuación, veremos los rostros de la falsa modestia:
- El invisible: es una persona dotada, pero rechaza todo reconocimiento público para no ser envidiado. Hace como si fuera "normal" y disimula lo bueno que es en lo que hace. Su necesidad es refugiarse de la envidia, cuya destructividad teme, con la certeza de que si no emerge en nada será amado y aceptado. En los demás produce la sospecha de ser engañado y de no saber realmente quién está frente a ti.
- El narcisista: hace todo lo posible para hacer bien una cosa y obtener un cumplido que. Sin embargo, rechaza a los demás, menospreciándose a lo grande, para inducirle a lo demás a que le digan cosas bellas. Su necesidad es obtener confirmaciones externas. Que se le diga: "Bravo, te apruebo, eres un grande". Busca en los demás que lo convenzan de su valor.
- El supersticioso: niega cualquier valor o éxito porque teme que reconocerlo traiga mala suerte y atraiga un evento negativo. Su necesidad es no tentar porque para él, por alguna razón, afirmarse equivale a ser castigado. Cuando está con los demás crea una atmósfera de inminencia, de superstición y de precariedad que lo hace inquietante.
- El descontento: siempre ve lo negativo de lo que hace y solo se da cuenta de lo que falta. Nunca puede sentirse feliz. Su necesidad es buscar metas continuas para no detenerse a reflexionar, en un perfeccionismo inapropiado. Provoca ira y agresividad en los demás. Su silencioso "No sabes lo que podría hacer" es egocéntrico y despectivo.
Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.
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- Myers, D. G. (2008). Social Psychology. Nueva York: McGraw-Hill.
- Pilutti, R. (2009). La presunzione, la modestia vera e quella falsa. Recuperado de: http://www.renatopilutti.it/2009/02/25/presunzione-modestia-vera-e-falsa/
- RIZA (2012). No alla falsa modestia. Recuperado de: https://www.riza.it/psicologia/l-aiuto-pratico/3092/no-alla-falsa-modestia.html