Psicología básica

Qué es la locura en psicología

Bryan Longo
Por Bryan Longo. 9 abril 2020
Qué es la locura en psicología

La locura es un término muy popular desde hace siglos y que se ha utilizado con objetivos de convivencia y adaptación. La locura un término tan relativo que abre las puertas a diversidad de análisis psicológicos: sobre todo en las consecuencias sociales y de salud. En Psicología-Online te explicamos qué es la locura en psicología, un término que quizá ha sido mal utilizado o abusado para el provecho de ciertas entidades y contextualizaciones que provocan confusiones clínicas muy significativas.

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Índice

  1. Qué es la locura: significado
  2. El concepto de locura
  3. ¿Donde está la diferencia entre normalidad y locura?
  4. ¿La locura es una enfermedad mental?
  5. El concepto de locura a través de la historia
  6. El amor y la locura
  7. ¿Tiene la locura algún tratamiento?
  8. Frases de locura

Qué es la locura: significado

Si la locura existe, seguramente aún no hay loco que sepa describirla. El hablar de la locura es un lujo que solamente se permiten las personas que creen estar lejos de ser llamados locos.

La locura, un término difícil de definir

Definir locura es tan complejo como definir cordura; docenas, cientos y quizá cuantificando el hecho de una manera hiperbólica, podrían ser miles las definiciones que existen sobre la locura: manuales de psicología y psiquiatría, libros de historia, diccionarios y revistas ofrecen descripciones a éste popular término. La sociedad también se divierte aireando sus prejuicios aquí y allá intentado definir la locura, como si esta práctica fueran apretones de manos, pero… ¿No es esto un acto de locura? La acción de aludir la costumbre social sobre el ventilar los prejuicios morales podría ser considerada por los más dotados como un acto característico de la locura. La definición de locura debería ser proporcionada por los mismos locos, pues son ellos mismos quienes la presentan – ¿O es que la locura requiere cierto grado de inconsciencia? – El loco no es consciente de que es loco y por tanto no puede ser este quien describa su locura, sino que, esta tarea frecuentemente es efectuada por los que dicen sobrellevar los efectos del asimétrico comportamiento, del divergente estilo de vivir y de la acentuada vida emocional del loco.

Definición de locura

Definir la locura en tres o dos líneas es tomarse a la ligera la responsabilidad del ser. Etiquetar cualquier acción que sea incompatible e incognoscible para mi raciocinio no equivale precisamente a un acto de locura, sino que, a un proceder distinto al mío. El sentirnos perjudicados por las acciones «locuras» del que está al lado nuestro para así exiliarlo a una permanente alienación, no nos hace cuerdos/sensatos o cabales, nos hace igual de locos. ¿Quién puede afirmar que nosotros no estamos locos también y solo estamos discutiendo con alguien que da un uso confiable de su juicio y por esto lo llamamos «loco»? Nosotros no podríamos, no con esa necesidad imperiosa de definir como locura a todo lo que no contrasta con nuestro concepto de normalidad.

La sabiduría popular califica de loco generalmente a lo que se distingue claramente de la razón, de donde el irracional recibe las etiquetas conocidas de chiflado o tocado.

El concepto de locura

A continuación veremos lo que se entiende por locura desde diferentes perspectivas:

La locura desde la filosofía

Notables sistemas filosóficos han sido impulsores del individualismo; grandes autores de la ilustración francesa y alemana como Kant y Rousseau, autores del empirismo inglés como Locke y Hobbes, filósofos existencialistas como Kierkegaard y Nietzsche reaccionaron contra las líneas generalizadoras y colectivas del idealismo Hegeliano. El individualismo al que refiere Hegel se orienta precisamente a dividir el vínculo entre lo singular y lo universal (entre el individuo y el todo del cual forma parte). Al desconocer esa relación dialéctica el individuo puede llegar a sostener que se basta a sí mismo sin vínculo con el espíritu del pueblo, teniendo un fin propio. Es así entonces una conciencia singular/individualista, la conciencia del loco para Hegel.

También Lacan (1946) explicaba que la locura, corresponde a una de las relaciones más normales de la personalidad humana «sus ideales», y propone al mismo tiempo el célebre ejemplo: si un hombre que se cree rey está loco, igualmente loco está el rey que se cree rey.

La locura para la sociedad

La mayoría de nosotros conocemos a algún indigente que viltrotea por las calles de nuestra ciudad, al cual, quizá desde que éramos muy pequeños lo etiquetamos como – el loco de los perros, el loco que es mudo, el loco de las latas, el loco de las botas, el loco del mercado o simplemente el loco -. Aunque la mayoría de las personas desconozcan sobre psicología se les es tan sencillo, al igual que un niño diagnosticar a cualquiera de sufrir locura. Pues la locura ha sido considerada indistintamente por la sociedad como sinónimo de manía, delirio, ira, rabia, alucinaciones, demencia, disociación pánico o ansiedad. Esto provoca confusiones con consecuencias clínicas significativas.

¿Donde está la diferencia entre normalidad y locura?

El tan solo meditar por unos minutos nuestra normalidad – nuestro concepto de normalidad – (el cual seguramente no concuerda con el del que está al lado nuestro), dilucidaría que no estamos tan cuerdos como creíamos.

¿Podríamos considerar normal tener relaciones sexuales con una gallina? Para algunas comunidades enteras quizá es un ritual de iniciación bien aceptado desde hace décadas. ¿Sería normal matar a los propios hijos porque es así como Dios lo manda? ¿Sería normal hablar con los perros mientras cocinamos? ¿Sería normal hablar en voz alta con uno mismo? ¿Sería normal la «endogamia» matrimonio o reproducción entre personas de descendencia común? ¿Sería normal llorar y pensar constantemente en una pérdida significativa? ¿Sería normal tener que dejar siempre el volumen del estero en número par? ¿Sería normal tocar tres veces la pared para evitar un accidente familiar? ¿Sería normal no desapegarse de los padres? ¿Sería normal apegarse a un objeto, una pareja o un empleo? ¿Sería normal darle un beso en los labios a mamá al despedirla? ¿Qué sería normal?

Este tiempo de meditación podría crear el corolario que termine con el estigma que poseemos sobre la locura. Aprender que aquel indigente mudo, quizá nunca escuchó sonido alguno desde su nacimiento y posterior fue expuesto a vivir en las calles; sin palabras para comunicarse instintivamente utilizó señales primitivas para sobrevivir, sin palabras que estructuraran un pensamiento y que desarrollaran una corteza cerebral saludable y per se una conducta socialmente aceptable de inhibición ¿aún pensaríamos que ese indigente se desnuda en la calle por qué está loco? ¿Pensaríamos igual aun sabiendo que el pensamiento se reestructura y se modifica al transformarse en lenguaje, pero que sin lenguaje no existe pensamiento? ¿O con que palabras creías que piensa el sordo e indigente de tu vecindario?

¿La locura es una enfermedad mental?

Si hablo con Dios, soy religioso, si Dios me habla, soy esquizofrénico. El artículo no persigue crear una apología a la locura, normalizar o crear patologías en todo tipo de comportamiento; la locura es considerada por la mayoría de contextos sociales como sinónimo de enfermedad mental. Es por eso que intentamos, quizá, con un tinte de descaro y con un tanto de enredos entre sus líneas, poder aclarar lo que representa una enfermedad mental (sus síntomas), y lo que es el concepto de locura; así también aludir el uso excesivo y aprovechado de los términos por farmacéuticas, contextos sociales y religiones.

Es bastante conocido el hecho en donde anteriormente el CI se utilizaba para determinar si alguien manifestaba algún tipo de discapacidad intelectual y que actualmente no basta su medición para establecer un diagnóstico correspondiente. De igual forma que la locura, este tipo de conceptos y definiciones van cambiando aparentando o evidenciando que cada época tiene sus propias definiciones: sus propias rarezas, sus propias locuras y sus correspondientes normalidades. Así como los genios han desafiado lo conocido, lo establecido, lo cómodo, lo realista y han sido llamados locos tal y como lo explicábamos con Hegel y demás filósofos (ibídem).

La sociedad utiliza como sinónimo de locura a la mayor parte de enfermedades mentales, pero como se ha mencionado es una etiqueta usada para intervenir en algo que no se conoce. Esta ambivalencia final resulta del uso desmedido y aprovechado que se le ha dado al término «locura», pues el etiquetar a cualquier conducta que vaya en contra de lo que consideramos normal no necesariamente es un trastorno mental.

Se ha especulado en diversas ocasiones sobre la implicación de los laboratorios farmacológicos en la masificación de los trastornos mentales que aparecen en el DSM (Manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales), y la alteración a la que orientan la sintomatología con un interés lucrativo de sus métodos que alivian o mejoran la salud de las personas. Creo que existen personas que sufren de un trastorno mental real (una incapacidad clínica significativa producida por los síntomas de una depresión, fobias, ataques de pánico, delirios o síntomas caracterizados por alucinaciones), y que realmente necesitan y piden ayuda profesional, pero que claramente hay que evaluar detenidamente su etiopatogenia.

Qué es la locura en psicología - ¿La locura es una enfermedad mental?

El concepto de locura a través de la historia

En la Edad Media se empezó a usar el término locura para englobar a personas que no se sabía cómo tratar desde un punto de vista o perspectiva social. Dentro de esta época es de menester aludir la brujería pues el poder en la Edad Media se asignaba entre la iglesia y los señores feudales. En esta estructura no encajaban algunas conductas que sugerían o aparentaban ser subversivas (revolucionarias), algo parecido a ir en contra de lo establecido. Las personas que iban o intentaban si quiera ir en contra de lo que se establecía (dogmas/normas) impuestas y reguladas por la iglesia en el modus vivendi cotidiano, eras denominados brujos o herejes. Se creía entonces que estos los locos estaban endemoniados y por lo tanto debía ser sometido a la Santa Inquisición.

El método específico para tratar este problema fue entonces la Inquisición. Pasaron años y el índice de brujos/endemoniados/poseídos iba aumentando de una manera directamente proporcional (más sentencias, más brujos).

Se podría inferir entonces que había un número mayor de brujos o endemoniados que personas normales, o quizá había algo que no estaba funcionando. Se estaba usando desde los estamos de poder una etiqueta para contender o luchar contra una serie de personas que empezaban a ir en contra del estado de cosas oficiales, aceptadas por una burocracia (la iglesia y los señores feudales). Por esta razón fueron quemadas miles de «brujas» que desarrollaban una forma de vida distinta a la de lo designado. Eran en su mayoría mujeres las que enseñaban síntomas histéricos o manifestaciones naturales de tipo sexual. En general, la locura, ha sido un término empleado desde hace siglos pero que gradualmente ha ido cambiando sus implicaciones.

El amor y la locura

Tal y como refería Oscar Wilde, el estar enamorado es sobrepasarse a uno mismo. Por siglos, se ha confundido el amor con el enamoramiento y por consecuente se ha asociado el amor con la locura. Dentro del estado o etapa del enamoramiento las personas forman un sentido extrapolado de sus emociones, lo que lo dirige a estados de separación de sí mismo.

El sobrepasarse a sí mismo corresponde a conductas que en diversas ocasiones se consideran actos de locura:

  • dejar de comer por pensar en el ser amado
  • anular la propia existencia para engrandecer la del objeto amado
  • anular la existencia del otro para hacerse un solo ser
  • vigilar el objeto amado
  • eludir imperfecciones del objeto amado

El amor, confundido por el enamoramiento por cuestiones de mal uso de los términos se ha considerado un estado de psicosis en donde pueden presentarse delirios. Aquí encontrarás las diferencias entre el amor y el enamoramiento, así como las características del estado de enamoramiento.

¿Tiene la locura algún tratamiento?

Siguiendo las líneas de lo que se ha explicado de la locura, esta al ser una etiqueta utilizada e instaurada por inexpertos no puede llegar a proponerse un tratamiento comprobado y eficiente, empero puede sugerirse la exploración de incapacidades y desviaciones del funcionamiento habitual del sujeto referidas por el mismo o por personas que convivan con ella. En caso de que la evaluación concluya con un diagnóstico o síntomas psicopatológicos, sí que de podrá proponer un tratamiento psicológico y/o pautar tratamiento farmacológico, en función del caso.

Frases de locura

Algunas fases sobre la locura son las sigueintes:

  • Un hombre de genio extraordinario, jamás será producto de la genética, un hombre extraordinario se esfuerza por fortalecer su genio inerte, como también un loco puede hacer de su locura una genialidad de arte o enfrascarla en una enfermedad. Bryan Castro (2017) El entrevistador.
  • Me pregunto quién ha definido al hombre como animal racional. Es la definición más prematura que han dado nunca. El hombre es muchas cosas, pero no es racional. Oscar Wilde (1890), El retrato de Dorian Gray.
  • El genio se abstrae; el alienado se distrae. La abstracción ausenta de los demás, la distracción ausenta de sí mismo. En el genio, el Espíritu se ausenta de los demás; en la locura, se ausenta de sí mismo. Para conservar intactos sus atributos, el genio necesita periodos de recogimiento; el contacto prolongado con la mediocridad despunta las ideas originales y corroe los caracteres más inquebrantables. Por eso con frecuencia, toda superioridad es un destierro. Los grandes pensadores se tornaron solitarios. José Ingenieros (1913) El hombre mediocre.
  • No tiene ninguna idea de lo que debe hacer, y su locura consiste en simular la locura. Oscar Wilde (1905) De profundis.
  • Si entendiéramos completamente las razones del comportamiento de otras personas, todo tendría sentido. Sigmund Freud

Este artículo es meramente informativo, en Psicología-Online no tenemos facultad para hacer un diagnóstico ni recomendar un tratamiento. Te invitamos a acudir a un psicólogo para que trate tu caso en particular.

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Bibliografía
  • Jacques Lacan. (1946). Acerca de la causalidad psíquica. En escritos 1, México.

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Emir Alonso Vargas Carballo
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